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La desmexicanización de nuestro futbol

Especiales / 5 julio, 2022

Por: Sergio Luis Rosas

¿Sigue siendo mexicano el futbol que se juega en nuestro país con mayorías de extranjeros y naturalizados?

El futbol mexicano ha cambiado de manera radical su orientación en los últimos años. Ya no se puede hablar de él como el futbol que se juega en nuestro país, cuando los dirigentes de la Femexfut permiten en un partido oficial de la Liga MX la alineación de ocho jugadores no formados en México, que no son otra cosa que cinco futbolistas extranjeros y tres naturalizados.

Desde el punto de vista económico el torneo de futbol mexicano es un éxito, pero ha perdido identidad y cada día es más difícil integrar una Selección Nacional competitiva, recurriendo a convocar a jugadores naturalizados para participar en una Copa del Mundo, recurso que volvió a utilizarse desde el Mundial de Corea Japón 2002, cuando se nacionalizó al argentino Gabriel Caballero, ex jugador de Santos Laguna, Pachuca, Atlas y Puebla.

El futbol mexicano está de regreso a la época de la desaparecida Liga Mayor en la década de los años cuarenta, cuando los equipos España y Asturias se armaban con jugadores que la guerra civil española había dejado en México. El Real Club España se coronó campeón en la temporada 1939-1940 con nueve jugadores españoles y tan solo dos mexicanos, Domingo Alonso y Martín Cubero. En otra temporada el Asturias llegó a jugar con diez extranjeros.

Huyendo de la guerra civil española vienen a México equipos ibéricos. El primero en venir a sostener una serie de partidos fue el Barcelona y varios de sus jugadores buscaron refugio en nuestro país, entre ellos Martín Vantolrá, “Pato’’ Gual, Iborra y Pedrol, contribuyendo a la desmexicanización de nuestro futbol.

Le siguió el turno a la Selección Vasca, que venía de sostener una serie de partidos en la entonces Unión Soviética. Venía en ella lo mejor de la famosa furia española. El promotor Baltazar Junco la llevó bajo contrato a Argentina, pero al llegar a este país fue cancelado el acuerdo y quedó varada en Buenos Aires sin permitirles jugar.

El mencionado promotor mueve sus influencias y regresa a la Selección Vasca a México, en donde, bajo el amparo del agricultor y empresario Ángel Urraza, se incorporó como equipo al futbol mexicano con el nombre de Euzkadi, contando con jugadores de talla internacional, entre ellos Gregorio Blasco, Isidro Lángara, Cilaurren, Ángel Zubieta, Aedo, Emilín, José Muguerza y los hermanos Luis, Pedro y Tomás Regueiro.

Ante esta avalancha de jugadores españoles y de otras nacionalidades, el presidente Manuel Ávila Camacho (1940-1946) envió un decreto al Congreso de la Unión, en el que se limitaba a los equipos con sede en el entonces Distrito Federal a alinear cuatro jugadores extranjeros, para evitar la desmexicanización de nuestro futbol.

Durante varias décadas, de los años cuarenta a los sesenta, la Federación Mexicana de Futbol permitía a los equipos de Primera División nada más alinear cuatro futbolistas extranjeros. En la segunda parte de los años sesentas bajó a tres la cuota de extranjeros por equipo y favoreció para que Atlas, Cruz Azul, León y Pumas jugaran con 11 mexicanos en la cancha, siguiendo el ejemplo de Chivas. En los setentas regresó la cuota de cuatro foráneos y los cuatro clubes en mención rompieron con su línea mexicanista.

En la temporada 1994 – 1995 el entonces presidente de la Femexfut, José Antonio García, permitió la alineación de cinco jugadores extranjeros por equipo. La nueva disposición no se podía aplicar en el entonces Distrito Federal, por el decreto en mención, por lo que los equipos capitalinos y visitantes se vieron limitados a alinear tan sólo cuatro foráneos en la capital de la república, mientras que de visita utilizaban los cinco. Años después fue derogado el Decreto de Ávila Camacho y se permitió la alineación de cinco extranjeros en la Ciudad de México, desde el Torneo Invierno 96.

A partir del 2001 se permite la alineación de jugadores nacionalizados o naturalizados, algunos de los cuales aprovecharon esta disposición para liberar su plaza y dar oportunidad a que su equipo contratara otro futbolista extranjero, argumento baladí que inició de nueva cuenta con la desmexicanización de nuestro futbol, propiciada por dirigentes federativos y propietarios de equipos.

En la actualidad el Artículo 48 del Reglamento de Competencia consigna que un equipo podrá alinear máximo ocho jugadores no formados en México (así se llama ahora a los extranjeros y a los naturalizados) para asegurar que tres jugadores formados en México puedan tener actividad en un partido.

La polémica surgida en la reciente semifinal entre Tigres y Atlas por la alineación de nueve jugadores no formados en México se dio en el segundo tiempo cuando ingresó el francés Florian Thauvin por el mexicano Hugo Ayala, en ese momento había en la cancha nueve futbolistas no formados en nuestro país. De acuerdo al reglamento, Tigres debió perder el juego en la mesa por dos a cero. Afortunadamente Atlas calificó a la final por haber ganado en el marcador global cinco a cuatro.

Para tratar este tema de actualidad, Revista de Coahuila entrevistó al Dr. José Moncebáez, gran conocedor de la historia del futbol mexicano, hijo de José Moncebáez Maceda (1918-2009), ex jugador de los equipos Atlante, América, Marte y Zacatepec de 1940 a 1953, entrenador de La Piedad, Zacatepec, Morelia, Tampico, Poza Rica, América, Toluca, Veracruz, Necaxa, Torreón, Laguna, Cruz Azul, y Puebla, de 1953 a 1981.

RdeC: ¿Cómo inició y bajo qué reglas la llegada de futbolistas extranjeros al futbol mexicano?

JM: Inicia con la fundación de los equipos pioneros del futbol en nuestro país a principios del Siglo XX, entre ellos el Pachuca, Moctezuma de Orizaba, Necaxa, Asturias, Real Club España, Euzkadi y Marte, entre otros, en las décadas de los años treinta y cuarenta, en la cual vinieron a nuestro país jugadores costarricenses, peruanos, uruguayos, argentinos y predominaban los españoles.

Añadió que a partir de los años sesentas y como consecuencia del primer Campeonato Mundial obtenido por Brasil en 1958, empezaron a llegar jugadores brasileños a México a partir de 1960, entre ellos Urubuatao Calvo, Moacyr Santos, Ney Blanco, José Alves dos Santos, “Zague’’ padre, Arlindo dos Santos, Vavá, Paulo Valentim, Claudinor Barbosa, Javan Marinho, Olinto Rubini, Manoel Tavares Neco, Amaury Epaminondas y Nicola Gravina, entre otros.

RdeC: ¿Qué efectos tuvo en el futbol mexicano?

JM: El efecto va en proporción a la calidad del jugador extranjero, cuando es superior al mexicano, éste lo reconoce y le aprende; pero cuando el efecto es negativo, se siente mal. En alguna ocasión Cuauhtémoc Blanco comentó que cuando era novato e iba a los entrenamientos del América y veía a los extranjeros de ese entonces, confesó que se sentía superior a ellos, por ello trabajó fuerte para demostrarles su gran clase y calidad.

En seguida recordó que en los inicios de la década de los setentas vinieron ocho jugadores argentinos a los desaparecidos equipos Laguna y Torreón, entre ellos algunos “cartuchos quemados’’, lo que causó gran inconformidad entre los futbolistas mexicanos de ambos planteles. Contrataban hasta jugadores que se desempeñaban en la misma posición, como fue el caso de Aníbal Tarabini y Enzo Genoni, y aquí los acomodaban, sin importarles que desplazaban a los mexicanos, a quienes les pagaban menos.

RdeC: ¿Cuántos extranjeros se permiten por equipo y cuántos naturalizados?

JM: En la actualidad se permite alinear a ocho jugadores no formados en México, así se les llama ahora a los extranjeros; de cualquier forma son demasiados, pues le están quitando oportunidades al jugador mexicano.

“Esto va a repercutir en las posiciones ofensivas, que son las principales, pues van a ser ocupadas por extranjeros. Ya empiezan a traer defensas centrales y hasta porteros, siendo considerado México como tierra de grandes porteros’’, apuntó.

RdeC: ¿Qué impacto tuvieron en el futbol mexicano jugadores extranjeros de la talla de Miguel Marín, Alberto Quintano, Carlos Reinoso, Osvaldo “Pata Bendita’’ Castro, Juan José Muñante, Evanivaldo Castro Cabinho, Carlos Eloir Peruci, Ricardo Antonio Lavolpe, Gregor Lato y Rubén “Ratón’’ Ayala, entre otros?

JM: Esa generación fue una influencia muy positiva, ellos vinieron a hacer escuela, a crear un impacto positivo. Tenían calidad, elegancia en el toque de balón. Era un espectáculo ver jugar al peruano Juan José Muñante. El brasileño Evanivaldo Castro Cabinho anotaba goles “por racimo”, sin duda alguna ha sido el extranjero más completo que ha venido a México.

De las últimas décadas mencionó al paraguayo José Saturnino Cardozo, un delantero muy hábil e inteligente para jugar al futbol, quien formó una gran pareja con el uruguayo Vidente Sánchez. El brasileño Carlos Eloir Peruci fue un jugador ejemplar, “un parte aguas’’ en la historia del Laguna, quien también destacó como goleador en el Atlético Español y en Cruz Azul.

Al preguntársele si resulta negocio redituable vender futbolistas extranjeros en “lote”, el entrevistado recordó que en los inicios de la década de los años setentas varios equipos contrataban jugadores extranjeros por paquetes, entre ellos el Torreón, Laguna, Toluca y León. Los Diablos Blancos adquirieron en la temporada 1971-1972 a Enzo Genoni, Aníbal Tarabini, Jorge Solari, Óscar Rolando Pierucci y Adolfo Vigñetes. Al Laguna llegaron Héctor “El Bambino’’ Veira, Alberto Rendo, Juan Carlos Vázquez y Miguel Ángel Micó.

El Toluca no se quedó atrás y contrató a Héctor Hugo Eugui, Sergio Silva, Juan Carlos Sconfianza, Hugo Zarich, Miguel Ángel Converti, Emilio Mitrovich y Jorge Coch. La camiseta de Los Esmeraldas del León fue defendida por Rafael Albretch, Jorge Davino, Juan José Valiente y Roberto Marcelo Salomone.

RdeC: ¿Cómo se dio la idea de naturalizar jugadores extranjeros?

JM: Siempre ha habido jugadores naturalizados en el futbol mexicano, la lista inicia con Lorenzo “El Abuelo’’ Camarena, español, en 1933, quien jugó ocho encuentros con el Tricolor; Julio Lores, peruano, participó en Juegos Centroamericanos y del Caribe del Salvador en 1935; José López Herranz, español, compitió en Juegos Centroamericanos del Caribe en 1938, Carlos Blanco Castañón, español, representó a México en los Mundiales de Suiza 1954 y Suecia 1958, Jorge Romo, cubano, jugó como seleccionado nacional en los Mundiales de 1950, 1954 y 1958.

Añadió que en 1961 fue naturalizado Carlos “El Charro’’ Lara, argentino, para la eliminatoria mundialista de Chile 1962. Tuvieron que pasar 46 años para que otro naturalizado volviera a vestir la playera de la Selección Nacional, Gabriel Caballero, quien participó en el Mundial de Corea – Japón 2002. Para el Mundial de Alemania 2006 fueron convocados el argentino Guillermo “El Guille’’ Franco y Antonio Naelson Sinha, brasileño.

“Otros convocados han sido el también brasileño Leandro Augusto, los argentinos Matías Vuoso, Lucas Ayala, Christian “Chaco’’ Jiménez, Damián “Chilindrina’’ Álvarez y recientemente Roberto Funes Mori, con llamados a la Selección Nacional en diferentes etapas. Extranjeros naturalizados ha habido siempre en la Selección Nacional’’, puntualizó.

RdeC: ¿Cómo afectan los naturalizados a la formación de talentos mexicanos?

JM: Definitivamente le están quitando oportunidades a los jugadores mexicanos con posibilidades de ser tomados en cuenta para la Selección Nacional, esto siempre ha afectado a nuestro futbol.

“Pocos entrenadores nacionales se han abstenido de convocar a jugadores naturalizados para integrar nuestra Selección Nacional, entre ellos puedo mencionar a Raúl “El Güero’’ Cárdenas y José Antonio Roca, quien para el Mundial de Argentina 1978 fue presionado para nacionalizar a Evanivaldo Castro Cabinho, pero se mantuvo firme y no lo convocó”.

RdeC: ¿Cómo manejan los entrenadores a los naturalizados en relación a los jugadores jóvenes mexicanos?

JM: Los deben manejar por igual, con las mismas reglas, sin tomar en cuenta que sean extranjeros o mexicanos. Los regaños y la aplicación de castigos deben ser por igual.

“Recuerdo el caso del guardameta Agustín Marchesín que le dio un golpe por detrás a un compañero de equipo durante un partido oficial porque no le entregó el balón. Nunca se supo si a Marchesín le impusieron un castigo por haber cometido esta grave falta”, contó.

RdeC: ¿A qué se debe el fracaso de Santos Laguna con tantos extranjeros que han pasado sin “pena ni gloria” por sus filas, en relación a los que han venido a Tigres?

JM: En el caso de Santos Laguna generalmente han traído buenos jugadores extranjeros de buen nivel, que han contribuido en la obtención de campeonatos, pero en las últimas temporadas no ha sido así, salvo dos o tres excepciones, pero de inmediato son vendidos o transferidos.

“En el caso de Tigres han invertido cifras millonarias en la contratación de jugadores extranjeros, cuya adaptación al equipo y a su sistema de juego ha sido excelente. Tenemos el caso del francés André-Pierre Gignac, quien se ha convertido en el referente del equipo y en un ídolo de la afición regiomontana, sin precedente alguno en la historia del futbol profesional de Monterrey”, concluyó con la entrevista José Moncebáez.

La desmexicanización de nuestro futbol data desde los inicios del futbol profesional en nuestro país y seguirá vigente, pues a los propietarios de equipos no les conviene erradicarla.

PROMOTORES Y REPRESENTANTES, UN GRAN NEGOCIO

Para finalizar trataremos este tema. El promotor, como su nombre lo indica, se dedica a promover al jugador, muchos de ellos desconocidos, ofreciéndolos a directivos de diferentes equipos de la Liga MX. En el caso del futbolista extranjero les muestran un video con sus mejores jugadas, en el que lo pintan como un crack, en espera de que alguien le dé una oportunidad.

El representante, a diferencia del promotor, se mantiene unido al jugador, se encarga de manejarle su imagen deportiva. Además de ser la persona que lleva sus finanzas. La intención del representante es que el jugador se dedique por completo a su profesión, mientras ellos se dedican a la negociación y a todo aquello que sucede fuera del terreno de juego.

El promotor gana un porcentaje en la venta del jugador, mientras que el representante cobra comisión en sueldos, bonos y transferencias a otro equipo. Los promotores más conocidos del futbol mexicano son Carlos Hurtado, Guillermo Lara, Gerardo Olvera, Eduardo Hernández, Enrique Nieto, Matías Bunge y Christian Bragamik. Entre los representantes sobresalen Heriberto López Fuentes, ex jugador de Santos Laguna y Salvador Necochea Albores, hijo de Salvador Necochea Sagui, entre otros.

Carlos Hurtado operó con Santos Laguna durante varios años en la década de los noventa y se cuenta que el Lic. José Muguerza Juaristi, representante en ese entonces del Grupo Modelo en la organización santista, se “asqueó’’ de los promotores por la forma en que operaban y decidió que la compra de jugadores fuera en forma individual y directa. Son sin duda alguna el cáncer del futbol mexicano que no ha podido ser extirpado.

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