El Bodegón #324

SIMAS, AHORA CON PRETEXTO 

Ya nuestro excelentísimo, juvenil y alegre alcalde, don Jorge Zermeño, había reconocido que en SIMAS había problemas y se deberían tomar medidas, después de que en la última sesión del Consejo pasaron al balcón a Juan José Gómez, quien, a estas alturas del año, no tiene un plan de trabajo básico, mucho menos una programación de presupuesto y todo indica que no lo tendrá. Pues en esas estaban cuando cae el temporal de lluvias, que por cierto ha sido menor al de los años anteriores, de acuerdo a los registros de la CONAGUA, que ahí están a disposición, pero resulta que hubo una mayor cantidad de colonias inundadas, ¿por qué? La versión extraoficial es que estaban fuera de servicio por lo menos cuatro colectores. En caso es que de forma pronta y expedita, como dicen que debe ser la justicia, a menos de ocho días del siniestro SIMAS ya tiene el presupuesto de reparación de colectores, que, dicen ellos, costará 50 millones de pesos, con lo cual les ha caído, literalmente del cielo, un extraordinario pretexto para ganar tiempo y para distraer la atención de lo que ha sido una cadena de errores y de ineficiencia. 

OTRA DE SIMAS 

El impresentable Juan José Gómez había dicho que el programa de mantenimiento de las bombas del SIMAS requería de 17 millones de pesos, pero al concursar por tal proyecto, la empresa La Victoria, que ha hecho millonario a José Ganem, presentó un presupuesto por 9 millones 800 pesos, pero le declararon nulo el concurso. Sin embargo luego resultó, de manera misteriosa, que lo llamaron para que se hiciera cargo de los trabajos, pero dicen las lenguas viperinas que la empresa de José Ganem ya pasó a ser propiedad de gentes de Gómez Palacio, a lo que obedece que le hayan asignado los trabajos, sólo que con manos libres para hacer ajustes al presupuesto y, finalmente, como siempre sucede en la paramunicipal, se incremente el presupuesto hasta los estimados 17 millones originales. De esta forma, se especula, una sola mano mece la cuna en los contratos de mantenimiento de los sistemas de agua potable de toda la zona metropolitana. Ahí se lo dejamos como comentario de café. 

SERGIO URIBE, LA MANO IZQUIERDA 

Con el caldero político ya sobre fuego para las elecciones municipales del año próximo en el estado de Durango, donde el PRI está poco menos que espantado después de que en la lección del pasado primero de julio no ganara sino una diputación local en todo el estado, los priistas de La Laguna, que son los únicos que pueden resistir el vendaval que se viene el año entrante, están tratando de fortificarse, de hacer amarres y de impedir, en lo posible, que los de MORENA penetren todos los medios populares y rurales. En medio de esta zozobra, llega Sergio Uribe al ayuntamiento como Secretario Técnico. Su llegada, opinan quienes a la especulación se dedican, obedece a la intención de contar con una gente de absoluta confianza de la alcaldesa Leticia Herrera, en caso de que ésta tenga que ir como candidata nuevamente a la presidencia municipal. Otra posibilidad es que el propio Sergio Uribe comience a darle duro a la gimnasia política en vistas a la misma elección del año entrante, pero por lo pronto su llegada puede tener un gran provecho para el actual gobierno municipal de Gómez Palacio: dotarle de una buena mano izquierda, esto es de una mano amable, que es algo que se le da de manera natural a Sergio Uribe, quien puede ayudar mucho a la imagen del gobierno, que tiene buena calificación, pero que va a requerir de todos los recursos disponibles porque el agarrón político-electoral que se avecina estará de pronóstico reservado. 

EL PRI, SOBRAN CACHUCHAS 

Con la serie de desastres electorales que le han caído encima al PRI en Coahuila, se ha ido incrementando, de forma dramática, el número de priistas desempleados, primero al perderse Torreón, después al perderse toda La Laguna de Coahuila, luego al perderse Piedras Negras y otros municipios menores y ahora, por si fuera poco, la desaparición de entre 50 y 60 delegaciones del gobierno federal, las cuales desaparecerán en su mayoría, por lo menos esa es la teoría, pero si no desaparecieran quedarán en manos de la gente de MORENA, por lo cual, opina la picaresca, don Miguel Riquelme tiene que entrar al Palacio Rosa de Saltillo por la puerta de atrás, ya que tiene una enorme lista de desempleados haciendo cola en el palacio y los “huesos”, perdón, cargos públicos, ya se acabaron, por lo cual algunos maliciosos le han sugerido que organice una feria de empleo, para ver si de esa manera logra colocar por lo menos a una parte de los desempleados en algunas maquiladoras, sólo que el problema es que a estos políticos no les gusta cansar mucho el cuerpo, por aquello de que está comprobado científicamente que hace daño. 

¿HAN OÍDO DE UN TAL HUMBERTO MOREIRA? 

Y ahora sí, como dicen en el rancho, chile verde deberías de darle sabor al caldo. Con la estrepitosa caída de Enrique Peña, quien pide que le acorten los días al calendario para salir en fuga del país, quién sabe con qué destino, el tormentoso Humberto Moreira ha estado desaparecido, calladito, calladito, como debió estar siempre. Aunque es sotto voce a nivel nacional que entre el prócer de MORENA, Andrés Manuel López y Peña Nieto existe un pacto de impunidad o salvoconducto para él y su gente más cercana, por aquello de las malditas dudas, el gran villano de la política coahuilense se ha desaparecido, quién sabe con qué destino nacional, porque ya se sabe que no puede pisar el extranjero, después de lo que le pasó en España. 

CONDOLENCIA 

No tuvimos la oportunidad de tratarle mucho, salvo verle con gran frecuencia caminando en el Bosque Venustiano Carranza, pues el deporte siempre le gustó y cuidaba bastante de su persona. Dicen, quienes le conocieron de cerca, que era un hombre amable, de buen trato y se mantuvo siempre activo en la política, aunque sin aceptar cargos de alta presión. Vaya pues una condolencia para todos los familiares y seres queridos del exalcalde de Torreón, Manlio Fabio Gómez Uranga, quien ha fallecido recientemente, en lo que sigue siendo el retiro natural de esa generación política que tuvo su época protagónica durante los años ochenta.