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¿Hacia un mundo de ambigüedad sexual?

Especiales / Slider / 6 junio, 2022

Por: Marcela Valles

Arcelia es una púber de 13 años de edad que cursa el primer año de secundaria, vive con su madre y un hermano de 9 años de edad. Sus padres se separaron cuando ella tenía apenas 4 años de edad, y, cada uno de ellos, tiene una nueva pareja, con la que conviven ella y su hermano. Todo parecía transcurrir de manera ordinaria en la vida de Arcelia hasta que, recientemente, le reveló a su madre que ella creía que sentía atracción hacia las mujeres, en especial hacia su mejor amiga.

Su madre, preocupada por la confidencia, la puso en manos de una terapeuta, a quien Arcelia le confesó que se estaba realizando cortadas con una navaja en sus ingles y, además, en la propia afirmación de la púber, tenía un “pacto de muerte” con esa amiga, quien era su confidente y a quien conoció y ha tratado a lo largo de la pandemia de COVID-19.

Arcelia ha tenido en meses recientes su primera menstruación y se siente incómoda con su desarrollo físico, el cual es más acelerado que el de la mayoría de sus compañeras de salón escolar. Por lo menos hoy no tiene interés en tener relaciones afectivas con algún compañero, y le molesta que ellos hagan bromas o insinuaciones sobre su cuerpo.

Después de un periodo de terapia, Arcelia ha descubierto que recibe poca atención y afecto de parte de sus padres; que su familia, aunque en apariencia no lo parezca, es disfuncional y reconoce que durante el periodo de la pandemia ha pasado demasiado tiempo en las redes sociales hablando con personas, visitando sitios, viendo caricaturas japonesas y compartiendo con su amiga sus inquietudes y problemas emocionales.

Según el diagnóstico de la terapeuta, se corta en sus piernas por un sentimiento de culpabilidad, por los sentimientos de atracción hacia su amiga y algunas fantasías sexuales que vienen a su mente. Lo del “pacto de muerte” afirma la adolescente, ella y su amiga lo tomaron de un juego o reto que han estado siguiendo en las redes sociales.

Arcelia no es un caso aislado, sino en apariencia parte de una tendencia que se está presentando entre los púberes de ambos sexos, pero que se ha extendido más en el periodo de la pandemia, donde el aislamiento, la soledad y la falta de interacción social disminuyó y mandó a los púberes y adolescentes a refugiarse en las llamadas redes sociales.

¿HACIA LA AMBIGÜEDAD SEXUAL?

Revista de Coahuila entrevistó a la doctora en psicología Piedad Moreno Gutiérrez, terapeuta con más de 30 años de experiencia profesional en consultorio y directora de asistencia psicológica de una importante institución de educación primaria y secundaria en la ciudad de Monterrey, quien se especializa en púberes y adolescentes.

RdeC: ¿Doctora, estamos ante una nueva cultura de la sexualidad? Me refiero de manera especial a los púberes y adolescentes de ambos sexos.

PMG: Hace ya por lo menos dos décadas que se comenzaron a presentar cambios muy importantes en los países desarrollados, los que se han reflejado de forma cada vez más frecuente en sociedades como la mexicana.

RdeC: ¿Estaríamos hablando de una nueva sexualidad, que cambia la sexualidad como tradicionalmente la conocemos?

PMG: Más que de una nueva sexualidad, podríamos hablar de algunos cambios que se han ido introduciendo y, sí, modifican el concepto tradicional de sexualidad en una sociedad y cultura como la nuestra.

RdeC: ¿Qué tipo de cambios?

PMG: Bueno, habría que comenzar por lo que es el principio: minorías sociales que comienzan a sostener ciertos conceptos sobre la sexualidad, como lo es todo el movimiento LGTB+, que originalmente se trata de adultos, mujeres y hombres, quienes han ido cobrando fuerza y adquiriendo cada vez más poder mediático, social, cultural e inclusive político, lo que les ha permitido ir incorporando cada vez más planteamientos nuevos y, habrá que reconocerlo, son muy eficaces y también muy tenaces como proselitistas, con lo que quiero decir que no se limitan a defender su postura, sino buscan que esta se expanda.

RdeC: ¿Cómo repercute esto en los púberes y adolescentes?

PMG: Creo que su repercusión ya no es sólo hacia púberes y adolescentes, sino que se ha extendido inclusive hacia los niños, y no sólo a través de medios de comunicación, de las redes sociales y del mundo del espectáculo, sino inclusive a sistemas educativos y a gobiernos, que han comenzado a emitir disposiciones de tipo legal.

RdeC: ¿Podría especificar?

PMG: En países como Alemania, desde 2013, se estableció legalmente que los padres de un bebé considerado “intersexual”, por razones de carácter fisiológico, que si bien recuerdo se da sólo en menos del uno por ciento de la población como máximo, podían no tener que precisar el sexo del bebé al momento de registrarlo, hasta que él o ella pueda decidirlo por su cuenta, pero posteriormente en varios países se adoptó la disposición de registrar a los bebés con un sexo “diverso”, ya no por razones fisiológicas sino por la simple voluntad de los padres.

RdeC: De hecho parecen haber entrado muchas otras disposiciones.

PMG: Efectivamente, se comienza a manejar que no se puede “condenar”, habrá que ponerlo entre comillas, a un niño o niña a adoptar un determinado sexo con el cual ha nacido, lo que le abre la puerta a una ambigüedad sexual, de donde se pasa a algo que, en mi punto de vista, me parece muy delicado: “las terapias de retraso hormonal”, por las cuales a un púber o adolescente que afirma no tener la certeza de qué sexo escoger o bien afirma tener un sexo distinto al que tuvo al nacer, tiene el derecho de recibir del gobierno un tratamiento de inhibición de sus hormonas, lo que es muy delicado, desde el punto de los propios especialistas médicos. En Coahuila tienen esa disposición, lo paradójico en que muy poca gente lo sabe y no se aplica, porque no hay los recursos gubernamentales para ello, pero ahí está.

RdeC: ¿El concepto básico sería que un niño, un púber o un adolescente pueden optar por un tercer sexo?

PMG: Es todavía más diverso, pues no sólo es la eliminación de que hay un sexo femenino y masculino, sino que el sexo de origen en completamente relativo y puede intercambiarse, pero además puede mezclarse, es decir ser bigenérico, o aún de sexo indefinido.

RdeC: Se deben de generar muchas polémicas, ya que la gran mayoría sigue naciendo sisgénero y heterosexual.

PMG: Es todo un problema. Podemos poner como ejemplo el caso de los llamados “baños de Obama”. En 2016 el presidente estadunidense Barak Obama lanzó una ley por la cual se obligaba a todas las escuelas públicas a darle acceso a los alumnos “transgénero” a utilizar los baños que fueran de su preferencia, independientemente del sexo de origen establecido en su acta de nacimiento. Esta disposición era para todo el sistema escolar, incluidas las escuelas que equivalen a primarias y secundarias, lo que generó una enorme polémica, aun cuando Obama amenazó con eliminar recursos federales y denunciar a quienes se opusieran. Once estados al menos se rebelaron abiertamente a la ley y, en apariencia, fue parte del inicio de una enorme polarización en la sociedad norteamericana, donde el partido demócrata defiende todo el movimiento LGTB+ y el republicano le da voz a los sectores sociales que se oponen. Es parte del por qué surgió un personaje tan peligroso como Donald Trump y pudo llegar al poder.

EL ORIGEN Y LA DISFUNCIONALIDAD

RdeC: Si retornamos al ámbito psicológico, ¿cómo se explica este tema de la ambigüedad sexual?

PMG: Podemos cambiar el término de ambigüedad sexual por el de los problemas de identidad sexual entre los púberes y los adolescentes. ¿Por qué se origina y que consecuencias tiene? Primero debemos partir de una base médica, científica, que nos dice que la “intersexualidad”, como un fenómeno fisiológico, es algo muy, muy pequeño, lo que no lleva a buscar la causalidad en los procesos sociales y culturales, muy particularmente en la estructura familiar y en el proceso natural de la conformación de la identidad de una persona.

RdeC: ¿Cómo se da esto?

PMG: Debemos partir de un aspecto esencial: la sexualidad es muchísimo más que lo genital, es decir, el sexo es un componente fundamental en la identidad de una persona, que debe tener un desarrollo natural, sano y armónico, lo que influye en todos los ámbitos de la vida. Esta identidad, que se inicia desde el nacimiento va teniendo sus etapas de desarrollo y tiene un momento especial, que se da precisamente en la pubertad y la adolescencia, donde el sistema hormonal se dispara y, si lo quieres poner simbólicamente, es un “volcán” de hormonas, que se da justo en la transición de niño a adulto, donde se aprenden muchas cosas, como el ejercicio de la libertad individual, lo que denominamos como el proceso de plena conciencia, la autoimagen y en consecuencia la autoestima, el aprender a asumirse sexualmente, el tomar las propias decisiones y las consecuencias de ellas, entre otros aspectos. Como vez es una etapa crítica, importantísima y todo ello ocurre al interior de una familia, de una determinada cultura y sociedad.

RdeC: Habrá en consecuencia muchos riesgos y muchas oportunidades.

PMG: El principal problema de los púberes y adolescentes es que cada vez más están siendo parte de una familia disfuncional, o de familias que están en una transición cultural y no logran, por todos los cambios que están introduciendo, volverse funcionales. La figura del padre, por dar un ejemplo, puede pasar de un machismo pernicioso tradicional a una figura demasiado tenue, edulcorada, que no es un referente. La madre puede volverse una figura ausente y distante por el trabajo o el ejercicio de la profesión, que da poco afecto y da también poca formación. Cada vez hay más índice de divorcio y hay que recordar que todo divorcio implica un proceso de conflicto, antes y después del mismo, pero luego puede venir otro proceso de inestabilidad permanente en las relaciones familiares.

RdeC: ¿Y en medio de todo esto un púber o adolescente en busca de su identidad?

PMG: Exactamente. Es como si caminaran por un puente colgante, lo que ya es difícil y da temor, pero encima de ello sus principales figuras de apoyo se pusieran a tironear de ese puente; lo menos que puede hacer el púber es aferrarse a lo que encuentre para seguir adelante y no caerse.

RdeC: Podría traducir esta interesante figura al proceso de identidad sexual.

PMG: Sí, mira, si una púber no tiene una buena comunicación con sus padres; no tiene una buen imagen de ellos y está necesitada de afecto y de algunos referentes de identidad, si tiene a una amiguita con la que sí se comunica, de la que recibe afecto y es su confidente, pero además está inmersa en el bombardeo de las redes sociales, del espectáculo y de la internet en general, no es nada difícil que comience a formarse la idea de que está enamorada de su amiga y traduzca eso como una atracción sexual, cuando está justamente despertando a la sexualidad. Lo siguiente es pensar que es “transgénero” y comience a jugar con esa idea, inclusive a vestirse como tal y a rechazar su atracción natural hacia el sexo masculino. Es, por darte un ejemplo, algo que vemos todos los días. Te pongo el ejemplo de una púber, pero podría ser el de un púber.

RdeC: ¿Podríamos decir que procesos naturales de relaciones amistosas entre púberes y adolescentes se manejan de otra manera por las carencias afectivas y las influencias que reciben?

PMG: Durante la pubertad y la adolescencia se dan los lazos de amistad más importantes en la vida de una persona, los más perdurables, y son eso: lazos amistosos, pero si el proceso de afirmación de la identidad no se da de forma sana y encima hay una influencia que viene de varias fuentes, puede causar confusión sexual, cuando esas relaciones no son en principio sexuales, por lo menos no en el sentido de cambiar la sexualidad de origen, sino lazos de apoyo emocional en el desarrollo de la socialización. Hace poco tuve aquí a un grupo de púberes que se pusieron a jugar sexualmente, como el masturbarse, el tener tocamientos como parte de ese juego y vinieron a asesoría porque algunos pensaban que eran homosexuales, y por supuesto que no; era sencillamente un juego sexual, que además es de lo más frecuente en esa edad de la pubertad.

RdeC: ¿Qué conclusión podríamos tener?

PMG: Yo diría que lo importante es establecer que toda persona tiene un proceso de conformación de la identidad, que se alcanza en la etapa adulta, pero pasa por un momento crítico en la pubertad y la adolescencia. Parte importantísima de esa identidad es asumir su sexualidad de manera sana, natural y con una alta autoestima, a lo cual contribuye esencialmente la familia, el entorno de relaciones saludables de amistad y el contacto consciente e informado con ese mundo de información y de influencias externas que ahora rodea a púberes y adolescentes.

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