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¿Por qué agredieron al gobernador de Durango?

Durango / Durango Principal / Opinión / 2 julio, 2019

Por: Gerardo Lozano

La agresión hacia los gobernadores de oposición, que son 25 de un total de 32, se ha convertido en una constante de los actos masivos que se realizan durante las giras de Andrés Manuel López Obrador.

Los operadores de MORENA y del equipo presidencial montan actos a donde acuden básicamente sus simpatizantes y fanáticos, los cuales son instigados para victoriar al caudillo y denostar a los gobernantes estatales y alcaldes opositores o de partidos distintos al oficial.

Los gobernadores y alcaldes tienen que asistir por protocolo a los eventos y soportar las agresiones, tragándose el sapo.

Es difícil establecer qué es peor: los grupos de “acarreados” que manejaba el PRI a cambio de dádivas o estos grupos de fanáticos cada vez más intolerantes que maneja MORENA, cuya agresividad se manifiesta principalmente en las redes sociales, pero se desborda hacia eventos públicos cuando son convocados o manejados.

Ya en Torreón el año pasado se dio una agresión en contra del gobernador priista Miguel Riquelme Solís, quien tuvo que aguantar a pie firme, pero el propio presidente intervino para calmar a sus simpatizantes y poner orden en el recinto.

El pasado 16 de junio en Gómez Palacio, le tocó al gobernador de Durango, José Rosas Aispuro, de extracción panista, quien recibió lo que bien puede considerarse como la agresión verbalmente más violenta de todas las que se han registrado hasta ahora, pues se prolongó por cerca de 15 minutos ininterrumpidos y ante la presencia de López Obrador, quien se mantuvo inmutable en su silla del estrado.

¿Por qué agredir de esa manera a un gobernador que además goza de índices de aprobación aceptables en su estado?

¿Por qué agredir de esa manera a un gobernador que además goza de índices de aprobación aceptables en su estado?

El único antecedente previo fueron las elecciones del 2 de junio para renovar a los 39 alcaldes del estado, realizadas apenas dos semanas antes.

Durango es considerado como el estado más pobre del norte de México, con un tercio de su población viviendo en condiciones de pobreza y de pobreza extrema, lo que pudiera parecer un terreno muy propicio para que prendiera el discurso de López Obrador y su partido MORENA.

Pero contra lo esperado en “el Chiapas del norte”, como denominan los críticos a Durango, MORENA tuvo un mal proceso electoral y de 39 alcaldías en disputa solo pudo ganar 2: Otáez, un modestísimo municipio de apenas 4’500 habitantes en el centro-oeste del estado, y Gómez Palacio, que es el centro industrial duranguense, pero el voto en buena medida vino del sector rural y no el urbano.

MORENA, RELEGADO ELECTORALMENTE

MORENA fue relegado a una tercera posición en la votación general del estado, pero en la capital, que concentra más de un tercio de toda la población estatal, el partido del presidente quedó relegado hasta un quinto lugar, por debajo del PAN, Movimiento Ciudadano, el PT e inclusive el PRI, al cual se le consideraba como liquidado.

El voto morenista se dispersó, en su mayoría, en los municipios rurales del estado, que son los más pobres, pero no le alcanzo sino para ganar el pequeño municipio de Otáez. Todos los demás se los tuvo que ceder al PAN y al PRI, incluidos todos aquellos municipios serranos en los cuales quien manda es el narcotráfico.

En la votación global estatal, que abarcó a 578 mil votantes de un padrón de un millón 298 mil, el PAN y su alianza con el PRD, alcanzaron un 30.46% de ese total de sufragios; el PRI pudo cosechar todavía 23.19% y MORENA se quedó en 17.96%, pero con un voto muy disperso en las zonas rurales y fuertes divisiones internas, por las cuales inclusive el PT decidió no ir en alianza con MORENA, como sucedió el año pasado.

De no ser por su apretado triunfo en Gómez Palacio, el nuevo partido oficial pierde todo en Durango.

Dos semanas después de esto vino la agresión y el propio AMLO se encargó, de entrada, de echar abajo proyectos de inversión ya comprometidos y presupuestados para la zona conurbada de la Laguna de Durango.

Si el PAN y sus aliados conservan los niveles de votación obtenidos el pasado 2 de junio, el escenario más probable es que repitan en la gubernatura dentro de tres años, pues además del 30.46% que obtuvo el PAN por sí y en su alianza con el PRD, Movimiento Ciudadano, que anteriormente estaba en alianza con el PAN, obtuvo un 12.19% de la votación global. MORENA y el PT, en caso de que volvieran a formar alianza, suman sólo un poco más del 24% de la votación total emitida en el estado.

Cualquiera que haya sido el móvil de la agresión en contra de José Rosas Aispuro, esto no se puede permitir, porque cada gobernador es el resultado de una elección de una entidad federativa, menos cuando las agresiones son tan burdas y en presencia del propio presidente de la república, quien por cierto tiene una piel delgadísima en este asunto de los abucheos populares, como el que se llevó en la inauguración del nuevo estadio del equipo de beisbol de los Diablos Rojos de México, el deporte de sus amores.

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