Por: Eugenia Rodríguez

Revista de Coahuila le dio un puntual seguimiento a los actos de proselitismo realizados por Claudia Sheinbaum en la región lagunera y el sureste de Coahuila, en los cuales se pudo constatar, de manera directa, toda una serie de anomalías que confirman lo denunciado por Marcelo Ebrard

Es muy difícil entender la postura política de Marcelo Ebrard, como también es muy difícil saber qué hará durante la campaña electoral del 2024, pero eso no anula el hecho de que su demanda a la dirigencia de Morena sobre las graves irregularidades en las precampañas de este año, desnuda al partido oficial, cuyos precandidatos, principalmente Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, cometieron toda una serie de actos que caen dentro de lo ilícito.

Revista de Coahuila le dio un puntual seguimiento a los actos de proselitismo realizados por Claudia Sheinbaum en la región lagunera y el sureste de Coahuila, en los cuales se pudo constatar, de manera directa, toda una serie de anomalías que confirman lo denunciado por Marcelo Ebrard.

Los precandidatos de Morena disponían de sólo 5 millones de pesos para realizar sus precampañas a nivel nacional. En el supuesto de que se distribuyeran esos 5 millones de pesos entre los 32 estados del país, en cada uno de ellos podían gastar únicamente 156 mil 250 pesos, solo como un referente, pues hay estados muy chicos y otros muy grandes, pero da una idea de que disponían de una cantidad muy modesta de recursos.

De entrada, en las principales ciudades de todo el país aparecieron decenas de anuncios espectaculares de Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, además de bardas y otro tipo de publicidades fijas, como mantas.

Cada anuncio espectacular tiene un costo promedio en Coahuila que va de los 20 mil a los 25 mil pesos, dependiendo de la ubicación, y ellos tenían las mejores.

Cada 100 espectaculares tienen un costo aproximado de 2 millones de pesos ¿Cuánto se gastó solo por este concepto en todo el país? ¿20, 30 millones de pesos? En su denuncia Marcelo Ebrard aporta datos al respecto.

En cada evento de proselitismo, según consta en videos y fotografías, se regalaban cachuchas, camisetas, mandiles, banderines, folletos. Una sola cachucha o gorra tiene un costo aproximado al mayoreo de 40 a 50 pesos, considerando que estaban impresas, y de ellas se regalaban masivamente, lo mismo que los demás artículos, los que se pueden contabilizar por millones.

UN GASTO SIN LÍMITES

Enseguida venía el montaje del evento. Si ponemos como ejemplo el caso de Torreón, cuyo evento fue en un costado de la plaza de armas, se contrataron dos toldos, con una longitud de casi una cuadra cada uno de ellos; cientos de sillas, un estrado que fue decorado en su derredor con flores; equipo de sonido y transporte público para el “acarreo” de asistentes.

Solo el arreglo floral del estrado, que era un cuadrado de 40 metros, debió tener un costo no inferior a los 80 mil pesos.

Enseguida venía la operación de “acarreo” de simpatizantes y de empleados públicos. Una parte de la concurrencia eran maestros y espontáneos, pero la mayoría estaba compuesta por gente traída de los ejidos de los municipios cercanos y empleados del municipio de Francisco I. Madero, cuyo presidente municipal, Jhonatán Rodríguez, dejó solo el palacio municipal y envió a toda su burocracia al evento. Este acarreo implicó la renta de autobuses de pasajeros al menos por ocho horas. Además de los camiones había que proporcionarles a los “acarreados” comida.

Los dirigentes de Morena en el estado se han negado a proporcionar información sobre quien cubrió todos esos gastos.

TODO UN APARATO EN TORNO A CLAUDIA

Una de las denuncias más importantes de Marcelo Ebrard es que en la precampaña de Claudia Sheinbaum participaron empleados públicos federales, entre los que destacaban los llamados “servidores de la nación”, quienes dependen de la Secretaría del Bienestar.

Lo que se pudo apreciar de manera directa es que Claudia Sheinbaum estaba apoyada por todo un aparato de personal, que se encargaba de la organización, de la difusión en medios, de la logística en general y de la “preparación” de la encuesta que luego se realizó, pues en cada evento había todo un equipo de encuestadores, levantando datos personales de los asistentes, como nombres, edad, teléfono, lugar de residencia, etc.

Gran parte de este equipo estaba integrado efectivamente por “servidores de la nación”, quienes son empleados federales, lo cual es un delito, lo mismo que el haber llevado empleados municipales del gobierno municipal de Francisco I. Madero.

Todo este equipo humano de apoyo en la precampaña de Claudia Sheinbaum tuvo un muy alto costo, si se considera que se le tuvo que pagar transportación desde la ciudad de México a los 32 estados del país, no en uno, sino en múltiples viajes, pero además se le tenía que pagar alimentación y vehículos para transportarse de una ciudad a otra dentro de los estados. ¿Quién pagó todos esos gastos? Hasta la fecha se desconoce.

En el supuesto caso de que en un estado como Coahuila se dispusiera de 250 mil pesos para la campaña en sus principales ciudades, a Torreón deberían de tocarle algo así como 60 mil pesos, lo que no alcanzaba ni para comprar las flores que adornaban el estrado usado en el evento.

¿Cuánto costó la campaña de Claudia Sheinbaum a nivel nacional? No hay una cuantificación posible, porque además toda la evidencia del gasto quedó oculta y ya debió de haber sido destruida, pero si se evalúa la campaña que realizó en Coahuila, evento por evento, tuvo un costo muy, muy superior a los 5 millones de pesos que representaban el presupuesto total. Habrá que imaginar el costo que tuvo en lugares como la ciudad de México, cuya zona conurbada es 10 veces más grande que el estado de Coahuila.

Como lo denunció abiertamente en un video que difundió Pio López Obrador, el propio hermano del presidente, “se aplicaron prácticas peores que las que aplicaba en sus viejos tiempos el PRI” (el video se puede seguir viendo en la red, a menos que ya haya sido censurado).

Entrevistado directamente sobre quién pagaba los cientos, tal vez miles, de espectaculares que tenía en todo el país, Adán Augusto López, quien rechazó los 5 millones de pesos que le destinó el partido para la precampaña, manifestó que ¡lo desconocía! Y argumentó, con sorna, que debían de ser simpatizantes o amigos, quienes lo hacían de una forma espontánea, de su propio bolsillo.

Una respuesta muy cínica para un hecho muy delicado, con la paradoja de que aún con tantos “amigos y simpatizantes”, que no escatimaron en gastar millones de pesos, Adán Augusto López quedó en el cuarto lugar, cuando él afirmaba que tenía encuestas (que evidentemente debió de pagar) que le colocaban muy cerca de Claudia Sheinbaum, en el segundo lugar y con posibilidades de ganar.

Marcelo Ebrard puede ser calificado de tibio, de confuso e indeciso y hasta de incoherente en la postura política que ha tomado después de las precampañas de Morena, algo que se verá de manera más nítida en el transcurso de los próximos meses, pero la denuncia que ha puesto ante los órganos de la dirigencia nacional del partido, es un documento que está sustentado con evidencia, la cual comparten todos los medios de comunicación que hayan cubierto los eventos de proselitismo de Claudia Sheinbaum.

Se puede anticipar que la decisión de Morena sobre la demanda de Ebrard quedará en nada, en un partido o movimiento, según se le quiera decir, que ha actuado con un pragmatismo aberrante, que sigue la viejísima máxima de la inmoralidad política: “el fin justifica los medios”, lo que se practica de manera cada vez más contundente, cuando todavía no inicia siquiera oficialmente la campaña electoral por la presidencia de la república.