Luis Echeverría y los inicios de AMLO

Por: Gerardo Lozano

Para Andrés Manuel López Obrador la historia política de lo que él llama el neoliberalismo; concepto por el que ha sustituido su famosa “mafia del poder” y al cual le atribuye todos los males del país, comenzó en 1982, con el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado.

Si se revisa el abundantísimo discurso de AMLO, jamás se ha referido a los presidentes José López Portillo y menos aún a Luis Echeverría, quien sigue vivo y en la opinión de todos los analistas políticos y económicos su gobierno fue el inicio del desastre del llamado desarrollo estabilizador.

Ahora que se ha conmemorado el 51 aniversario de los sucesos del 68, que es todo un ritual en la ciudad de México, AMLO se sumó al discurso conmemorativo, pero en 1968 él tenía tan solo 15 años de edad y cursaba el tercer año de secundaria en su natal estado de Tabasco. Es muy probable que ni tan siquiera se haya enterado de los sucesos del 68.

Cuatro años después, a los 19, se estaba instalando en la ciudad de México, donde se convierte en un entusiasta activista político del PRI. Era el año de 1972 y el gobierno de Luis Echeverría estaba en su apogeo. En ese gobierno y en ese PRI se inició a la política AMLO. Toda su carrera como universitario transcurre dentro de ese gobierno y dentro de los cuadros juveniles del PRI, mientras los movimientos juveniles de izquierda eran apaleados o asesinados por los “halcones” y los más radicales liquidados por las “guardias blancas”.

Regresa a Tabasco para seguir militando en programas sociales del PRI y campañas electorales, donde es presidente estatal en 1983, para regresar al año siguiente a la ciudad de México, como funcionario público en el Instituto Nacional del Consumidor y nada menos que maestro en el Instituto de Formación Política del PRI.

En 1987, a los 34 años y ya casado y padre de dos hijos, finalmente se gradúa como licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública; sólo 15 años después de que iniciara la carrera.

Lo que un hombre hace, piensa y asume de los 19 a los 34 años determina ordinariamente el resto de su vida, en todos los sentidos.

De origen, la formación política básica de AMLO se da dentro del PRI durante los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo, que abarcan de sus 19 a sus 29 años de vida. Son sus raíces para el resto de su ya muy larga carrera política que le ha llevado a la presidencia de la república.

Quien busque a un AMLO joven en la izquierda mexicana debe estar demasiado extraviado o vivir en el mundo de la fantasía.

Esto explica el por qué evita referirse a los expresidentes Luis Echeverría y José López Portillo y su respectivos gobiernos.

VUELTA AL PASADO

Después del periodo de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, quien había sido su secretario de Gobernación, manejó en su gobierno un doble discurso: por un lado fue un gobierno populista y, por el otro, un gobierno represor, autoritario e intolerante con toda crítica y con los medios de comunicación, a quienes mantuvo bajo censura.

En su discurso incluyó una retórica de izquierda, pero incorporó a su gobierno o reprimió a la mayoría de los movimientos de izquierda.

Su política económica estuvo fincada en la rectoría económica del estado, incrementando desmesuradamente el gasto público para sostener un crecimiento económico. Se inicia la creación de una gran cantidad de empresas paraestatales o la adquisición de empresas privadas en quiebra para rescatar el empleo.

Como gobernante fue autoritario, intolerante ante cualquier forma de oposición, llegando al uso de la violencia de Estado, pero, contradictoriamente, lanzó una serie de programas de tipo asistencialista, con un gran derroche de recursos públicos.

La administración pública se caracterizó por la improvisación y la falta de orden.

Fue muy activo en sus giras internacionales, que eran verdaderas caravanas del derroche.

José López Portillo heredó un enorme desorden, una gran deuda, que pasó de 6 mil a 20 mil millones de la época y en general la primera crisis económica desde el establecimiento del nuevo Estado mexicano.

López Portillo inició su gobierno pidiendo perdón a los pobres y prometiendo que, por fin, sacaría a todos los sectores marginados de esa pobreza, pero inicialmente fue cauto en el gasto.

A raíz del boom petrolero más grande que ha tenido el país, perdió el piso y se comenzó a tener un manejo desordenado de la economía y con enormes dispendios.

Solicitó créditos internacionales, lanzó toda una serie de grandes programas asistenciales destinados, en teoría, a detonar la economía de los mexicanos más pobres, todo envuelto en una retórica de grandiosidad y con constantes referencias de carácter histórico, pues la historia era una de sus pasiones y es autor de varias obras, todas ellas cargadas de esa visión de grandiosidad.

Terminó en medio de un caos financiero, un gran desorden gubernamental y una crisis grave de la economía, al grado que se le sigue denominando al periodo que va casi hasta finales de los ochenta como la “década perdida”.

El bono petrolero, que pudo haber detonado el desarrollo del país se perdió. Vino la devaluación y el periodo de inflación más grande que ha tenido la economía del país desde el periodo revolucionario.

En estos dos gobiernos y en este PRI transcurrieron los primeros 10 años de la vida política de Andrés Manuel López Obrador, de sus 19 a sus 29

De ellos debió aprender lecciones muy importantes sobre lo que no debe hacer un gobierno, pero también recibió una fuerte influencia sobre la idea de la política y del Estado, como la rectoría económica de éste, el autoritarismo que reúne en la figura presidencial todo el poder, la poca o nula tolerancia ante la crítica, el asistencialismo que puede caer en populismo y, algo muy importante, la idea de una grandiosidad histórica.

Si uno lee los primeros discursos de Luis Echeverría o los discursos de mediados del periodo de José López Portillo, puede asombrarse de la resurrección de esa retórica, sobre todo en temas como la pobreza, la macroeconomía, el papel del estado, el petróleo, la oposición y los sectores del país que entonces eran opuestos a esos dos gobiernos y hoy lo son al de AMLO.