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Las cuentas alegres sobre la disminución de pobreza; todo lo que no se dice

Análisis Político y Social / 5 septiembre, 2023

Por: Rodrigo Tejeda

Justo en medio de las campañas electorales por la sucesión presidencial, el CONEVAL ha dado una noticia que parece espectacular: nueve millones de mexicanos han salido de la pobreza entre el 2020 y el 2022, lo que inmediatamente se ha traducido como el espaldarazo y la mejor propaganda al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero el análisis del informe del CONEVAL aporta muchos otros indicadores e información, que muestran una serie de problemas muy delicados e incluso de retrocesos graves en sectores de bienestar como la salud y la educación, entre otros.

Sería mezquino no reconocer que los programas del bienestar han comenzado a tener un éxito importante en la disminución de la pobreza moderada, y que es una política acertada que deberá tener continuidad, pero las campanas no se pueden echar al vuelo; hay problemas, y muy graves.

Lo primero es preguntarse cómo mide el CONEVAL la pobreza. Usa seis indicadores: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, seguridad social, espacios de vivienda, servicios en la vivienda y alimentación nutritiva.

¿Y cómo mide la pobreza extrema? Si hay tres o más carencias de estos cinco indicadores, se considera que la persona está en pobreza extrema, lo que significa que está por debajo de la llamada Línea de Pobreza Extrema por Ingresos; es decir, no puede cubrir siquiera la canasta básica por persona al mes.

De 2016 a 2020 la pobreza moderada y la pobreza en general habían ascendido en México de 52.2 millones de personas a 55.7 millones, pero de 2020 a 2022 descendió en 8.9 millones de personas, lo que es sin duda un logro muy grande, pero la pobreza extrema no se ha movido en los últimos seis años, pues sólo bajó un 0.1% y afecta al 7.1% de la población total del país, que abarca a 9.1 millones de personas.

Esto implica una primera revisión al gasto de asistencia social que AMLO debe atender, pues no está cubriendo a “los más pobres de los pobres”.

En 2023 el gasto en los programas del bienestar ascendió a 805,227 millones de pesos, recortando el gasto y la inversión en varias áreas estratégicas de la administración pública, pero de ese gran gasto un 38.8% se destina al programa denominado de los adultos mayores, quienes tienen 65 o más años, el cual se aplica de forma universal.

Al aplicarse de forma universal, está llegando a adultos de clase media e inclusive personas ricas, y está dejando de llegar a personas en extrema pobreza, algo que han advertido varios especialistas, quienes han planteado que el programa no debe ser universal, sino dirigido a quien realmente lo necesita.

Otro dato esencial que da en su informe el CONEVAL es el grave problema de la distribución de la pobreza por regiones y estados del país, lo que exige también una política de gasto social más orientada y selectiva.

El 67.4% de la población de Chiapas se encuentra en situación de pobreza, de los cuales más del 20% está en pobreza extrema.

Guerrero, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Veracruz tienen un índice de pobreza superior al 50%, en contraste con Nuevo León, Coahuila, Baja California y Chihuahua, donde el índice de pobreza es menor al 20%, por citar solo los estados que marcan el mayor contraste en el país.

 GRAVES PROBLEMAS EN SALUD Y EDUCACIÓN

Lo que ha sucedido en términos más objetivos es que la ayuda externa a las familias, que proviene de las remesas de los “paisanos”, los programas del bienestar y las becas, ha mejorado al menos tres de los cinco indicadores a un nivel en que logran brincar el umbral de pobreza, pero en gran parte de los 8.9 millones este “brinco”, como lo podíamos llamar, es corto.

El gobierno de AMLO tiene un gran mérito en esta disminución de la pobreza moderada, pero el mérito más grande lo tienen las remesas, pues en este año pueden ubicarse entre 64 mil y 66 mil millones de dólares, que, al tipo de cambio de 17 pesos, están por encima del billón de pesos, contra los 805 mil millones del presupuesto del bienestar para 2023. 

Como un comentario adicional, la actual política monetaria del gobierno de AMLO está afectando a las familias que reciben remesas, con las cuales luchan contra la pobreza.

Nadie le está dando el mérito a la población emigrante trabajadora, y ya los políticos oficiales le atribuyen todo el mérito al gobierno morenista, pues están en campaña electoral y les viene de maravilla.

Pero en el reporte del CONEVAL hay puntos negros, muy negros, y los más importante son en salud y educación, dos de los seis indicadores con que se mide la pobreza.

El 50% de la población del país no tiene acceso a la seguridad social debido al muy alto nivel de informalidad en la economía, lo que es un problema muy grave, pero lo es aún más el acceso a los servicios de salud.

En el 2016 sólo el 15.6% de la población del país no tenía acceso a algún servicio de salud pública, pero en 2022 este porcentaje se ha incrementado escandalosamente a un 39%, lo que significa que hay 50.4 millones de mexicanos sin acceso a servicios básicos de salud.

Lejos de disminuir el problema se multiplicó en el actual sexenio, con la eliminación del llamado Seguro Popular y la ineptitud para sustituirlo, además de haber creado una grave crisis en el suministro de medicamentos. Por lo menos 30 millones de mexicanos han perdido el acceso a algún servicio de salud, en lo que es uno de los grandes fracasos en el combate a la pobreza.

Actualmente el presupuesto de salud en México es del 2.5% en relación al PIB nacional, cuando la Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda que el gasto mínimo debe ser del 6% del PIB.

Los indicadores de acceso a los servicios de educación también se han deteriorado, especialmente en el sector básico, en localidades de baja población y en todo el sector rural del país.

De acuerdo a los últimos datos del INEGI, en los que se basa el CONEVAL, 25.1 millones de mexicanos tienen carencias de educación, lo que empeoró con la pandemia.

El 16% de la población de entre tres y 21 años no asiste a la escuela y no cuenta con la educación obligatoria o básica.

Hay otro indicador que está relacionado con la pobreza y que no ha sido referido en el informe del CONEVAL: el costo de la vivienda, en todos los niveles sociales, se ha encarecido agresivamente en el actual sexenio, debido a los grandes incrementos en los costos de los materiales de construcción, lo que dificulta a la población, sobre todo a los jóvenes, el tener acceso a una vivienda propia.

¿DE QUE TAMAÑO HA SIDO EL BRINCO?

La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, realizada por el INEGI recientemente, muestra que ha habido una mejora en el gasto de alimentación, servicios en la vivienda y espacios en la misma, lo que está relacionado con la medición de la pobreza, pero estas mejorías son modestas.

Es muy explicable que una pareja de la tercera edad que recibe 4,800 pesos de ingresos adicionales por mes, contando a ambas partes, tiene acceso a una mejor alimentación y a realizar ciertos gastos en medicamentos y en la mejora de su hogar, lo que le permite dar ese brinco para salir de un nivel de pobreza, pero ese ingreso está limitado a un determinado grupo de personas en el país.

Lo mismo ocurre con las becas y con otros programas que hacen entregas de dinero en efectivo. Hay un problema: ¿hasta dónde puede estirar el gasto social un gobierno si su economía no crece lo suficiente? 

Argentina es el caso más emblemático sobre los límites del Estado para entregar ayuda económica a la ciudadanía, que sólo es una medida de remediación, pues el verdadero camino para acabar con la pobreza es el desarrollo económico, que se traduce como empleo con sueldos altos, algo que se puede mostrar nítidamente en los estados más industrializados y ricos de México, en contraste con los más pobres.

A partir de 2024, y muchos especialistas opinan que ya desde este 2023, la capacidad gubernamental de gasto social estará o está extralimitada, lo que significa un desequilibrio en el presupuesto. En términos coloquiales, esto se traduce a tapar un agujero abriendo otro.

Solo para referir lo más evidente, el gasto en los programas del bienestar ha significado un retroceso terrible en el sector salud y en educación, cuando el de salud es el servicio social esencial, y la educación la vía más importante para el ascenso social.

Podría haber habido un mejor equilibrio sin el empeño necio en gastar en las obras suntuarias e innecesarias de este gobierno, y en la también necia e ineficiente política petrolera y energética que se está aplicando.

No deja de ser sorprendente que en el periodo de 2020 a 2022 salieron de la pobreza moderada 8.9 millones de mexicanos, cuando en la medición de los dos años anteriores la pobreza se había incrementado. Sin duda un gran espaldarazo al gobierno de Andrés Manuel López Obrador por parte del CONEVAL, anunciado en un momento políticamente inmejorable.

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Redacción




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