Por: Marcela Valles
Su administración se ha caracterizado por la reducción de las becas a los deportistas y la falta de apoyo, lo cual ha hecho crisis en este año de 2023
Para los estándares mexicanos, Ana Gabriela Guevara fue una extraordinaria atleta, medalla de plata en los 400 metros planos en la olimpiada de Atenas, en 2004, pero como funcionaria pública, encargada de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, CONADE, ha sido un desastre, donde se han mezclado la prepotencia, la insensibilidad y ahora la corrupción para convertirla muy probablemente en la peor dirigente del deporte mexicano, por lo menos de las últimas décadas del siglo pasado y lo que va del actual.
En base a la referencia de los cronistas deportivos veteranos, quienes cubrieron su carrera deportiva, Ana Gabriela Guevara era ya una muchacha de un carácter difícil, explosivo, pero eso la ayudaba en su desempeño deportivo. Inclusive se retiró del deporte en 2008 en medio de un conflicto con la Federación Mexicana de Atletismo, a la cual acusaba de ineptitud y corrupción.
Como deportista no le fue mal económicamente, pues además un medallista olímpico de plata recibe una beca vitalicia de 11 mil pesos mensuales.
Ana Gabriela Guevara decidió ingresar a la política, aprovechando la fama pública de la que gozaba. Originalmente apoyó a Felipe Calderón, en 2006, cuando todavía estaba en activo como atleta, pero se desilusionó porque el expresidente no hizo lo que ella deseaba en la Federación Nacional de Atletismo y se sumó al PRD, para postularse como candidata a la delegación Miguel Hidalgo, en la ciudad de México, pero perdió, aunque obtuvo una buena votación.
Enseguida busca una candidatura a senadora de la república por el PT, la cual pierde, pero logra ser considerada en la lista de plurinominales, así que se convierte en senadora plurinominal del 2012 al 2018.
Pasa así de ser una atleta olímpica premiada y con una beca de 11 mil pesos mensuales, a ser una senadora de la república con un sueldo real que se puede aproximar a los 200 mil pesos mensuales, sumando todas las prebendas y las prestaciones. Su fama pública comienza a redituarle beneficios económicos y políticos.
Como persona, según lo reporta la crónica parlamentaria, Ana Gabriela Guevara sigue siendo una persona de un carácter fuerte, con frecuencia difícil, y una preparación profesional muy modesta, pues apenas logró terminar los estudios de preparatoria, en parte debido a sus compromisos deportivos y en parte al desinterés personal.
PRESIDENTA DE LA CONADE
En 2019, al formarse el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Ana Gabriela Guevara logra la dirección de la CONADE y despierta muchas expectativas, pues se daba por sentado que era una exatleta muy destacada, que conocía la problemática del deporte en México y podría realizar una renovación a fondo, pues sus viejos reclamos de ineficiencia y corrupción no estaban fuera de la realidad que se vive en muchas de las federaciones que manejan el deporte en México.
El desencanto vino muy pronto. Respaldada en el apoyo de AMLO, Guevara Espinoza se convirtió en una funcionaria prepotente, muy poco empática y solidaria, lo que resultaba del todo contradictorio.
Su administración se ha caracterizado por la reducción de las becas a los deportistas y la falta de apoyo, lo cual ha hecho crisis en este año de 2023, al negarle cualquier apoyo al equipo mexicano de natación artística y a varios clavadistas y nadadores, pero también a figuras de relevancia internacional, como la raquetbolista Paola Longoria.
El equipo de natación artística, que recibía becas que iban de los 7 mil a los 22 mil 500 pesos, dejó de recibirlas, pues Ana Gabriela Guevara argumentaba que tanto las entrenadoras como las nadadoras eran “deudoras” de la CONADE.
Desafiando a Guevara, el equipo de natación artística buscó el apoyo de dos organizaciones privadas e hizo una campaña de ventas de souvenirs, como trajes de baño y objetos emblemáticos, lo que desató el enojo de la directora de la CONADE, quien declaró que no se les iba a dar ningún apoyo y, por ella, podían “seguir vendiendo calzones”, lo que desató la crítica de todo el medio deportivo en México.
Para colmo, la Selección Mexicana Femenil de Natación ganó la medalla de oro en la Copa del Mundo, con sede en Egipto, lo que dejó en la peor posición a Ana Gabriela Guevara, que siguió sin ceder en su postura, lo que motivó que las nadadoras promovieran un amparo ante el poder judicial, el cual ganaron al ordenar un juez a la CONADE la reanudación del pago de las becas y el retroactivo correspondiente.
Enseguida vino un conflicto más, que databa de 2022, entre Guevara y la multicampeona internacional de raquetbol, Paola Longoria, a la cual Ana Gabriela Guevara señalaba como deudora de un millón 500 mil pesos, que supuestamente debía desde el 2014.
Después de tres años sin recibir becas y apoyos, Paola Longoria demandó a la CONADE y, al igual que las nadadoras, ha ganado el pleito, lo que obliga a la Comisión a pagar todo el adeudo que tiene pendiente.
Siguiendo la tónica del actual gobierno de AMLO, la titular de la CONADE ve una supuesta corrupción en todo su entorno, lo que posteriormente no puede demostrar en los juzgados, pero en su comportamiento hay mucho de visceral y, con gran frecuencia, se toma los conflictos que emprende de manera personal.
Pero a Guevara Espinoza que se maneja con el estandarte de la anticorrupción, recientemente la Auditoría Superior de la Federación, ASF, le ha fincado una demanda ante la Fiscalía General de la República, por irregularidades cometidas por la sonorense, que suman los 150 millones de pesos.
Como ejemplo de tales irregularidades, la ASF ha dado a conocer que la CONADE realizó transferencias a la Federación Ecuestre Mexicana hasta por la cantidad de 20 millones de pesos, sin que se haya podido justificar dicha erogación.
Otra irregularidad es la compra de 2 mil relojes deportivos, pero la CONADE no puede demostrar que realmente se dio la prestación de dicha compra.
No obstante que la demanda de la ASF está fundamentada y se llevó a cabo de manera formal ante la FGR, en su conferencia “mañanera”, el presidente López Obrador, personalmente, hizo una defensa de Ana Gabriela Guevara, manifestando que es una funcionaria honesta y, pasando por encima del proceso que debe de llevar a cabo la FGR, argumenta que Guevara está libre de cualquier responsabilidad.
Como ha sucedido en muchos otros casos, el apoyo presidencial paraliza las investigaciones de la Fiscalía General de la República y absuelve a funcionarios que son sujetos a un proceso de investigaciones por parte de la ASF, como en apariencia será el caso de la titular de la CONADE. Es, penosamente, la tónica de un gobierno que prometió combatir la corrupción.
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