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UAdeC: en grave crisis financiera

Especiales / 4 enero, 2022

Por: Rodrigo Tejeda

La Universidad Autónoma de Coahuila, base de la educación universitaria en el estado, se encuentra en una grave crisis financiera, al acumular, en datos oficiales, pasivos por 1,537 millones de pesos y el monto, ya inmanejable, se sigue acumulando, pues tan solo en su sistema de pensiones tiene un pasivo de 470 millones de pesos, lo que pone en riesgo el pago a sus 2 mil 228 jubilados.

Lejos de mejorar, la situación puede empeorar aun más si se toma en cuenta el presupuesto asignado para 2022 por el gobierno federal, el cual tomó como base un incremento presupuestal de sólo 3.7% como índice de inflación en 2021, cuando el índice oficial, no real, ha superado ya el 7% al cierre del año y se mantendrá por lo menos en el primer semestre de 2022.

La UAdeC tiene un problema presupuestal de origen muy desventajoso, ya que el gobierno federal sólo aporta el 50% de sus ingresos, mientras que el gobierno estatal tiene que aportar el otro 50%.

A nivel nacional el promedio de aportación de la federación a las universidades públicas es del 68% y 32% de aportaciones estatales, pero existe una gran desigualdad entre las diferentes universidades, ya que instituciones como la Universidad Autónoma de San Luis Potosí tiene una aportación federal del 90%, al igual que la autónoma de Yucatán o la autónoma de Oaxaca, con una aportación federal del 89%.

El compromiso de la UAdeC era incrementar hasta un 4% su matrícula escolar desde el ciclo 2019-2020, lo cual se cumplió, pero ahora tendrá más alumnado con menos presupuesto, lo que implicará, inevitablemente, el tener que implementar, a partir de 2022, una política de recortes del gasto corriente de la universidad, lo que repercutirá en la oferta educativa y la calidad académica.

LA CONSECUENCIA: EL DETERIORO

Antes de la pandemia de COVID-19, la UAdeC tenía una matrícula de 37,297 estudiantes, de los cuales 9,875 se ubicaban en el nivel de bachillerato; 25,585 en licenciatura y 1,837 en postgrado, pero como consecuencia de la pandemia un 5% de los alumnos no ha regresado a continuar sus estudios.

La planta de maestros del nivel superior de la UAdeC es de 2,636 maestros, de los cuales 893 son de tiempo completo y 1,742 de tiempo parcial.

Para dimensionar la importancia de la UAdeC en la educación del estado, hay que hacer referencia al concentrado estadístico del sistema educativo de Coahuila, que reporta en el sector público un total de 99,418 estudiantes y 74,685 en el nivel superior, mientras que en el sector privado hay 41,841 estudiantes en el bachillerato y 41,331 en el nivel superior.

La UAdeC representa el equivalente al 73% de toda la oferta privada de educación superior y el 38% de toda la oferta pública.

Tan solo en 2021 la universidad redujo sus ingresos en 115 millones de pesos, pero la reducción seguirá avanzando en 2022.

Las consecuencias de la crisis financiera son previsibles: problemas para el mantenimiento en general, tanto de espacios físicos como de equipamiento; paralización de la inversión en nuevos proyectos de expansión; deterioro de su tarea de investigación y divulgación y problemas para ofrecer incrementos salariales a su personal docente y administrativo.

En un caso extremo se tendrían que realizar toda una reingeniería financiera, recortando la nómina, que se lleva la mayor parte de los ingresos; reducir el paquete de prestaciones laborales, lo que podría acarrear conflictos internos y, en la peor de las alternativas, reducir la oferta educativa, suprimiendo licenciaturas de baja demanda, fusionando carreras y aumentar los cobros de ingreso a los alumnos, lo que tendría repercusiones de carácter social.

La situación de los fondos de pensiones son todo un problema muy crítico, al tener que estarlos subsidiando con ingresos que deberían destinarse a otros gastos o bien, en lo que es otro problema, recibiendo subsidios especiales por parte del gobierno estatal, que también se encuentra en una situación financiera muy compleja.

LA UAdeC es parte de un grupo grande de las 32 universidades autónomas estatales del país que están en crisis financiera, algunas de las cuales han caído en plena insolvencia y están pidiendo un rescate por parte del gobierno federal y los estatales.

LAS UNIVERSIDADES DEL BIENESTAR

Hasta ahora la respuesta principal del gobierno federal ha sido la de pedir a las universidades el “apretarse el cinturón” y el cuestionar que la mayor parte del sistema nacional de universidades públicas se encuentran bajo el control de grupos políticos, se les relaciona a varias de ellas con la denominada “estafa maestra” y la política financiera, en términos generales, es recortar los recursos.

En forma paralela el mismo gobierno federal ha puesto en marcha 100 “universidades” públicas, denominadas Universidades del Bienestar Benito Juárez, con el proyecto de llegar hasta 140 planteles y una población de 200 mil alumnos, cuando actualmente apenas tiene una población un poco mayor a los 27 mil alumnos, los cuales reciben una beca mensual de 2,500 pesos, por el solo hecho de ser alumnos.

Es un proyecto que, en la opinión de los especialistas, es precario y resultado de la improvisación, ya que se trata de planteles ubicados muchos de ellos en instalaciones inadecuadas, con una o dos carreras, en comunidades o municipios muy pequeños, donde no hay una planta docente adecuada, por el tipo de carreras que se ofrecen y, en términos generales, se trata de una oferta de educación superior que pueden cubrir las universidades públicas que ya están establecidas.

Este es el caso de Coahuila, donde han anunciado tres planteles, en los municipios de Piedras Negras, Francisco I. Madero y Viesca. Hasta abril de 2021 las instalaciones se encontraban en obra negra por falta de asignación de recursos.

En Piedras Negras se ofrece la Licenciatura en Estudios Sociales, algo demasiado ambiguo para una región inminentemente agropecuaria, manufacturera y con un fuerte sector energético.

En Francisco I. Madero, una población ubicada a menos de media hora de la ciudad de Torreón, se está ofreciendo la Ingeniería en Procesos Alimenticios, cuando la UAdeC tiene todos los recursos para poder ofrecer con mayor solidez una ingeniería de ese tipo.

En Viesca, se ofrece la Licenciatura en Enfermería y Obstetricia, cuando en la pequeña población, ubicada a cerca de 70 kilómetros de Torreón, no hay manera de reclutar una planta docente calificada.

Las condiciones en que se maneja el proyecto y la inversión que se realiza en el mismo no parecen tener sentido, pero la totalidad de los alumnos inscritos, que son relativamente pocos, lo hacen para recibir una beca de 2,500 pesos mensuales, ya que incluso no hay proceso de selección alguno en lo académico, sino un trámite para recibir un subsidio gubernamental.

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