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Humberto Moreira y el exótico caso de Isabel Arvide

Coahuila / Especiales / Slider / 10 agosto, 2020

Por: Gerardo Lozano

Habrá que reconocer que Isabel Arvide Limón es un caso extraño y exótico del periodismo y de la política mexicana. Y decimos extraño y exótico por que no cabe en la simple calificación de ser una periodista que extravío el camino para dedicarse a quehaceres y prácticas que se apartan por completo de principios elementales de la ética, pero de una manera que se antoja por momentos increíble, aunque ella misma, a través de varios libros publicados le agrega bastante fantasía a una historia personal ya sumamente colorida.

Apegándose a la crónica disponible, Isabel Arvide Limón se inició como periodista en 1976, en el periódico Excelsior, en el cual dura un periodo bastante corto, para pasarse a El Sol de México y a los diarios de la cadena OEM, entonces de una línea oficialista férrea. Hasta el año de 1984 se desempeña como periodista profesional. En 1980 cubre como corresponsal la guerra Irán-Irak y en 1984 recibe el Premio Nacional de Periodismo por el género de columna. Eran tiempos de un dominio presidencial aplastante.

Aunque se sigue manteniendo en la cadena OEM con su columna “Sin Gafete” y con diversos trabajos periodísticos, viene a menos y va cayendo profesionalmente hasta casi desaparecer, para surgir con un blog denominado Estado Mayor, dedicado a temas militares y de seguridad, lo que le permite convertirse en una de esas exóticas figuras que ocupan las primeras líneas de los periodistas de las conferencias “mañaneras” de López Obrador, donde se destaca por pedir dinero para los medios que trabajan en las redes sociales y, al mismo tiempo, castigo para quienes “ofenden” al señor presidente.

De la mujer atractiva y atrevida de 1976, cuando tenía 25 años y comenzó a cubrir la fuente de la presidencia de la república, ahora es una señora de 68 años, muy deteriorada y, extraoficialmente, con algunos problemas de salud, pero con una larguísima experiencia para adular presidentes, lo que le ha alcanzado para encantar a López Obrador, quien la ha nombrado cónsul en Estambul, Turquía, sin que tenga formación alguna para ello, lo que ha desatado la polémica, pero López Obrador, fiel a su estilo, la ha defendido, porque después de todo es parte del pool de gente de las redes sociales que lo defiende y alaba todos los días.

Tomando como referencia sus propios libros, especialmente el denominado Mis Presidentes, que, como algunas de sus otras obras, esta plagado de imprecisiones que hacen dudar de su veracidad y de donde termina la realidad y comienza la fantasía, ella misma narra que fue amante de Luis Echeverría Álvarez, con quien sostiene un romance glamoroso (ella tenía 25, él 55), lo mismo que relaciones íntimas con José López Portillo.

Aun con las imprecisiones de sus escritos, es un hecho que utilizó el oficio periodístico para disfrutar y beneficiarse de sus relaciones con el círculo presidencial, con el cual convivía tanto sexualmente como en la nota diaria y los chismes palaciegos, que posteriormente contaría en sus columnas y en sus obras, la mayoría de ellas de un muy escaso éxito editorial.

Pero como dice el compositor Alberto Aguilera, alias Juan Gabriel, “el tiempo es cruel y es un mal amigo que nunca perdona, ha hecho estrago en mi gente como en mi persona“ y ¡Ay! Para los años noventa Isabel Arvide ya era una señora con cuarenta y muchos años, aunque conservara parte de sus artes de antaño.

En 1997 publica un escrito denominado “A mi también me da pena”, donde califica a Sasha Montenegro, esposa de un José López Portillo ya viejo, como “encueratríz venida a menos”, quien, con verdadera furia, le finca tres demandas por difamación y daño moral, lo que termina con una sentencia en contra de Arvide Limón, por cinco millones de pesos de la época, lo que daña severamente su economía y le produce un fuerte desgaste.

LOS MILITARES Y EL MODELO COAHUILA

Muchas vueltas suele dar la vida e Isabel Arvide, después de estar en la desgracia, tiene un segundo aire bastante extraño.

Dado el perfil del personaje, de alguna manera logra relacionarse con alguno en particular o con varios mandos militares del más alto rango, pasando de los círculos políticos del poder federal de la ciudad de México, al círculo del mando militar del país.

Siendo mujer, sin ninguna relación previa con el medio militar, sin antecedente alguno en temas de seguridad, comienza a sostener una relación muy estrecha con el Secretario de la Defensa Nacional del gobierno de Felipe Calderón, el general Guillermo Galván.

Y es así que aparece por Coahuila, nada menos que en el sexenio de Humberto Moreira Valdés.

En el 2008 la seguridad pública comienza a volverse un desastre en Coahuila, ante la penetración a todo el estado del cartel de los Zetas y el, hasta hoy, inexplicable comportamiento del gobierno de Humberto Moreira.

En medio de esta situación alarmante, de algún lugar, se supone que de la iniciativa de Isabel Arvide, aunque esto no se pueda afirmar de manera contundente, se crea el llamado MODELO COAHUILA, por el cual se propone que se pongan militares retirados al frente de las direcciones de seguridad pública de los gobiernos municipales, en especial de los municipios fronterizos y de mayor conflicto, como los de La Laguna, quienes serian acompañados de un equipo de confianza también formado por militares con permiso o exmilitares.

Aparece así en Coahuila Isabel Arvide, representando a 16 militares, la mayoría de ellos generales, para implementar el MODELO COAHUILA.

A Torreón le toca el general Bibiano Villa, un pintoresco y parlanchin militar, quien parecía el más cercano a Isabel Arvide.

Ella se instala en una casona de lujo en la colonia Nogalar del Campestre, en Saltillo, se rodea de guardias personales y se dedica, en la versión de los funcionarios de seguridad de aquel tortuoso gobierno, a llevar una vida de gran ajetreo social; una fiesta continua donde los principales agasajados eran los militares.

Contraviniendo las formas y el orden institucional, Isabel Arvide era algo así como la representante o administradora de los militares, de quienes estaba al pendiente de que fueran bien atendidos, al grado de vigilar el pago puntualísimo de sus sueldos, pero al mismo tiempo era el enlace del gobernador con el general Guillermo Galván.

No se podía hacer ni decidir nada sin que ella lo supiera y estuviera presente, algo de lo que inclusive comenzó a quejarse el propio Humberto Moreira, quien no podía tratar asunto alguno ni charlar con los militares sin tener encima a aquella mujer que el mismo había traído a Coahuila.

Nunca se ha sabido cuanto ganaba Isabel Arvide por tan singular trabajo. Se mencionan cantidades escandalosas, pero no hay comprobante oficial de nada, ni siquiera de cuanto ganaban los generales.

El MODELO COAHUILA

Rodeados de militares de confianza, los generales toman las direcciones de seguridad pública de varios municipios, entre ellos Torreón, que era el más importante. Crean una especie de bunker y, en teoría, se dedican al combate del crimen organizado, pero este se apodera de casi todo el territorio de Coahuila, moderando, no se sabe porque razones, su presencia en Saltillo.

Desde 2007 hasta 2011, Coahuila se convierte en uno de los más violentos estados de la república, con masacres, actos de terrorismo, homicidios por decenas, secuestros, levantones, cobro de cuotas de piso y extorsiones.

El MODELO COAHUILA fue un rotundo fracaso, que requirió, por parte del gobierno de Felipe Calderón, un operativo especial de la Marina, quien fue la que comenzó a combatir frontalmente a los zetas.

Al retirarse del gobierno estatal Humberto Moreira, Isabel Arvide vende la idea de que el MODELO COAHUILA había sido un gran éxito y traslada su grupo de militares para tomar la seguridad pública del turístico estado de Quintana Roo, donde se repetiría la historia.

Sigue siendo un misterio como es que esta mujer se relacionó con el máximo mando militar del país y como podía administrar a un grupo de generales retirados para vender sistemas de seguridad, algo que desconocía por completo, pues su oficio era completamente otro.

El caso ha quedado ahí como uno más de los graves errores de gobierno de Humberto Moreira, durante el cual el estado se hundió no solo en la inseguridad sino en el terror.

Isabel Arvide sigue manteniendo su blog sobre temas militares y de seguridad y exigía publicidad al gobierno de López Obrador, al mismo tiempo que lo adulaba, algo en lo que sí es experta. 

Su recompensa ha sido la embajada de Estambul, Turquía, donde ganará mensualmente la modesta cantidad de 169 mil 871 pesos, mucho más que el sueldo presidencial, por algo que tampoco sabe hacer.

Sin duda un caso muy extraño y extravagante el de estar mujer.

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