Breaking

Pobres millonarios

Análisis Político y Social / Opinión / Slider / 2 agosto, 2020

Por: Marcela Valles

En las tertulias de políticos, la picaresca pregunta si tiene más x el carísimo sombrero Stetson de Armando Guadiana Tijerina que él millones de dólares en sus cuentas bancarias.

Ya viejo, más bien bajo de estatura y contrahecho físicamente, el senador de Morena y jefe político del lopezobradorismo en Coahuila, siente gran vergüenza por su calvicie, por lo cual la cubre con sombreros tejanos de colores claros. Aun en las tardes ardientes del desierto coahuilense, él lleva tejana de lana finísima y es que, a decir verdad, la calvicie no le favorece, de ahí que la esconda.

Pero ahora Armando Guadiana Tijerina, uno de los hombres más ricos de Coahuila, además de esconder su calvicie tiene que esconder, o por lo menos disimular, sus millones de dólares y la cantidad de minas y empresas que posee.

Si le dieran a escoger, optaría por parecer uno de esos vaqueros de estampa varonil y ruda de los anuncios de cigarros Marlboro, pero la madre naturaleza no concede caprichos, aunque sí da fortunas, sobre todo a hombres como Armando Guadiana, que nunca ha gozado de fama por sus escrúpulos morales a la hora de hacer negocios, sino todo lo contrario.

Junto al gran jefe, aparece José Ángel Pérez, hijo de un político priista de antaño, quien se dedica al negocio algodonero y a otros giros empresariales. Diputado federal por Morena, no obstante que fue alcalde panista de Torreón y está en la política gracias a ese partido, es un individuo de gran estatura, pero desgarbado, de pelo abundante teñido de negro y piel como requemada y rugosa.

Ya no era pobre cuando llegó a la presidencia municipal de Torreón, pero hoy es millonario, mucho menos que Armando Guadiana, pero millonario.

Junto a ellos contrasta bastante la figura de Luis Fernando Salazar Fernández, diputado federal por el PAN que “chaqueteó” para pasarse a ser uno de los pobres diputados morenistas; pero, por más que lo trate de disimular, su aspecto es el de un junior ataviado con ropa sport de marcas caras, rociado matinalmente con perfumes caros y calzando marcas de zapatos como Ferragamo.

De estatura mediana, a sus 42 años desea conservar una apariencia juvenil. En la opinión de sus excompañeros de partido, quienes han estado en ella, vive en una casa valuada en cerca de un millón de dólares y forma parte de una familia del más rancio abolengo panista, inclusive hay trascendidos fuertes de que su padre arribó a Torreón, procedente de Sonora, como fundador de una organización de extrema derecha.

Tiene urgencia de ser presidente municipal de Torreón o, en su defecto, candidato a la gubernatura. De carácter con frecuencia irascible y sin poder ocultar el aroma de la burguesía provinciana a la que pertenece, dice ser pobre, porque el gran mecías tropical ha declarado que sólo los pobres alcanzarán la felicidad, la paz y el estado de virtud. ¿Para qué dos pares de zapatos si ya tienes unos? Mejor despojarse de todos los bienes y quedarse como reza la magnifica que el todopoderoso dejó a los ricos: sin cosa alguna.

POBRES MILLONARIOS

Para pertenecer a la cúpula del morenismo hay que ser pobre o hay que tratar de ocultar la riqueza, poniéndola, muy riesgosamente, a nombre de la esposa, de los hijos, de los hermanos o de la santa madre.

Alfonso Romo, un regiomontano que es hoy el jefe de la oficina de la presidencia de la república y un fallido enlace entre el pobre presidente y los ricos de México, estuvo por muchos años en las listas de las revistas especializadas como uno de los hombres más ricos del país.

Milagrosamente, ahora que es funcionario público, tiene una pobreza poco menos que franciscana, cuando todos en el mundo de los negocios de Monterrey saben que vale miles de millones de pesos.

Tal es su pobreza que, habiendo sido jinete olímpico, no posee tan siquiera un buen caballo, porque eso implica pertenecer a un club hípico y a esos lugares sólo van los ricos.

Uno de los últimos actos de pobreza virtual ha sido el enfurecimiento de Irma Eréndira Sandoval, nada menos que secretaria de la Función Pública y de su esposo, John Ackerman, periodista, académico de la UNAM y con un cargo en el INE, por el reportaje de Carlos Loret de Mola.

El comunicador, que ha sido asediado por el gobierno de López Obrador, difundió un reportaje donde demuestra que la pareja, con un sueldo de académicos de la UNAM, adquirieron 6 propiedades de lujo en los últimos 9 años, una de ellas regalo del gobierno de Marcelo Ebrard como regente de la Ciudad de México.

John Ackerman, norteamericano nacionalizado mexicano, ha montado en furia y amenazaba con poner demandas por daño moral o algo parecido, argumentando, con prepotencia, que no tienen por qué rendir cuentas a nadie de su patrimonio privado, porque no ha podido desmentir que él y su esposa sean propietarios de los bienes que se les imputan y que tratan de ocultar, los cuales tienen un valor aproximado de 60 millones de pesos, en la versión de Loret de Mola, quien presenta los valores con base en avalúos catastrales y del mercado inmobiliario.

Ackerman, además de éste, tiene otro conflicto de intereses al ser funcionario del INE, donde está obligado a ser imparcial, pero ha mostrado una postura totalmente contraria, llegando inclusive a cuestionar a periodistas que son críticos de López Obrador.

Irma Eréndira Sandoval, como secretaria de la Función Pública, es algo así como el policía gubernamental, pero ahora ha sido puesta en evidencia en su riqueza, la cual le permite inclusive poseer una finca de descanso valuada en 22 millones de pesos, con instalaciones de lujo, ubicada en un centro vacacional del estado de Morelos.

La riqueza de los Ackerman-Sandoval supuestamente proviene de “la gran generosidad de sus familias”, lo que demuestra que cuando te agarran desnudo en medio de la plaza cualquier frase es buena para salir de la vergüenza en que estás metido.

El mismo Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores, exgobernador de la ciudad de México, quien dejó escándalos multimillonarios como la ya famosa “línea dorada” del metro, afirma que al igual que López Obrador no posee bien alguno, pero, a manera de descanso, se pasó tres años viviendo en París, una de las ciudades más caras del mundo, rentando un costoso departamento, sin desempeñar trabajo alguno.

Prepotente, osco, desagradable, Marcelo Ebrard Casaubón ya vive en una pobreza que causa hilaridad a quienes realmente conocen lo pretencioso del personaje, que está ya en busca de ser uno de los posibles sucesores de López Obrador.

¿Cuántos quisieran tener semejante pobreza embustera?

Comentarios de Facebook

Etiquetas: , , , , , , , ,



Redacción




Previous Post

La gran paradoja: ahora somos más pobres

Next Post

CATEM: sindicato gansteril en La Laguna





You might also like


More Story

La gran paradoja: ahora somos más pobres

Por: Eduardo Rodríguez Como si fuera una paradoja histórica, ahora que tenemos un gobierno que dice estar entregado a terminar...

2 August, 2020