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El PAN: coludido con los concesionarios del transporte

Análisis Político y Social / Coahuila / Opinión / Slider / 30 marzo, 2020

Por: Álvaro González

En el año 2002 el viento político soplaba a favor del PAN en Torreón. El candidato del partido a la presidencia municipal era Guillermo Anaya Llamas, quien mostraba altas posibilidades de ganar la contienda. En ese escenario se sumó a la campaña José Ignacio García Castillo, concesionario de taxis, quien, a través de familiares y prestanombres controlaba una cantidad a la fecha indefinida de taxis, la mayoría de ellos de los llamados “Radio Taxis Guerreros”, los que puso al servicio de la campaña de Anaya Llamas.

Desde 1994, según él mismo expone en su currículum oficial, García Castillo era presidente del consejo de administración de Concesionarios Unidos de Torreón, A.C, una asociación que no especifica cuántos concesionarios de taxis o de otro tipo de transporte abarca, pero sí pone en firme que García Castillo no era un simple concesionario que, por ley, sólo puede poseer legalmente cinco concesiones de taxis como máximo.

En la campaña de Guillermo Anaya una cantidad grande de taxis portaron calcamonías, realizaron proselitismo con la promesa de que serían beneficiados y asistieron en todo el proceso electoral, especialmente el día de las elecciones.

Al ganar Guillermo Anaya la elección y convertirse en el jefe político del panismo en Torreón, José Ignacio García Castillo cobró sus “servicios” adquiriendo influencia en los gobiernos panistas para la obtención de favores, principalmente concesiones de taxis.

Él argumenta que sólo es propietario de cinco unidades en “Radio Taxis Guerreros”, donde ingresó al negocio en apariencia a través de la relación con la familia de la esposa (él es originario de Saltillo), pero en varias ocasiones representantes de otras agrupaciones de taxis, como René Chávez, han señalado que es poseedor de hasta 200 concesiones de taxis, que controla a través de parientes y prestanombres.

Sólo una investigación del propio gobierno municipal podría determinar cuántas concesiones controla en realidad, pero en el padrón de concesionarios, en el apartado correspondiente a “Radio Taxis Guerreros”, aparecen María Angélica García Castillo, Luis Gerardo García Castillo, Juan Carlos García Castillo y María Verónica García Castillo, los cuales se presume son parientes directos, pero habría que considerar a su familia política, por la cual se entiende ingresó al negocio de las concesiones de transporte.

Para reforzar el negocio y bloquear a empresas independientes como UBER y Didi, el propio gremio reconoce que José Ignacio García creó la aplicación “EnTaxi”, la cual utilizan principalmente agrupaciones como los “2020”, “3030” y “Mandarinas”, las cuales suman al menos 960 concesiones de las 4,800 que han sido otorgadas en Torreón, lo que da una referencia del enorme negocio que representa el transporte de taxis en la ciudad y los intereses que están de por medio, más si se les emplea políticamente.

PRESIDENTE DEL PAN MUNICIPAL

José Ignacio García Castillo comprendió bastante bien en 2002 que el negocio estaba en la política y en hacer favores a los políticos, especialmente durante sus campañas.

Ingresó al PAN, al mismo tiempo que se hizo de una empresa de aparatos de refrigeración denominada “IGGA Refrigeración”, a partir de 2005, año en que concluye su gobierno Guillermo Anaya Llamas.

Ya como militante del PAN, su participación en las campañas electorales se vuelve algo obligado y estratégico para las mismas.

En 2017 llega su mejor oportunidad con la campaña electoral de Jorge Zermeño Infante, donde, como en las anteriores ocasiones, moviliza una buena parte del gremio de taxistas para participar en la campaña, pero ahora lo hace ya en plan protagónico, nada menos que como primer regidor en la planilla del candidato panista.

Además de convertirse en primer regidor del cabildo de Torreón, logra ser designado como presidente interino del PAN, al retirarse del cargo Miguel Batarse, quien deserta y se pasa a Morena. Hoy es el actual presidente ya electo del comité municipal.

Arrogante, con frecuencia prepotente, en la opinión de sus propios compañeros del cabildo, ejerce una gran influencia sobre Jorge Zermeño Infante y en consecuencia sobre el actual gobierno, donde ha sido, de facto, el protector y cabildero de los concesionarios de transporte de la ciudad, para quienes consiguió el 15 de marzo de 2019 un incremento sin precedentes a las tarifas del transporte público, tanto camiones como taxis.

Sin que se diera una negociación firme, sin condicionar el incremento a la mejora del servicio y a la corrección de las malas condiciones en que opera, el cabildo, que es controlado por una mayoría panista aplastante, otorgó un incremento de 11 a 13 pesos a la tarifa general de los autobuses; de 9.60 a 11 pesos la tarifa general con tarjeta y de 7 a 9 pesos a la tarifa preferencial con tarjeta. Nada menos que el 18% a la tarifa general, cuando el índice de inflación de 2019 supero apenas el 3% anual.

Para los taxis el “banderazo” pasó de 9 a 10 pesos; el salto (cada 200 metros) de 1.40 a 1.60 y el “tiempo muerto” (espera cada 45 segundos) de 1.40 a 1.60 pesos.

El servicio de transporte público de Torreón se convirtió en uno de los más caros del país, siendo una de las zonas con más bajos salarios a nivel nacional.

José Ignacio García Castillo, quien lo había preparado todo, se abstuvo de votar por tener “conflicto de intereses”, lo que evidentemente hubiera sido un acto de cinismo.

El aumento se hizo además sin seguir los procedimientos legales establecidos, sin un dictamen de la Comisión de Transporte y sin un estudio técnico justificativo, por lo que el cabildo no lo podía aprobar, pero lo hizo con 11 votos contra 7 de la oposición y la propuesta del alcalde, Jorge Zermeño Infante, pero con el cabildeo e instrumentación del primer regidor.

En el presente año de 2020, los concesionarios de taxis han realizado plantones y protestas en contra de las plataformas Uber y Didi, tratando de bloquear la prestación de sus servicios y exigiendo que sean retiradas.

José Ignacio García Castillo es parte de dichos plantones y manifestaciones que buscan, con el apoyo del primer regidor, conservar todas las ventajas de un servicio que se ha vuelto muy caro para la población y un gran negocio, para lo cual saben que cuentan con el PAN, que controla el cabildo y el gobierno municipal.

No conforme con proteger los intereses del gremio de los transportistas, García Castillo ha presentado un permiso para buscar una diputación local en el próximo proceso electoral, pero, debido a la rapiña interna que se vive en el PAN, lo tiene que hacer por la vía plurinominal, buscando el apoyo del Comité Directivo Estatal o, más específicamente, con el favor de Jesús de León Tello.

Como una paradoja, para obtener la diputación plurinominal tiene que ganársela a Guillermo Anaya Llamas, el jefe político que lo apadrinó en su ingreso al PAN, pero tratándose de ambiciones, en política no existen sino los intereses propios.

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