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El IMSS abandona a enfermos con VIH

Análisis Político y Social / Opinión / Slider / 6 marzo, 2020

Por: Eugenia Rodríguez

Antonio tiene 52 años de edad y desde hace 15 sufrió la infección del VIH. Afortunadamente, le fue detectada a tiempo debido a un accidente que tuvo, lo que permitió que se le atendiera con un tratamiento a base de retrovirales en el IMSS, que le ha procurado una vida completamente normal e inclusive que la presencia del virus se haya reducido a un nivel en que es indetectable para el laboratorio. 

Sin embargo, desde el año pasado se enfrenta a un serio problema: el IMSS ha dejado de tener los medicamentos, y los médicos especializados en el tratamiento del VIH renunciaron al trabajo que venían realizando, debido a que les quitaron la categoría salarial que tenían.

En la clínica donde se ha atendido por 15 años, inicialmente no había quién le diera una explicación y tampoco información de cuándo se normalizará el abasto de medicamentos, sólo le habían dicho que se iba a dar un cambio y, en lugar de dos medicamentos, solamente se les dará uno, lo cual, en la opinión de la médico especialista que lo atendía, les ha anticipado algo que es muy grave: “ese medicamento no está bien balanceado, no es la dosis adecuada y va a dar problemas”.

Antonio estaba recibiendo dos medicamentos, el Truvada y el Afiverex, los cuales se toman cada 24 horas. Desde el año pasado, sin aviso previo y sin ninguna explicación, simplemente les dijeron que no hay los medicamentos y ya no los va haber; que en marzo se les iba a proporcionar una nueva pastilla.

El medicamento Truvada tiene un costo en el mercado de 10 mil pesos cada frasco de comprimidos, mientras que el Afiverex cuesta 4 mil pesos, en números cerrados.

Antonio, quien es empleado de un negocio de artesanías y objetos de arte diversos, se las está arreglando de la forma en que mejor puede.

Por coincidencia afortunada, tiene un sobrino que trabaja como médico en un hospital de Los Ángeles, California, y éste lo ha estado apoyando con el medicamento Truvada, pero no lo puede hacer con el Afiverex porque es de acceso restringido, se surte sólo con receta, y no hay posibilidad de obtenerlo gratuitamente en el hospital privado donde labora.

“Lo que me ha ayudado”, comenta Antonio a Revista de Coahuila, es que yo tenía guardados como tres o cuatro frascos de Afiverex, pero ya se me están terminando”.

RdC: ¿Qué saben del nuevo medicamento que les proporcionaron ahora en marzo?

Antonio: Lo que me ha dicho mi doctora es que lamentablemente se trata de una simple y absurda política de ahorro, porque es un medicamento que no está bien balanceado, no se dará en la dosis adecuada y es muy probable que tengamos problemas con él, por lo que estamos preocupados. Estamos viendo la forma de organizarnos, pero el VIH sigue siendo una enfermedad que está muy estigmatizada y muchos compañeros temen hacer público su padecimiento y más el protestar públicamente; pero si no hay de otra, vamos a tener que protestar públicamente, porque está de por medio la vida.

RdC: ¿Cuándo comenzaron sus problemas?

Antonio: Unos meses después de que comenzó el nuevo gobierno federal. Yo tengo 15 años atendiéndome y en todo este tiempo no había tenido ningún problema y ahora nos salen que es por problema de la corrupción de los laboratorios. Yo creo más bien que es incompetencia, porque esto ya va para el año, además los mismos médicos nos están diciendo que es nada más una política de ahorro de dinero.

RdC: ¿El servicio es igual o ha habido cambios, además de los medicamentos?

Antonio: No, también hay otros problemas, a nosotros nos deben de checar cada seis meses y yo no me he podido checar hace ya un año con ocho meses, porque supuestamente no hay insumos para realizar los análisis. La verdad es que yo no entiendo lo que está pasando con este gobierno, puedes leer muchas cosas en los periódicos sobre eso de las compras consolidadas de medicamentos, de que van a terminar con una corrupción en las compras y otras cosas, pero esta es la realidad que estamos viviendo, nos dejaron sin medicamentos y sin chequeos, yo afortunadamente lo he podido ir resolviendo, pero hay otros compañeros que tienen muchos meses sin tomar su medicamentos, sin hacerse sus análisis, pero si no hay de otra vamos a tener que organizarnos para protestar, tenemos derechos y el IMSS tiene la obligación de atendernos. Las cosas están mal en el IMSS, no sólo con nosotros sino en muchas otras especialidades; hay un desabasto no sólo de medicamentos sino de muchas otras cosas, para ahorrarse dinero.

RdC: ¿Quienes sufren de este problema del virus del VIH están organizados; digamos que al menos se conocen entre sí en cada una de las clínicas donde los atienden?

Antonio: No, yo personalmente sólo conozco a tres compañeros, dos mujeres y un hombre, pero te puedo asegurar que tratándose de tu vida, no es nada difícil convocar a todos los compañeros y organizarnos, aunque el VIH esté estigmatizado o lo que tú quieras. Si ese medicamento nuevo que nos quieren dar no tiene las características que debe, que en la opinión de los propios médicos especialistas que nos atienden ya lo dijeron, lo vamos a rechazar y vamos a exigir el tratamiento adecuado. Con la salud no se puede jugar ni vale estar haciendo demagogia, es algo que viola tus derechos como ser humano.

EL PROBLEMA DE LA SUSTITUCIÓN

El nuevo medicamento que se les ha proporcionado se denomina Biktarvy, el cual contiene bictegravir, emtricitabina y tenofovir-alafenamida, en dosis respectivas de 50, 200 y 25 miligramos.

Según les han comentado, se trata de uno de los nuevos medicamentos genéricos, de última generación y es mejor que los dos medicamentos simultáneos que les venían suministrando, pero ellos lo han consultado y el cambio es preocupante, como les han reiterado en forma privada algunos de los epidemiólogos que les atendían.

RdC: ¿En qué sentido tienen problemas con este nuevo medicamento combinado?

Antonio: Nos han reiterado los epidemiólogos que no sustituye al anterior ni en calidad ni en cantidad y nos confirman que se trata simplemente de un ahorro en el costo de los medicamentos.

RdC: ¿Por qué afirman esto?

Antonio: Primero hay que tomar en cuenta que los medicamentos que tomamos pueden tener efectos secundarios muy delicados, los mismos médicos nos han educado sobre estos a lo largo de los años. Yo por fortuna los he tolerado muy bien, pero hay compañeros que sufren diarreas, vómitos, pesadillas y otros trastornos más delicados, por lo que un cambio de medicamentos requiere medicamente de un estudio previo para ver las cargas virales de cada persona. Cada persona tiene una situación diferente en ese sentido, además se debe dar un seguimiento para evaluar los efectos secundarios y ver si hay necesidad de modificar dosis o de hacer cambios, porque ahora los médicos, que no tienen la experiencia que tenían los anteriores, nos dicen que no pasa nada, que es el mejor, pero no se sigue ningún procedimiento.

RdC: ¿Consideran que puede haber problemas, como les habían anticipado los médicos anteriores?

Antonio: Desgraciadamente sí, por ejemplo, la Emtricitabina, que es uno de los nuevos componentes, tiene efectos secundarios que pueden ser muy graves, eso lo puede consultar cualquier persona en la literatura farmacéutica que está disponible. Efectos no sólo graves sino mortales, como la acumulación de ácido láctico en la sangre, llamada acidosis láctica, y trastornos graves del hígado, por lo que no se puede recetar sin que haya previamente análisis y una valoración, pero ahora hay la política de no gastar.

RdC: ¿Ya lo están probando ahora que se les dio en marzo?

Antonio: Nos dieron para el mes de marzo, pero ahora que acudimos en abril nos estamos enfrentando a una nueva burocracia tremenda, la cual justifican porque ellos ven supuestamente corrupción en todos lados; eso es lo que dicen. La receta la entrega ahora el funcionario encargado del IMSS, no un médico especialista, y nos dijeron que estaba de vacaciones, que no se encontraba y no sabían cuándo iba a volver. Está de vacaciones en plena contingencia del coronavirus, así que otra vez estamos sin medicamento y tampoco nos han hecho los análisis.

RdC: ¿Tienes algún otro comentario?

Antonio: Sí, tal vez alguien que no tenga el problema del VIH se pueda preguntar por qué es muy delicado lo que esta sucediendo ahora, con el cambio de medicamentos. El medicamento Truvada que se nos estaba dando, aunque es muy costoso, es ya de uso común en los Estados Unidos, porque es el que permite evitar la reproducción del VIH en la sangre, inclusive si una persona común cree que estuvo expuesto a una relación de riesgo o tuvo algún contacto con sangre infectada, se lo puede tomar, adquiriéndolo en una farmacia si su médico se lo indica. En el caso del Afiverex, es un medicamento, para decirlo en términos sencillos, como no lo han explicado por muchos años los especialistas; es como el protector del efecto del virus sobre el organismo. Si un paciente ha encontrado que una fórmula le funciona bien y no le está dejando efectos secundarios, lo recomendable es que debe seguir con ese mismo tratamiento. ¿Porqué vas a cambiar algo que está funcionando muy bien? Mi caso es un ejemplo importante en este sentido, porque yo convivo con el VIH desde hace 15 años y me encuentro muy bien.

“Como te decía anteriormente” concluye Antonio, “los infectólogos nos han afirmado que el nuevo medicamento no tiene la calidad ni las dosis adecuadas; es un genérico que les sale más barato, y el problema no es que salga más barato, qué bueno que así fuera, sino que de entrada lo están sustituyendo sin seguir los procedimientos que deben y ahora se ha burocratizado el obtenerlo, por criterios absurdos. Si no vemos resultados y ponen en riesgo nuestra salud, vamos a organizarnos. Están haciendo cosas absurdas y hay gente que está experimentando con nosotros, sin saber y sólo porque alguien desde la Ciudad de México les da indicaciones.

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