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El Bodegón #337 – Octubre 2019

El Bodegón / Opinión / 30 octubre, 2019

Periodismo crítico: el antagonista si la historia la cuenta el lobo

¿QUIÉN QUIERE A LA PRENSA?

Hay una tendencia delicada dentro de los medios políticos y gubernamentales: una animadversión creciente hacia los medios de prensa, lo cual se ha extendido a ciertas organizaciones de la sociedad civil. El aberrante fenómeno llamado Donald Trump, quien gobierna a través de Twitter, en ocasiones tal vez tirado en el sofá de su alcoba o hasta desde su cama, tiene molesto, literalmente, a todo el mundo. Desde que el mofletudo y sociópata Trump llegó al poder no ha parado de atacar a los más prestigiados medios de comunicación de los Estados Unidos, instituciones como el New York Time que son un referente mundial del periodismo, a quienes tunde de una forma grosera, violenta, muy en el estilo que se acostumbra en las redes sociales. Los únicos medios de comunicación que tolera son los que hablan bien de él y de su aberrante ideología.

Andrés Manuel López Obrador, muy en su estilo ladino pero mordaz e intolerante, también la ha emprendido contra los medios que cuestionan sus decisiones y en general su gobierno. Se burla de ellos, los califica de “fifís”, de conservadores, de enemigos, y publica la lista de los contratos de publicidad con ciertos periodistas y medios modestos, donde van lo mismo gente seria que deshonesta y dada a la corrupción.

Jorge Zermeño se la pasa, literalmente, gruñendo ante cualquier cuestionamiento fuerte que le hacen los reporteros, y su respuesta más frecuente es el regaño. Jamás acepta una crítica; jamás se equivoca y casi siempre está de un feo humor, como si le hubieran dado un apretón en los mismísimos.

Desde el Congreso del Estado los diputados panistas, encabezados por Marcelo Torres Cofiño, se la han pasado presionando con el discurso que el gobierno debe retirarle la publicidad a los medios, que es un despilfarro de dinero, que es publicidad que hay que suprimir, pero al mismo tiempo Marcelo Torres se desvive por aparecer en los medios con cualquier pretexto, porque, como la mayoría de los políticos, siempre está en campaña en busca del siguiente hueso.

 

MEDIOS GRANDES, MEDIOS CHICOS

Lo que también es una novedad es que algunos medios grandes en La Laguna se metan a rastrear la lista de los contratos de publicidad que el gobierno municipal de Torreón, ya de por sí con una política de comunicación completamente facciosa, y los exhiban como si se estuviera cometiendo una especie de ilícito y luego entrevisten a algún representante de una ONG para que diga lo que ellos quieren que diga: que les quiten los contratos porque no son manejados por licitación, cuando la historia de fondo es que están haciendo algún berrinche porque no les dan lo que pidieron.

Revista de Coahuila es el decano en Coahuila del género de revista y está vetado publicitariamente desde que Jorge Zermeño llegó al gobierno municipal, pero ello no nos justifica profesionalmente a exhibir la lista de todas las publicaciones que sí tienen un contrato con el ayuntamiento, como tampoco hemos caído en la tentación de exhibir los negocios que hacen esos medios grandes con los gobiernos, que son mucho más importantes que la publicidad y donde se puede argumentar que hay tráfico de influencias.

Los tiempos no están como para estar desacreditando a los medios de comunicación, cuando la tendencia general camina en ese sentido a nivel nacional e internacional.

El que publicaciones pequeñas que tienen un alcance muy pequeño en las redes sociales tengan un contrato formal con el gobierno municipal es un gran avance, porque es eliminar la vieja práctica del “embute”, por la cual se entregaba a esos pequeños medios un sobre con dinero en efectivo, que no se registraba en ninguna parte y oficialmente no existía en los egresos municipales.

Hoy, para ser proveedor de un servicio para una entidad pública, incluida la publicidad, hay que estar dentro del Padrón de Proveedores y eso implica, si no lo sabe alguna ONG, presentar un expediente en el cual lo único que falta incluir es el acta de bautismo. Un trámite desesperante que además hay que realizar cada año y pagar por él.

Publicar la lista de pequeños medios, algunos de las cuales tienen contratos anuales de 40 mil, 60 mil o  100 mil pesos, es algo además de inútil, innecesario. El dinero grande se lo llevan los medios grandes, pero como la venta de publicidad en general está difícil, quieren más y no les dan; o más bien sí se los dan, pero puede ser en contratos de otra naturaleza.

EL MASACOTE DE MORENA

Y ahora que llegó la hora de convertir a Morena de un movimiento con adherentes de dulce, de chile y de manteca en un partido político, el asunto se está tornando inevitablemente en un masacote inmanejable. La mayoría de las asambleas están terminando en verdaderos pleitos de callejón y esto no sólo es algo regional o estatal sino nacional. Antes eran un montón de entusiastas y aparentes idealistas, pero ahora son el partido en el poder y eso se traduce como cargos políticos, gubernamentales, “huesos”, influencias, favores, recomendaciones y demás.

Apenas comienzan y ya esto se parece mucho a una perredización, pues están siguiendo los mismos pasos que siguió el PRD para convertirse en un partido de tribus, lo que le aniquiló como el único partido importante de la izquierda en sólo tres décadas, pasando a la extinción, pero esta gente de Morena parece que trae más prisa de terminar en una lucha tribal, salvaje. Vamos a ver qué hace el supremo caudillo tropical para evitar que con la llegada al poder pierdan el partido, como le pasó precisamente al PRD.

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Redacción




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