El Bodegón #336 – Septiembre 2019

Elecciones locales: ¿hay con quién?

EL PRI, UN ESCENARIO PELIAGUDO

El PRI se enfrenta al escenario político más escabroso a nivel nacional, debido principalmente a los niveles de rechazo que tiene y al posicionamiento tan exitoso con que sigue contando Andrés Manuel López Obrador, especialmente en ciertas regiones del país.

En el 2000, cuando perdió abrumadoramente la presidencia de la república, muchos se anticiparon a pronosticar la muerte del viejo partido.

Si bien era cierto que estaba perdiendo por primera vez la presidencia de la república y todo lo que significa el control del poder federal, su situación no era tan complicada como la de hoy, donde existe un deterioro mucho mayor.

En la elección de 2018 no ganó una sola gubernatura y sí perdió Jalisco y Yucatán, con lo que ahora gobierna sólo en 12 entidades, donde habita el 44.4% de la población del país, lo que no pareciera poco, pero el problema son las tendencias y el hecho de que en la presidencial fue relegado hasta la muy distante tercera posición, con la más baja votación obtenida en toda su historia.

El mayor problema del priismo es que tiene graves problemas para posicionarse como oposición, pero, inexplicablemente, el PAN se encuentra en una posición similar o peor, debido a que ambos partidos enfrentan una división de sus cúpulas y principales camarillas, además de que no han podido, hasta ahora, articular un discurso político nuevo, que les ofrezca algo al elector ante la andanada verbal de AMLO.

Con todo, Coahuila tiene un gobierno estatal priista que apenas va a concluir su segundo año, así que le restan tres antes de que haya elección estatal, cuando López Obrador ya estará en su cuarto año y podría haber un cambio drástico en el escenario nacional. En política todo puede suceder, aun lo surrealista, mucho más cambios radicales en la opinión pública.

La elección para renovar alcaldes será también hasta el 2021, pero la que ya está encima es la elección para diputados locales, que irá sola y suele ser la que menos interés despierta entre la ciudadanía.

LOS DIPUTADOS LOCALES

Pero aunque el ciudadano común le dé muy poca atención a la elección de diputados locales, para el PRI es de suma importancia conservar una mayoría, aunque sea simple, en el Congreso del Estado, para poder seguir gobernando el estado con una menor presión.

Para el PAN es importante porque desea exactamente lo contrario: hacerse de una mayoría en el Congreso del Estado para complicarle la vida al gobierno estatal y, en lo que hoy son todavía cuentas alegres, aumentar su presencia política en el estado.

En apariencia Morena no tiene mayores posibilidades de aumentar su número de diputados en el Congreso del Estado, donde hoy tiene una mínima presencia, sin embargo va a ser interesante ver cómo se las arreglan los candidatos de Morena estando solos en la boleta electoral, sin AMLO, pero con la abrumadora presencia de éste en los medios nacionales.

Miguel Riquelme Solís en apariencia no tendrá otra alternativa más que aquella anécdota que cuentan de don Braulio Fernández Aguirre, el padre, por supuesto, quien siendo gobernador pidió que elaboraran la lista de candidatos para una elección. Cuando se la llevaron, el asistente le advirtió: señor gobernador, éstos son los mejores candidatos pero no son amigos, a lo cual Braulio Fernández le contestó: si no son amigos, los hacemos.

Si partimos de que en la pasada elección para diputados en 2017, al PRI le dieron en Torreón tal arrastrada que perdieron toditas las cinco diputaciones, con un grupo de candidatos que eran amigos pero no rompían un buñuelo a sentones, según se desprende de las cifras y no de las especulaciones, la selección de candidatos para la elección del año que entra tiene que ser gente que tenga fuerza electoral, aunque no sea amigo.

Sería desastroso volver a perder cinco de cinco o, peor aún, perder todos los distritos de la Laguna de Coahuila, algo catastrófico.

Como siempre, sobran los aspirantes, pero la selección tendrá que ser mucho más rigurosa, porque quedarse con una minoría en el Congreso del Estado sería algo muy peliagudo.

En el PAN hay un jaloneo interno pavoroso por las candidaturas, a tal punto que dicen que la mismísima esposa del risueño y juvenil alcalde de Torreón, Astrid Casale, está desaforadamente en campaña, aprovechando que es ella la que recomienda a quién se le da publicidad por parte del gobierno municipal, lo que aprovecha para que le hagan entrevistas y hablen de ella semana a semana, aunque el erario público no pueda costearse tanta lambisconería.

Lo que no está a discusión es que la dirigencia panista está más que optimista, lo que le puede llevar a cometer errores y lanzar candidatos improvisados o seleccionados al calor del nepotismo, los intereses del grupo de siempre y los recomendados, cuando la ciudadanía tiene una idea no tan optimista sobre el panismo en la región.

Morena va a ir a todas, pero se puede anticipar que el asunto de selección de candidatos puede salir con cualquier disparate, creyendo la imagen presidencial hace magia y eso no va a suceder, por lo menos no el año próximo, así que si no hay buenos candidatos y buenas campañas, ya la última elección en el vecino estado de Durango demostró lo que sucede, no se diga el sufridísimo estado de Tamaulipas.