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El cuento de la transparencia municipal

Análisis Político y Social / Opinión / 2 septiembre, 2019

Por: Marcela Valles

Acosado por los regidores de oposición y la síndica de vigilancia acerca de por qué el gobierno municipal no atiende a las quejas sobre transparentar toda la información de la administración, el alcalde Jorge Zermeño argumentó, públicamente, que es imposible poner en el portal de transparencia la información sobre la totalidad de las compras y contratos que se realizan, lo que va directamente en contra de las disposiciones legales y confirma lo que todos los medios de comunicación pueden confirmar: la transparencia es un cuento.

Revista de Coahuila ha tratado de tener acceso a información básica sobre el manejo financiero del gobierno municipal, sólo para confirmar que la información no está actualizada; no se va a subir y, en su lugar, se llena el espacio con información de hasta dos años atrás.

Al acceder al portal de transparencia, algo que cualquier ciudadano puede hacer desde su computadora, se ingresa al apartado de “Pagos electrónicos y cheques” referente a mayo de 2019 y lo que aparece es la información sobre de mayo de 2017. Lo mismo sucede si se desea conocer la misma información de agosto de 2018; aparece la información de agosto de 2017.

Al activar el apartado sobre todos los contratistas que tienen una relación con el gobierno municipal, el resultado es que no hay información disponible y el argumento es que esto se debe a la protección de datos personales, lo cual va en contra de las disposiciones legales, pues al momento de convertirse en proveedor gubernamental, los datos de la empresa o persona física deben ponerse a disposición del público en el portal de transparencia.

Otro argumento empleado desde 2018 es que los datos se encuentran “en proceso de digitalización”, lo que es una mentira, pues hay datos que se buscaron en noviembre de 2018 y hasta la fecha siguen sin aparecer.

De 178 empresas constructoras cuyos datos deberían aparecer en el portal, sólo aparecen los de 12; el resto no está porque se están protegiendo sus datos personales, cuando estas empresas son sujetos obligados.

Para ser proveedor del gobierno municipal se requiere formar parte del Padrón de Proveedores, el cual exige cada vez más requisitos, los cuales han sido incrementados casi hasta el absurdo debido a la proliferación de empresas “fantasma”, por lo cual sí existe esa información y es sumamente detallada.

Tratar de entrar a la nómina municipal es prácticamente imposible, más aún hacerlo por departamentos, direcciones o bajo categorías como empleados de confianza, sindicalizados, eventuales o por honorarios.

La nómina municipal es un misterio, pero está plagada de familiares, compañeros de partido, recomendados, amigos y demás, lo cual se tiene que obtener por medio de las filtraciones que se dan al interior de la propia administración, no por el portal de transparencia que está permanentemente en “proceso de digitalización”

EL MISTERIO DEL CIM

Aparte del portal de transparencia intencionalmente incompleto, hay otros aspectos muy importantes que se han vuelto un secreto en el actual gobierno municipal.

El llamado Centro de Inteligencia Municipal, un organismo que ha recibido una inversión superior a los 100 millones de pesos en equipamiento durante la administración de Jorge Zermeño, tiene vedado el acceso aún a la síndica de vigilancia, Dulce Pereda Ezquerra, la cual, por ley, debe tener acceso a la verificación hasta del último peso que gasta el gobierno municipal en todas las áreas, porque ésa es su función.

“Tratamos de verificar toda la inversión que supuestamente se ha canalizado al CIM, porque estamos hablando que se han pagado más de 100 millones de pesos, la mayoría de ellos a la empresa foránea Supervisión Técnica del Norte, S.A de C.V, y nos encontramos con que nos prohibieron el acceso; que ahí nadie puede entrar, sólo el personal que ellos autoricen, cuando mi función es la vigilancia del gasto y hacia el CIM se ha canalizado la mayor erogación de recursos de toda la administración, así que es una obligación verificar si realmente existe toda esa inversión, pero ahora resulta que no lo puedes hacer por cuestiones de seguridad”, comenta a Revista de Coahuila Dulce Pereda, síndica de vigilancia en el cabildo de la ciudad.

Cualquier pretexto parece bueno para mantener la opacidad de la administración municipal, desde la incapacidad técnica para digitalizar datos, hasta los trabajos de inteligencia y contrainteligencia que supuestamente realiza el CIM, o el argumento siempre presente de la protección de datos personales.

Así la transparencia es siempre un cuento y la corrupción puede encontrar siempre el espacio de oscuridad que necesita para seguir operando.

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Redacción




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