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Alonso Ancira: ¿lo alcanzó su historia oscura?

Análisis Político y Social / Coahuila / Coahuila Principal / Especiales / Slider / 1 agosto, 2019

Por: Gerardo Lozano

En su cruzada contra la corrupción, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha tenido que pasar del discurso a los hechos, lo que ha llevado a las instancias nacionales a abrir el archivo de una enorme estafa sobre la venta a Pemex de una planta de la empresa Agro Nitrogenados, subsidiaria de Altos Hornos de México, AHMSA. La investigación de este contubernio entre Alonso Ancira Elizondo y Emilio Lozoya Austin tiene ahora al primero detenido y al segundo prófugo.

Si Emilio Lozoya, el exdirector de Pemex en el sexenio de Enrique Peña Nieto, es un personaje de segunda fila en el grupo político del gobierno peñista, Alonso Ancira Elizondo pareciera mandado a hacer para encarnar la corrupción empresarial de este país.

La historia de Ancira Elizondo pareciera más sacada de una película de ficción que de la realidad, donde el personaje es tal, que nadie del medio empresarial va a levantar una sola voz para abogar por él, como de hecho sucedió cuando fue detenido por las autoridades judiciales españolas mientras vacacionada en su yate en Palma de Mallorca.

Si el personaje es ideal como el prototipo de la corrupción empresarial, por lo mismo tiene una importante desventaja: será un hueso verdaderamente difícil de roer, en términos coloquiales, pues ha llevado miles de litigios legales y, comparado con todo lo que ha pasado, las acusaciones del nuevo gobierno federal pueden ser, al momento de concretarse en cargos judiciales, asuntos menores para sus relaciones y poder económico.

El propietario de Altos Hornos de México y de otra serie de empresas importantes en el sector de la minería, ya enfrentó una lucha judicial abierta contra el gobierno de Vicente Fox y no sólo ganó legalmente sino que salió fortalecido en lo económico.

El problema para Coahuila es que el llamado Grupo Acerero del Norte, propietario de AHMSA, representa casi toda la economía del centro del estado de Coahuila y de la región carbonífera.

Ancira Elizondo es el hombre más rico de Coahuila: da empleo directo a 20 mil personas, produce la sexta parte de todo el acero que se produce en el país y consume la tercera parte de toda la producción nacional de carbón de uso industrial.

Hoy, sólo AHMSA debe tener un valor superior a 5 mil millones de dólares, de acuerdo a fuentes financieras, como la Cámara de la Industria del Acero.

El litigio que enfrenta Alonso Ancira es por la venta de una planta industrial chatarra por la enorme cantidad de 275 millones de dólares a Pemex, cuando su valor real estaba estimado en 168 millones de dólares y tenía 14 años fuera de funcionamiento.

Antes de la venta, la planta Agro Nitrogenados había sido evaluada por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales precisamente en 168 millones de dólares, por lo que el sobreprecio sería de 107 millones de dólares, pero esto difícilmente se va a concretar en un acto ilícito para el propietario de AHMSA.

El dispendio más grave es que a dicha planta chatarra Pemex, bajo la dirección de Emilio Lozoya, le invirtió 200 millones de dólares para su rehabilitación en 2014, año de la operación de compra-venta, pero posteriormente en 2015 se le invirtieron 285 millones de dólares más, para alcanzar un total de 760 millones de dólares, algo escandaloso, pero habrá que demostrar cuánto es ineptitud y en qué medida hubo corrupción.

La acusación más específica en contra de Alonso Ancira y Emilio Lozoya es cohecho o soborno, más lo que de ahí les resulte.

Las investigaciones de la UIF afirman que AHMSA transfirió 3.7 millones de dólares a la empresa fantasma Grangemouth Trading Company, relacionada a la firma Odebrecht, de donde se transfirió a una empresa en Suiza, propiedad de Emilio Lozoya y su hermana. A su vez, éstos transfirieron 3.52 millones de dólares a través de Zecapan SA a México, donde se hizo la adquisición de diversos bienes.

Al mismo tiempo, la DEA está demandando a Alonso Ancira por presuntas actividades de lavado de dinero, procedente de actividades ilícitas, pero no existe públicamente información concreta al respecto, lo que habrá que considerar en su momento. El empresario tiene doble nacionalidad: mexicana y norteamericana.

UNA HISTORIA LARGA Y OSCURA

En buena medida Alonso Ancira entró en la campaña anticorrupción del gobierno lopezobradorista por su estrecha relación con Carlos Salinas de Gortari, con quien sostiene, hasta la fecha, una muy cercana amistad, pero en su momento era un rumor muy fuerte que la familia Salinas de Gortari retuvo para sí parte de la propiedad de AHMSA.

La historia comienza el 22 de noviembre d 1990 cuando el Grupo Acerero del Norte, GAN, una empresa recién constituida, adquirió el paquete accionario de AHMSA, consistente en las plantas ubicadas en Monclova, las minas, el 29 por ciento de Peña Colorada, Aceros Planos y el equipo de colada continua No.3; todo por la increíble cantidad de sólo 145 millones de dólares en efectivo, 350 millones de dólares en asunción de deuda a largo plazo y un compromiso de inversión por 535 millones de dólares, lo que daba un total de mil 30 millones de dólares.

El problema para Coahuila es que el llamado Grupo Acerero del Norte, propietario de AHMSA, representa casi toda la economía del centro del estado y de la región carbonífera. Ancira Elizondo es el hombre más rico de Coahuila: da empleo directo a 20 mil personas, produce la sexta parte de todo el acero que se produce en el país y consume la tercera parte de toda la producción nacional de carbón de uso industrial

Los 145 millones de dólares en efectivo pagados equivalían apenas a un 5% del valor de todos los activos adquiridos, pero los mismos fueron pagados con deuda contraída con bancos nacionales y extranjeros.

A la parte final de la puja por la entonces paraestatal, solo llegaron el grupo regiomontano ALFA y el GAN, que era un desconocido dentro de las grandes empresas mexicanas y aún dentro del medio de la siderurgia. El favor presidencial fue muy evidente.

Alonso Ancira se había asociado con Xavier Autrey, con un porcentaje del 50%. Xavier Autrey es hijo de los fundadores de Casa Autrey, una familia con fuerte solvencia financiera, pero los analistas no encontraron, en su momento, cómo era que Alonso Ancira podía soportar financieramente una operación de semejantes proporciones, cuando era un completo desconocido en el mundo de los negocios.

Desde el inicio de la nueva gestión a partir de 1991, el GAN mostró que no tenía los recursos prometidos para afrontar la deuda a largo plazo y mucho menos para hacer una inversión de 535 millones de dólares para reconvertir a una empresa que ya era vieja tecnológicamente.

La política permanente de la empresa se volvió el “gineteo”, la contratación de deuda con bancos y proveedores, para mantener funcionando la empresa y no realizar despidos masivos de personal, que era lo que más le preocupaba a los gobiernos de los tres niveles.

En 1999 la situación estalló. Aprovechando la obsolescencia de la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, la cual databa de 1947 y no fue modificada sino hasta el año 2000, Ancira y su socio Autrey declararon la suspensión de pagos más grande en la historia de América Latica, con una deuda privada de 2,300 millones de dólares: la salida forzosa de la Bolsa Mexicana de Valores, para enfrentar años de conflictos con una veintena de bancos nacionales y extranjeros, la persecución legal de la Secretaría de Hacienda y dejar sin pago a 3,000 proveedores.

La obsoleta Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, tenía como principal ventaja que, en caso de una crisis financiera, se preservara la empresa y las fuentes de empleo, para lo cual habilitaba a la empresa para no pagar sus compromisos, congelaba sus deudas en pesos –y sus intereses- y convertía a las que estaban en moneda extranjera al tipo de cambio al día de la suspensión, con lo cual quedaba blindada mientras reestructuraba su situación.

En buena medida Alonso Ancira entró en la campaña anticorrupción del gobierno lopezobradorista por su estrecha relación con Carlos Salinas de Gortari

Quedaron bajo este mismo beneficio AHMSA, Minera Carbonífera Rio Escondido (Micare), Minerales Monclova (Mimosa), Minera del Norte (Minosa) y Cerro del Mercado (Cemesa).

Al momento de la suspensión, la empresa tenía ingresos por 12,008 millones de pesos (MDP), estaba valuada en 3,000 millones de dólares y tenía 17,000 empleados.

La mayor parte de la deuda se había originado en un agresivo plan de modernización de la empresa, pero además venían arrastrando pasivos desde la adquisición del consorcio. El desplome de los precios del acero a finales de los noventa agudizó la falta de recursos y el manejo de la enorme deuda.

La maniobra fue audaz, al límite. En ese año de 1999, la controladora GAN era propietaria del 79% de las acciones de AHMSA y, de esas, 95% incluía una caución bursátil, con lo cual las acciones hubieran pasado a manos de los principales bancos acreedores en caso de declararse en suspensión con las nuevas disposiciones que entraron en vigor en el año 2000.

Banamex, Bank of América y Bancomer, los principales tenedores, comenzaron una batalla legal sin precedentes, a la cual se sumó la Secretaría de Hacienda, que tenía bonos de tipo federal, más todas las corporaciones con las que se tenía una deuda menor.

Al final la deuda se volvió chatarra y los bancos tuvieron que vender los pesos hasta en 14 centavos o menos. Nunca una empresa privada latinoamericana había logrado enfrentar de tal forma a corporaciones bancarias tan importantes.

La mayoría de los acreedores consideran que Alonso Ancira pudo aprovechar la situación para comprar su propia deuda a precio de ganga, lo cual se puede hacer a través de terceros o a través de una participación, pues en tales casos donde el precio es basura, el más interesado en la compra es el dueño, pero Alonso Ancira siempre negó ante los pocos medios que le entrevistaron haber hecho tal maniobra.

En el 2003 la Secretaría de Hacienda giró una demanda penal contra el consejo de administración de AHMSA por fraude fiscal. AHMSA argumentó que los impuestos se habían pagado pero fuera de las fechas de vencimiento.

Alonso Ancira movió sus relaciones y logró salir del país y refugiarse en Israel, mientras que Xavier Autrey hizo lo propio y, con su doble nacionalidad, se radicó en España, donde fue detenido poco tiempo después.

UN EXILIO DORADO EN ISRAEL

Pero Alonso Ancira no fue a Israel a meterse debajo de una piedra sino todo lo contrario: encontró en este país grandes negocios y muy estratégicas relaciones.

Con el apoyo del gobierno israelí comenzó a explotar las antiquísimas minas de cobre de Timna, en del Valle de Arava, las cuales se creían extintas. Una zona desértica donde los egipcios explotaron las primeras minas de cobre de la historia, hace cerca de 8,000 años, con lo cual comenzó a existir AHMSA Steel International, cuya CEO, Carla García Granados, es nieta de un embajador guatemalteco que promovió la creación del Estado de Israel.

Carla García y ahora Alonso Ancira gozan de relaciones al más alto nivel del medio político y empresarial israelita, a donde llegó el dueño de AHMSA en diciembre de 2003.

En 2007, el presidente de Israel, Shimon Peres, visitó personalmente la planta y firmó la primera placa de cobre que salió de Timna con la leyenda: “Del Rey Salomón, al Rey Alonso”, en alusión a que tales minas son conocidas como “las minas del Rey Salomón”, y muy probablemente lo fueron.

Mientras vivía en la comunidad de Eilat, una pequeña ciudad turística frente al mar Mediterráneo, Ancira Elizondo hizo donativos para beneficio de la comunidad y tiene planes de inversión y coparticipación con el gobierno israelí más allá de las minas de cobre, que pasaron a ser un excelente negocio.

Con la vieja ley de quiebras como paraguas, el propietario de AHMSA se tomó todo el tiempo que quiso para ir sacando de la suspensión de pagos a sus empresas. Los socios pagaron las sanciones impuestas por los jueces; muchos proveedores desaparecieron; los bancos se deshicieron de sus papeles de deuda; él se deshizo de su socio Xavier Autrey y quedó como propietario principal.

Hasta 2016, 16 años después, AHMSA estaba saliendo del viejo e intrincadísimo litigio.

Ése es el tiburón de aguas profundas que ha escogido el gobierno de López Obrador para aplicar en el medio empresarial la lucha contra la corrupción. Será interesante ver el desenlace de un personaje que para Vicente Fox fue más que frustrante.

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