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De Maciel a Naasón Joaquín: Iglesia y sexo

Especiales / Especiales Principal / Slider / 2 julio, 2019

Por: Marcela Valles

Además de la perversidad de los individuos, ¿por qué en las instituciones religiosas existe un problema de sexualidad entre la secrecía y el encubrimiento?

María Luisa es una mujer de 30 años que trabaja como empleada doméstica desde hace al menos 10 años en Torreón. Ella, como toda su familia, pertenece a la Iglesia La Luz de Mundo. Como distintivo todas emplean, invariablemente y permanentemente, una falda hasta los tobillos, sin importar la actividad que realicen.

María Luisa tuvo que salirse de su casa cuando tenía apenas 15 años de edad y pedir asilo en un internado para mujeres. Fue la única hija que se rebeló contra el abuso sexual de su propio padre hacia ella y hacia sus tres hermanas. Quiso hacer una denuncia formal, pero inesperadamente su madre se lo impidió, argumentado que era una mentirosa.

Ante su insistencia del abuso, intervino el pastor de su iglesia y “arregló” las cosas para que volviera la “armonía” y la “paz” a la familia. Unos años después el padre comenzó a tener una segunda mujer y la madre de María Luisa tomó un garrote y fue a agredirla a su propia casa, provocándole algunas heridas de consideración. Estaba dispuesta a ser cómplice del abuso sexual de sus propias hijas, pero no a que su marido la cambiara por otra mujer.

Nuevamente el pastor de la iglesia intervino para que volviera la “armonía” y la “paz” a la familia, donde inclusive hay indicios de que el único hijo hombre también pudo ser abusado por el padre.

Cada año toda la familia pide permiso en sus trabajos y acuden a la ciudad de Guadalajara, donde permanecen hasta una semana en una celebración nacional, en la que se concentra una multitud gigantesca, de cientos de miles de visitantes, quienes se hospedan en casa de los miembros de la misma iglesia o en modestos hoteles y posadas, en lo que es un festejo religioso impresionante.

PROPIEDAD DE LOS JOAQUÍN

A la muerte del anterior líder, que es considerado como un “apóstol” de Cristo, semejante a los doce apóstoles originales de acuerdo a la Biblia, su cuerpo estuvo expuesto para que lo vieran y besaran su féretro cientos de miles de miembros de la secta, quienes formaron una fila ininterrumpida por más de 10 días.

Fundada en 1926 por Eusebio Joaquín González, esta secta se maneja como una estructura patrimonialista, al heredar el liderazgo y control de la misma de padre a hijo por tres generaciones.

A la muerte del fundador, en 1964, le sucedió “por designio divino”, su hijo Samuel Joaquín Flores, quien duró en el cargo 50 años, hasta su fallecimiento en 2014.

La última sucesión, debido en buena medida al poder y al dinero que representa hoy, se dio en medio de fuertes tensiones internas y de pugnas en la cúpula que maneja la secta, imponiéndose Naasón Joaquín García, quien tenía entonces 45 años de edad y radicaba en California.

Utilizando textos bíblicos, los opositores más reacios a la designación de Naasón Joaquín fueron inclusive amenazados de muerte, para que finalmente se impusiera “la voluntad divina” y Naasón Joaquín se convirtiera en el nuevo “apóstol”, quien controla la secta, la cual tiene aproximadamente un millón de seguidores, 15 mil templos y presencia en 58 países, aunque esto último parece formar más parte de la propaganda de la secta que un hecho real, lo mismo que la cantidad de templos que posee.

La mayoría de sus seguidores se concentra en Jalisco y en algunos otros estados del país, entre ellos la región lagunera.

Al igual que en la iglesia Católica y en la mayoría de las iglesias de diferentes denominaciones, sólo los hombres pueden ocupar cargos jerárquicos. En este caso, a diferencias de la estructura femenina que posee la iglesia católica, no existen congregaciones u órdenes religiosas de mujeres, dirigidas por mujeres, por lo que se acentúa una cultura de sumisión y dominación de las mujeres que pertenecen a la secta.

El pasado 15 de mayo se dio en la Ciudad de México un escándalo dentro de los medios intelectuales y artísticos, debido a que se facilitó el Palacio de Bellas Artes para la celebración del 50 aniversario de Naasón Joaquín García, lo que no había sucedido en toda la historia del Palacio de Bella Artes, considerado el máximo recinto cultural del país.

 

El Vaticano, como máxima sanción a su escabroso historial, sólo le impuso a Marcial Maciel el retiro obligado y la vida de contemplación, cuando ya era un viejo, lo cual no cumplió y siguió gozando de su dinero hasta su muerte.

El 4 de junio, tan solo dos semanas después, Naasón Joaquín enfrenta 26 cargos criminales ante la justicia del estado de California; cargos tan graves como producción de pornografía infantil, tráfico de personas, violación forzada de un menor, entre otros delitos.

De confirmarse tan solo algunos de ellos, el líder de La Luz del Mundo puede recibir condenas que le significarían el resto de su vida en prisión.

Hoy todos los fieles de la secta oran por él y consideran que se trata de una infamia de los enemigos de Dios.

El acceso al Palacio de Bellas Artes para festejar los 50 años de Naasón Joaquín se explica por la cercanía de Andrés Manuel López Obrador con ciertas sectas y agrupaciones evangélicas. Su tercer principal aliado electoral y dentro de la Cámara de Diputados y Senadores es el Partido Encuentro Social, PES, fundado y dirigido por un grupo de ministros cristianos de la secta neo-pentecostal denominada “Casa sobre la roca”, con fachada jurídica de asociación civil y fundada en México en 1994 por Alejandro Orozco Rubio. Es de conocimiento público que esta secta también apoyó a la campaña de Felipe Calderón en 2006 y que su pastor Hugo Éric Flores Cervantes, ex diputado federal y fundador del Partido Encuentro Social, ahora tiene el cargo público de Coordinador Estatal de los Programas de Desarrollo en el estado de Morelos.

TENEMOS UN PROBLEMA

La iglesia Católica está agobiada a nivel internacional por una serie de denuncias sobre delitos del orden sexual por parte de sacerdotes, obispos e inclusive cardenales, los cuales en su momento fueron encubiertos.

El caso más escandaloso y anómalo se ha dado en México, con Marcial Maciel, el fundador de la orden de Los Legionarios de Cristo Rey, una organización que trabaja principalmente entre católicos de clase alta y es poseedora de la red de colegios Alpes y Cumbres, donde recibe educación básica una parte de la élite social mexicana.

Lo anterior le ha permitido a esta orden religiosa tener un gran poder económico y, en consecuencia, una muy fuerte influencia al interior del vaticano.

Marcial Maciel, originario de Cotija, Michoacán, fue un personaje verdaderamente siniestro, que no pareció dejar pendiente el rompimiento de ninguna de las reglas eclesiásticas, ni los pecados prohibidos a un católico, ya no se diga a una autoridad eclesiástica.

Tuvo relaciones fortuitas que implicaron hijos; llevaba una vida sexual heterosexual activa, pero incurrió, durante décadas, en delitos sexuales perpetrados contra novicios y miembros jóvenes de la orden religiosa; acumuló una fortuna económica y, por si fuera poco, era un adicto a la morfina, entre los hechos que han trascendido en un mundo donde la principal organización religiosa se rige por la secrecía y el encubrimiento.

Murió en su cama, rodeado de parte de la cúpula de su poderosa orden religiosa. El Vaticano, como máxima sanción a su escabroso historial, sólo le impuso el retiro obligado y la vida de contemplación, cuando ya era un viejo, lo cual no cumplió y siguió gozando de su dinero hasta su muerte.

Algo grave sucede, no sólo al interior de la iglesia católica, que ha sido la más denunciada, sino al interior de muchas otras sectas e iglesias, todo ello relacionado con la práctica de delitos del orden sexual por parte de ministros e inclusive jerarcas.

El delito más frecuente es la pedofilia o abuso sexual de menores de edad, lo que hace más aberrante los hechos y lleva a serios cuestionamientos sobre las causas que motivan este tipo de comportamientos por parte de gente con un oficio religioso, que recibió una muy larga formación para su ejercicio y, se supone, tiene la obligación de ser ejemplo testimonial de la moral tradicional cristina o de cualquier otra denominación.

En Torreón, el anterior obispo, Guadalupe Galván, manejó la diócesis con mano blanda y evadió revisar la situación que priva al interior de la diócesis en relación al comportamiento sexual de curas y monjas.

¿Por qué algo tan aberrante como la pedofilia? La mayoría de las investigaciones que han destapado estos escándalos no han encontrado una explicación clara por parte de los involucrados, en buena medida porque los involucrados se niegan a exponerlo, aún aquellos que están sujetos a procesos judiciales o ya fueron sentenciados por la justicia común por este tipo de delitos.

La iglesia católica de occidente tomó la decisión de establecer el celibato para sacerdotes y religiosas, lo que significó la supresión aparente de la sexualidad, bajo el argumento de la sublimación o consagración a Cristo, algo que rechazó la iglesia de oriente, más tarde llamada ortodoxa. Hasta el surgimiento del protestantismo en el siglo XV y el sisma que originó en toda la iglesia, los protestantes, como se les denominaba y sigue denominando en menor medida, retoman la sexualidad y sus ministros pueden casarse y tener una familia ordinaria, además de que desaparecen las órdenes religiosas de mujeres.

La iglesia primitiva no ejercía la supresión de la sexualidad. Se pueden revisar los textos oficiales de esta religión y averiguar que los fundadores, como Pedro, considerado por el cristianismo el primer jerarca, tenían esposa e hijos. El celibato es, como tal, una invención de la jerarquía eclesiástica, como muchísimas otras cosas que forman parte de las iglesias.

Los sacerdotes y las monjas viven su adolescencia y juventud como si fuesen personas asexuadas, conviviendo en comunidades formadas exclusivamente por hombres o por mujeres.

Las religiosas, hasta la fecha, disfrazan su sexualidad, por medio del uso de hábitos, cortando bastante su cabello y con otras medidas tan especiales como la de vendarse sus senos, aplastándolos para que desaparezca su prominencia. Para el baño se emplea una bata, lo que evita estar en completa desnudez incluso debajo de la regadera.

La pregunta de los especialistas es ¿cómo se las arreglan con su sexualidad los curas y monjas, especialmente cuanto son jóvenes? Las iglesias que imponen el celibato se han negado a proporcionar información real sobre la vida sexualidad de sus ministros, lo que sólo abre las especulaciones o se limita a algunos casos que trascienden por problemas.

EL OCULTAMIENTO

Hasta la década pasada, en que surgen grandes escándalos a nivel internacional, el Vaticano ha asumido algunas posturas, pero, en la opinión de los especialistas, hay tibieza y falta de medidas concretas, dada la gravedad de los delitos.

En Coahuila, el obispado de Saltillo, no obstante el discurso de izquierdas del obispo Raúl Vera, se ha negado a colaborar con las autoridades judiciales en casos de investigaciones sobre sacerdotes involucrados en delitos sexuales.

En Piedras Negras, por denuncia de civiles, ha sido procesado un sacerdote por delitos de orden sexual.

En Torreón, el anterior obispo, Guadalupe Galván, manejó la diócesis con mano blanda y evadió el revisar la situación que priva al interior de la diócesis en relación al comportamiento sexual de curas y monjas.

Desde hace tiempo se maneja el trascendido de que existe un grupo de curas que tiene una inclinación homosexual y es activo en sus prácticas, pero se maneja con encubrimiento, porque es muy común que se utilice la autoridad ministerial para la inducción de la relación sexual.

El ocultamiento de la vida sexual se puede considerar ya como algo insano. Es un hecho que una parte de los sacerdotes de la iglesia católica tienen una vida sexual activa, pero estamos de nuevo en el terreno del ocultamiento y la simulación.

Las iglesias no se han comprometido abiertamente con las autoridades judiciales para la denuncia de delitos de orden sexual, recurriendo todavía a los tribunales eclesiásticos, cuando estos no tienen ninguna validez en caso de que los sacerdotes incurran en delitos consignados en el código penal del Estado.

Tampoco parecen haber medidas para la revisión de la selección y seguimiento de los seminaristas, así como la revisión de su formación ente todos los cambios que experimenta la sociedad y cultura moderna y postmoderna, tampoco se han establecido normas más precisas sobre el comportamiento sexual de sacerdotes y ministros, que impliquen procedimientos para detectar situaciones anómalas a tiempo.

El fanatismo al que inducen muchas sectas religiosas es un elemento muy peligroso para la manipulación de las personas y el abuso sexual y económico, como lo está demostrando del caso de la secta La Luz del Mundo.

Aunque es un tema aparte, el uso de la religión como un negocio es uno de los principales problemas de las sectas e iglesias cristianas, lo que también debería tener un mayor seguimiento, en este caso por parte de las autoridades hacendarias.

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