Breaking

AMLO en Gómez Palacio: Una tarde de populismo

Análisis Político y Social / Slider / 2 julio, 2019

Por: Eugenia Rodríguez

Calor, abucheo, acarreo y la cancelación a mano alzada de un proyecto con recurso federal asignado

El calor es sofocante y el sudor corre a chorros en esta tarde de junio, tan solo dos semanas después de que se dieran elecciones para renovar a los 39 presidentes municipales de Durango.

La concurrencia, un abigarramiento de cerca de 5 mil gentes de todas las edades y de varios municipios de La Laguna de Durango, buena parte de ellos “acarreados” por los mismos operadores de Morena que los movilizaron para el proceso electoral, están ahí para ver al presidente, pero de fondo porque ya están recibiendo alguna dádiva de los programas de asistencia social o esperan recibirla. Los demás, muy pocos, van por la curiosidad de conocer en persona a AMLO.

A medida que transcurre el tiempo el calor aprieta más, lo mismo que el hambre, pues es justo la hora de la comida, es domingo y es día del padre, por lo que hay cierta impaciencia de que el evento transcurra rápido e irse al festejo o al menos a comer.

Pasadas las tres, finalmente arriba al lugar Andrés Manuel López Obrador ataviado con una guayabera artesanal de color claro, abriéndose paso entre la gente, dando y recibiendo elogios y escuchando peticiones de todo tipo, como un santo patrón en una corte de los milagros.

Toda la clase política estatal y regional ha sido invitada al evento y, por lo menos, han acudido el gobernador del estado, José Rosas Aispuro, los presidentes municipales que ya se van y los que han sido electos, además de diputados, funcionarios y políticos con filiación morenista que están en busca de que la “cuarta transformación” les haga justicia.

Muchos de los políticos presentes se siente incómodos, algunos muy incómodos, porque se saben que están metidos en medio de un tumulto de gente controlado por los morenistas, quienes, contra lo esperado, lo único que ganaron fue un pequeño municipio polvoso y Gómez Palacio, el centro industrial del estado, pero no arrasando sino en una apretada elección, donde lo más relevante fue un enorme abstencionismo del 66%.

En su primera elección sin AMLO en la boleta Morena salió muy raspado en la elección y el gran tlatoani viene a tratar de recomponer las cosas desde la única plaza que ganaron, ante un partido dividido por sus propias incoherencias y luchas internas, pero, lo más delicado, porque la clientela se ha diluido demasiado pronto.

UN GOBERNADOR HUMILLADO

Como anfitrión, el evento lo abre el gobernador de Durango, José Rosas Aispuro, un hombre bajo de estatura, delgado, muy blanco; “el güero”, como le dicen. Apenas articula palabra y se desata un griterío impresionante, sumamente agresivo, que rechifla y lanza insultos sin contención alguna.

López Obrador se queda cayado en su lugar, no se sabe si regocijándose con el estruendo de la turba, pero nadie pone contención ni llama a la cordura.

El gobernador soporta la agresión unos minutos, pero llega un momento en que le gana la cólera y se enfrenta a la turba, que sigue lanzando insultos y levantando pancartas de colores chillones, que rezan algunas consignas.

Los acusa directamente de obedecer a intereses oscuros, de no tener el valor de dar la cara para sostener lo que gritan. Su rostro se ha enrojecido y su gesto se ve completamente descompuesto, mientras la turba se regocija y sigue lanzando insultos, incluidas mentadas de madre. Andrés Manuel López Obrador sigue en su silla, impávido, observando el penoso espectáculo.

Con un manotazo el gobernador cierra una carpeta de color amarillo puesta sobre el estrado, termina y se dirige a su silla, donde el presidente le recibe con un abrazo.

Los servicios de asistencia médica comienzan a tener trabajo. Varias personas mayores tienen problemas con el calor y el apretujamiento humano; les baja o les sube la presión arterial; les baja o les sube el azúcar; algunas se desmayan y hay que prestarles atención de los paramédicos.

Las botellas de agua comienzan a correr de mano en mano, para tratar de mitigar el sofocamiento y el calor, que debe estar ya cerca de los 40 grados centígrados.

“Yo nada más quiero que hable mi viejito para irnos ya; qué gente tan fea, hija, y ya no aguanto el calor”, le comentaba una anciana de cuerpo muy grueso a una muchacha que le acompaña, la cual se hace aire con un abanico rojo y bebe de su botella de agua.

“Ahorita ya va hablar, amá; aguántese un ratito y nos vamos”, le contesta la muchacha, mientras atrás de ellas un muchacho alto levanta una cartulina de un color amarillo chillón con la leyenda “No al metrobús”.

LAS PALABRAS DEL ALTÍSIMO

Finalmente Andrés Manuel López Obrador se levanta de su silla, sonriente, al tiempo que la turba que hace unos minutos insultaba, le dedica aplausos, vivas, gritos de euforia.

Sentada en su silla, la alcaldesa de Gómez Palacio, Leticia Herrera Ale, quien también ha sido víctima de abucheos, rechifla y de insultos, no oculta el enojo, su cara se ve un tanto descompuesta e impaciente.

El presidente comienza un recorrido por todos los programas de beneficio social que reparte o piensa repartir su gobierno. Los cita uno a uno y habla de millones y millones de beneficiados, lo mismo que becarios, “ninis”, personas de la tercera edad.

El discurso lo ha repetido tanto que la mayoría de los asistentes podría repetirlo de memoria, pero de pronto viene la sorpresa; lo inesperado.

AMLO hace referencia a la inversión en La Laguna y, sin más, expresa que “para medirle el agua a los camotes” hay que tomar la opinión del pueblo, les pide levantar la mano a los presentes que consideraran que no era necesario el proyecto del metrobús en la laguna de Durango. De inmediato la mayoría de quienes estaban en la parte delantera de la multitud levantaron la mano.

Bajo tales condiciones les hubiera podido pedir lo que él quisiera, pero la consigna era echar para atrás el proyecto del metrobús, para el cual él mismo había comprometido 420 millones de pesos en el presupuesto de este año.

Enseguida le pidió al “pueblo sabio” que decidiera si querían que el dinero se destinara a obras de agua potable o al equipamiento del Hospital de Especialidades. La mayoría optaron por el agua.

López Obrador consultaba al pueblo, que no eran sino un grupo no mayor de cinco mil simpatizantes de Morena, la mayoría de ellos “acarreados” por el equipo de campaña de Marina Vitela, la presidenta electa de Gómez Palacio, quienes estaban decidiendo por una población cercana al medio millón de habitantes que conforman la zona metropolitana de la laguna de Durango.

Mientras la concurrencia levantaba las manos y deseaba acortar el tiempo para escapar del horno en que estaba medita por el despiadado sol de las cuatro de la tarde, los políticos se hacían comentarios en voz baja. El ambiente estaba envenenado y en medio de él resaltaba la figura de Marina Vitela y el pequeño grupo que le acompaña.

Uno de los funcionarios del gobierno estatal, sentado en uno de los últimos lugares de la filas preferentes, había expresado lo que políticamente ahí se vivía: “Qué poca madre, no se midieron con el gober; ahora sí va haber pedo”.

Aquello, como todos los eventos políticos, son era un montaje, pero apenas debajo de la piel del escenario, se estaban movimiento los intereses de “los hombre del presidente en Durango”, los del gobernador y de un priismo que ha perdido en las urnas, pero cuyas camarillas más recalcitrantes acababan de anotarse un triunfo: echar abajo el proyecto de modernización del transporte urbano de pasajeros, lo que les permite conservar uno de los monopolios más obsoletos y corruptos del transporte que existen en el país.

SEMBRANDO LA DISCORDIA

Apenas se dio la despedida, la multitud se desintegró en cosa de minutos. Hacía calor, hacia hambre y era día de festejar al padre.

Todos los invitados especiales se retiraron con la misma premura. El nuevo presidente había recurrido una vez más al uso de la consulta “a mano alzada”, para justificar el tumbar un proyecto para el cual él mismo había comprometido 420 millones de pesos.

La charla de la comida que vino en las horas siguientes tuvo como tema de conversación central el que pasó ahí realmente.

El primer cuestionamiento era quién había orquestado todo aquello. La respuesta parecía bastante sencilla: Marina Vitela y el grupo de la gente de Morena tanto de Durango, capital, como de La Laguna.

Lo del metrobús tenía una explicación más sencilla. Marina Vitela acaba de dejar al PRI para integrarse a Morena y lanzarse como candidata a la presidencia municipal de Gómez Palacio, pero realmente su grupo político principal sigue siendo la camarilla priista que detentó el poder estatal en el gobierno anterior, encabezada por Jorge Herrera Caldera, quien sostuvo un enfrentamiento abierto con la camarilla priista que controlaba los gobiernos en La Laguna.

El transporte urbano de pasajeros ha sido uno de los cotos intocables del PRI, pues inclusive sigue dependiendo directamente del gobierno estatal y no de cada uno de los municipios. Marina Vitela había trabajado en los días previos para proteger esos intereses, lo que puede significar un negocio bastante redituable.

Herrera Caldera, en su momento, sí tuvo recursos para destinarlos al proyecto del metrobús, pero los desvió. José Rosas Aispuro, quien ya está por su tercer año de gobierno, tampoco ha logrado canalizar un solo peso a ese proyecto y, de hecho, fue él quien, en su breve intervención, abrió pie para que AMLO aprovechara la ocasión y justificara la consulta a mano alzada, que no era en lo absoluto algo espontáneo sino una manipulación grotesca de decisiones que ya estaban tomadas.

Lo más difícil de explicar era la agresión tan violenta en contra de José Rosas Aispuro y, en menor medida pero no de menor importancia, en contra de Leticia Herrera Ale.

No como lo deseaban, pero finalmente la elección en Gómez Palacio ya estaba ganada y el apoyo federal, en términos reales, que puede recibir el municipio en los próximos tres años es bastante relativo.

¿Por qué echarse en contra al gobierno estatal? ¿Por qué agredir al priismo que va a quedar como primera oposición y se puede volver un dolor de cabeza serio?

De no ser por la apretada victoria en la elección de Gómez Palacio, Morena hubiera sido barrido en las elecciones municipales, lo que refleja las tendencias del escenario político para los próximos tres años.

¿Y los 420 millones de pesos etiquetados para el metrobús? Se quedaron en el aire. Para la solución del proyecto del agua potable no existe proyecto alguno en concreto, salvo algunos planteamientos realizados en el corrupto gobierno de Jorge Herrera Caldera, sobre potabilizar parte del agua de la presa Francisco Zarco, que implica una inversión muy importante y, antes de lanzarse en firme, requiere la solución de una serie de problemas de orden social, como el hecho de que dicha agua tiene derechos por parte de los agricultores, entre otras cosas.

Equipar el Hospital de Especialidades tiene un costo mucho menor que los 420 millones de pesos que quedaron flotantes y le permitiría un lucimiento al gobierno federal su inauguración, tomando en cuenta que ya está hecha toda la obra civil.

Para Gómez Palacio y su infraestructura de desarrollo no se planteó ningún proyecto y tampoco se comprometió un solo peso.

La votación a mano alzada del “pueblo sabio” no fue, de fondo, sino el resultado de una encerrona donde los intereses más reprobables de un sector del priismo fueron protegidos por la nueva presidenta municipal, Marina Vitela, quien abre su periodo en medio del encono político desatado por ella misma y sin recursos económicos para llevar a cabo un programa de obra decoroso.

Si ya el trato presupuestal a la laguna de Durango era raquítico, las cosas podrían empeorar en una realidad que no tiene que ver nada con el teatro de los actos del populismo y la demagogia.

Comentarios de Facebook

Etiquetas: , , , , , , , ,



Redacción




Previous Post

De Maciel a Naasón Joaquín: Iglesia y sexo

Next Post

Gómez Palacio, una victoria pírrica de Morena





You might also like


More Story

De Maciel a Naasón Joaquín: Iglesia y sexo

Por: Marcela Valles Además de la perversidad de los individuos, ¿por qué en las instituciones religiosas existe un problema...

2 July, 2019