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PES, CNTE y PT, las aberraciones del nuevo poder

Análisis Político y Social / 30 abril, 2019

Por: Gerardo Lozano

MORENA  y sus aliados tienen hoy una mayoría aplastante en el Cámara de Diputados y en el Senado de la República, los que les ha permitido hasta ahora realizar todo cuanto les ordena AMLO, sin  cuidar siquiera las apariencias y perdiendo cada vez más la división de poderes que recién se había creado en la última década, regresando a los periodos más oscuros del viejo régimen, donde el presidencialismo dominaba toda la vida política del país y mucho más.

La mayoría de MORENA está soportada en una gran parte en tres aliados radicales: el Partido del Trabajo, el Partido Encuentro Social y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

La coalición tiene 308 diputados federales y 69 senadores, pero de ellos 61 diputados pertenecen al PT; 56 al PES y 40 a la CNTE, más de la mitad.

El PT apenas en el 2015 tuvo que recurrir a todas las artimañas para no perder su registro nacional como partido político, debido a que no obtuvo tan siquiera el 3% de la votación total.

Por su parte, el PES acaba de perder su registro como partido nacional por el fallo del Tribunal Federal Electoral, aun cuando el propio AMLO había instruido a uno de los ministros para la elaboración de una propuesta que violaba de manera fragante las disposiciones legales en materia electoral, lo que llevó al propio magistrado “carnal” a votar en contra de su misma iniciativa, en lo que es parte del juego de decisiones absurdas y arbitrarias que se están dando dentro del nuevo gobierno.

LA CNTE, una organización radical de izquierda con tintes mafiosos que ha infiltrado desde hace décadas al gremio oficial de maestros, siempre ha vendido muy caro sus favores y en la campaña presidencial se quedó nada menos que con 40 diputaciones.

De esta forma hay 157 diputados, entre electos y plurinominales, cuya ideología e intereses no son tan siquiera conocidos por quienes votaron por la coalición, pero hoy tienen un poder en las cámaras casi semejante a todos los demás partidos.

Esa ideología y esos intereses no tienen nada que ver con las razones que llevaron a las urnas a la mayoría de los votantes, que ejerció un voto ciego, llevada por la popularidad que alcanzó AMLO, quien, para controlar al poder legislativo hizo campaña para que sus simpatizantes votaran por los candidatos de la coalición, sin importar quiénes eran y qué consecuencias tendría para el país.

MORENA y sus aliados tienen hoy una mayoría aplastante en el Cámara de Diputados y en el Senado de la República, los que les ha permitido hasta ahora realizar todo cuanto les ordena AMLO, sin cuidar siquiera las apariencias y perdiendo cada vez más la división de poderes que recién se había creado en la última década, regresando a los periodos más oscuros del viejo régimen, donde el presidencialismo dominaba toda la vida política del país y mucho más.

En términos democráticos es inexplicable que un partido que estaba al borde de la desaparición, otro que acaba de perder su registro y una organización radical que limita básicamente su presencia dentro del magisterio oficial en los estados de Oaxaca, Guerrero y Michoacán, principalmente, tengan semejante cantidad de diputados y senadores, quienes ya han comenzado a cobrar, más caro que nunca, el apoyo que le brindan a Andrés Manuel López Obrador, sin importar los intereses reales de la sociedad mexicana.

VOTANDO A CIEGAS

Uno de los grandes riesgos de la democracia es precisamente el voto ciego, donde el ciudadano acude a las urnas para votar en favor de candidatos y de propuestas políticas que desconoce. El caso histórico más aberrante que existe es el de Adolfo Hitler, el peor monstruo de la historia política de occidente, quien llegó al poder por medio del voto popular.

Donald Trump es un caso moderno que muestra cómo un sociópata llega al poder de la nación más poderosa del mundo a través del voto popular, o el caso de Inglaterra, donde un gobernante populista tiene la ocurrencia de hacer un referéndum para decidir si el país se retiraba de la Unión Europea y, para sorpresa de él mismo, gana la separación de la Unión Europea por un pequeño margen, lo que les tiene metidos hoy en un grave problema que afectará de manera drástica a las nuevas generaciones inglesas.

Esto en países desarrollados y democracias consolidadas. En casos como el nuestro, donde nuestro sistema democrático está lejos de alcanzar la solidez y el arraigo necesario, el riesgo del voto ciego era inminente y se concretó en las elecciones de 2018.

La mayoría de los mexicanos no sabe tan siquiera el nombre de los diputados federales que corresponden a su distrito, menos quiénes son y cuál es su ideología, si es que la tienen.

Somos un país donde en promedio sólo dos de cada cien habitantes compra un periódico o una revista informativa y este porcentaje baja mucho más en ciudades chicas y en los medios rurales. Nuestro promedio de lectura anual por cada mexicano es de sólo 2.94 libros, de acuerdo a la última encuesta del INEGI realizada en 2012.

Pero este pequeño porcentaje es engañoso, debido a que se incluyen los libros escolares que por obligación tienen que leer los estudiantes y, además, el tipo de libros más vendidos son géneros como motivación, superación personal y libros de moda, como los de Harry Potter y otras sagas de poco contenido valioso.

Todavía hace algunos años la revista más vendida en los medios populares, por lo menos en ciertos estados, era el Libro Vaqueo.

El medio informativo más importante son las llamadas redes sociales y, cada vez en menor medida, la televisión y la radio.

Nuestro nivel de cultura política y de conocimiento de la historia nacional tiene niveles muy bajos, especialmente entre las nuevas generaciones, que representan ya la mayoría de los votantes.

En un sondeo realizado a través de un sencillo cuestionario realizado al azar a un grupo de personas entre los 20 y los 60 años de edad, de ambos géneros, ninguna pudo responder algo sobre el ideario de los partidos PT y PES. Sólo catorce de las cien pudieron responder que la CNTE es un grupo de maestros de Oaxaca que realizan muchas manifestaciones, de lo cual se enteraron por medio de la televisión; sin embargo, sólo tres afirmaron que se trata de una organización que pelea por “cosas de los maestros”, “allá en estados como Oaxaca”.

SATISFACER A LOS ALIADOS

El caso más contradictorio es el del Partido de Encuentro Social (PES), un partido de derecha fundado por miembros de una iglesia cristiana neo-pentecostal que obtuvo su registro nacional apenas en 2014 y, originalmente, siempre fue en alianza con el PAN, lo que le permitió tener presencia muy pequeña en algunos estados de la república.

Fue fundado como asociación civil en 2003 en Baja California por el pastor cristiano Hugo Éric Flores Cervantes, de “La Casa Sobre la Roca”, como se denomina a la secta o asociación cristiana a la que pertenece él y los demás fundadores.

Logra su registro como partido político estatal en 2006, también en Baja California.

Acorde a su idiosincrasia cristiana, se opone a todas las corrientes denominadas progresistas, especialmente a las relacionadas con diversidad de género, libertad de aborto, matrimonios entre personas del mismo género, entre otras.

Originalmente se autodenominó como “El partido de la familia” y propagó una ideología de muy fuerte inspiración cristiana.

En el mismo 2006 se suma a la campaña presidencial de Felipe Calderón y, al ganar la elección, el propio Flores Cervantes es designado como Oficial Mayor de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, de la cual es separado, paradójicamente, por deshonestidad, indebido uso de la función pública y otros ilícitos que le inhabilitan para ocupar la función pública, y se le sujeta a un proceso legal.

De esta forma tan pecaminosa termina la alianza del PES y el PAN, dejando al nuevo partido a la deriva.

Sigue manteniendo su presencia muy pequeña en varios estados, pero comienza a negar públicamente su inspiración de tipo cristiano, alegando que la mayoría de sus militantes son de muy diversas ideologías. Era el inicio del pragmatismo que terminó en una alianza absurda con MORENA, previo paso por algunas alianzas con el PRI.

En la elección de 2018 se suma a la coalición MORENA-PT-PES y obtiene, aun con el efecto López Obrador, apenas el 2.7% de los votos de la elección para presidente; el 2.4% de la elección para diputados y el 2.3% de la elección para senadores.

De forma absurda e inexplicable, con tan solo el 2.4% de la elección para diputados federales se hizo nada menos que de 56 diputados, más del 10% del total de la cámara y 8 senadores. Una sobre representación escandalosa.

Hoy, pese a sus antecedentes de corrupción, Flores Cervantes es el “superdelegado” en el estado de Morelos.

Si el PES retirara de la coalición a sus 56 diputados, Andrés Manuel López Obrador estaría a dos escaños de perder la mayoría simple en la Cámara. Si en el senado retirara a sus 8 senadores AMLO perdería inclusive la mayoría simple.

Aberrantemente, el PES, ya sin registro nacional, es un aliado indispensable para el presidente. Hasta ahora no ha cobrado sus cuotas de poder, en espera de que termine de organizarse el nuevo gobierno, pero lo hará.

¿Qué hace un partido de derecha, fundado por ministros religiosos en un gobierno que presume ser de filiación izquierdista? ¿Lo sabían los electores que acudieron a las urnas el 1ro de julio de 2018? Parece que no.

DOS RADICALES DE IZQUIERDA

La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), es una organización política de izquierda radical, en cuanto a ideología, pero en la práctica es una organización con ciertos tintes inclusive mafiosos que se ha apoderado del sindicato oficial de maestros de Oaxaca, a partir de cuya plataforma ha llegado a tener el control político de Oaxaca.

Con las escuelas normales como centros de adoctrinamiento y de formación de cuadros, la CNTE ha manejado eficazmente una política de presión y de chantaje sistemático hacia los gobiernos estatales y el federal, financiando su activismo del presupuesto educativo.

Debido a las enormes canonjías que logra y a la corrupción gubernamental, se ha expandido a los vecinos estados de Guerrero y Michoacán.

Con la denominada Reforma Educativa implementada en el gobierno de Enrique Peña Nieto, se logró reducir notoriamente el poder de la CNTE, por lo que ésta se alió con Andrés Manuel López Obrador en su campaña hacia la presidencia, bajo el compromiso de la eliminación de la reforma educativa, pero en los términos en que fijara la CNTE, lo es algo muy grave para un sistema educativo oficial básico que tiene ya graves problemas y rezagos.

En su estilo radical, la CNTE ya le mostró a AMLO que su apoyo le costará caro, no sólo a él sino al país entero. Apenas iniciado el nuevo gobierno, la CNTE bloqueó todo el sistema ferroviario que cruza por Michoacán, paralizando el tránsito de mercancías por varias semanas, con pérdidas enormes para la economía.

Negándose a hacer un uso legítimo de la fuerza pública, López Obrador admitió el chantaje y se entregaron a la CNTE más de cinco mil millones de pesos, para satisfacer sólo algunas de sus demandas.

Hoy la CNTE tiene asediada la Cámara de Diputados para que se elimine la reforma educativa y se impongan sus términos, lo cual regresaría el sistema educativo oficial a las prácticas de corrupción y clientelismo que le tienen hundido en la ineficiencia.

Es un aliado que ya mostró tempranamente los dientes y ha llevado al propio AMLO hasta la crispación, en lo que es tan solo el inicio de su gobierno.

PT: EL VIEJO ALIADO

El Partido del Trabajo, PT, es una coalición de organizaciones de izquierda de inspiración maoísta, que logró con la alianza con MORENA no sólo salvarse de la desaparición sino, literalmente, resucitar.

Logró el 6% de la votación global en las pasadas elecciones del 1 de julio de 2018, pero recibió, de forma también absurda y con sobre representación, 61 diputaciones federales y 6 senadurías, lo que le coloca como un aliado indispensable.

A diferencia de la CNTE, el PT maneja una estrategia política que pretende formar bases en los sectores populares y convertirse en un partido de izquierda con una clientela amplia, que le permita acceder a todas las gubernaturas y municipalidades posibles.

Buscará, a medida que se vayan dando los procesos electorales en los estados, tener la mayor cantidad posible de candidatos, con el respaldo de la imagen presidencial y los recursos que éste le está proporcionando.

Su primera parada será en las elecciones del estado de Durango, el próximo junio.

Como lo muestran las estadísticas, el PT, por sí mismo, es una marca de baja aceptación entre el electorado de todos los niveles sociales, lo que le había tenido como un partido marginal, siempre en busca de alianzas con otras fuerzas para poder sacar adelante sus candidaturas, pero sus resultados son y han sido muy pobres.

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