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Los sueldos del hambre

Coahuila / Durango / Durango Principal / Especiales / Especiales Principal / Slider / 30 abril, 2019

Por: Gerardo Lozano

La Laguna: quinto lugar nacional en sueldos bajos y desempleo.

Cae a la mitad la inversión privada en La Laguna durante 2018 y la región se ubica entre la quinta y octava posición nacional con los salarios más bajos, con un índice de informalidad y subempleo superior a la media de Coahuila. El año 2019 presenta un escenario sumamente difícil para la población lagunera asalariada y desempleada.

En números oficiales, proporcionados por la Secretarías de Desarrollo Económico de los estados de Coahuila y de Durango, la inversión privada en Torreón cayó hasta un 54.7% en 2018, comparado con el mismo periodo de 2017, que a su vez había caído un ligero 3.63 por ciento.

Con base en las cifras oficiales del INEGI, la zona metropolitana de La Laguna ocupa el quinto lugar a nivel nacional en bajos salarios y desempleo.

La tasa de desempleo descendió 3.8%, que sigue siendo importante, pero la subocupación y la informalidad se mantienen más altas que el promedio que registra el estado de Coahuila.

La incertidumbre fue el principal factor por el cual se pararon las inversiones del sector privado, debido al escenario económico y político, tanto nacional como internacional, el cual se mantiene hasta la fecha y se ha vuelto algo más crítico, al fijar la mayoría de los organismos internacionales en tan solo un 1.6% del crecimiento de la economía del país para 2019.

El total de la inversión privada realizada en la región en 2018 fue de sólo 5 mil 259 millones 800 mil pesos, mientras que en 2017 fue de 12 mil millones de pesos. De ese total de inversión de 2019, correspondieron a Torreón 3 mil 387 millones de pesos; el 80% de ellos destinados al sector de comercio y servicios, sólo en una parte menor al ramo industrial.

De acuerdo a la información proporcionada por Luis Medina, coordinador de investigaciones del Consejo Cívico de las Instituciones (CCI) Laguna, un 42.8 por ciento de los trabajadores de la zona metropolitana reciben salarios que oscilan entre 2 mil 649 y 5 mil 280 pesos al mes, lo que no cubre ni las necesidades básicas de una familia de tres o cuatro integrantes.

Basándose en los últimos datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI (en febrero cerró sus cifras del cuarto trimestre de 2018), la Laguna ocupa el octavo lugar a nivel nacional como la región con más bajos salarios del país.

Penosamente, la Comarca Lagunera se encuentra muy por debajo de la región sureste de Coahuila, pero además tiene una tasa de informalidad superior a la media de Coahuila (35%), con un 40% de sus empleo en ese sector o ganando tan solo uno o dos salarios mínimos.

Una parte de los laguneros prefiere laborar en la informalidad, donde percibe ingresos más altos que en la economía formal. Además, la mitad de las personas egresadas de universidad se encuentran activas económicamente subempleadas, esto es que se desempeñan en empleos que no tienen ninguna relación con la carrera que estudiaron.

Soriana ofrece empleos con salarios del hambre. El problema es que todo el comercio de la región y el sector de servicios se maneja con esos salarios u otros aún más bajos. Un acomodador de mercancía gana 4 mil 500 pesos mensuales, ayudante en general 4 mil 356 pesos, asistente de gerencia 5 mil 478 pesos mensuales, administrador 5 mil 590 pesos mensuales y un ejecutivo de ventas, que debe ser profesionista con cierta experiencia, 6 mil 745 pesos mensuales.

CAJEROS: TRATADOS SIN CORAZÓN

Arturo Domínguez, de 21 años, se ocupó como cajero en una de las tiendas de la cadena comercial Soriana, que se ha convertido en la cadena comercial más importante de capital nacional en todo el país.

Aunque el gigante comercial, que se acerca a las 500 tiendas de autoservicio en todo el país, cambió su logotipo por un corazón y el slogan “Soriana es parte de tu familia”, éste es un cruel eufemismo para sus propios empleados.

Arturo gana apenas 1,200 pesos una semana y a la siguiente su sueldo baja a 950, por ocho horas diarias de trabajo, repartidas en dos periodos de cuatro horas y una hora intermedia para comer.

Toda la jornada la pasa de pie y atendiendo con celeridad a cientos de clientes. Además del sueldo mensual (4 mil 300 pesos) tiene la enorme responsabilidad de que al corte de caja las cuentas deben de salir exactas, si se equivocó y tuvo algún tipo de faltante tiene que firmar de inmediato un pagaré por la cantidad correspondiente, el que se le comienza a descontar a partir de su siguiente semana.

Hacer firmar un pagaré a un empleado por un faltante en caja puede considerarse como un abuso de carácter laboral por parte de la empresa, pero la práctica se encuentra institucionalizada. Hasta que el cajero termina de pagar la “deuda” se le regresa el pagaré, que es un documento jurídico que tiene validez por sí mismo.

De los 4 mil 300 pesos que gana Arturo tiene que gastar 624 pesos para trasladarse a su trabajo en camión urbano, por lo que únicamente le quedan 3 mil 676 pesos mensual, lo cual sólo le alcanza para cubrir sus gastos personales, pues sigue viviendo con sus padres.

No hay más prestaciones que las de ley y su filiación al IMSS. El corazón del logotipo y todo el discurso mercadotécnico de familia y aprecio salen sobrando.

En el tabulador oficial que da a conocer en su sitio de internet, Soriana ofrece empleos, pero sus salarios se podrían considerar como los salarios del hambre. El problema es que todo el comercio de la región y el sector de servicios se maneja con esos salarios u otros aún más bajos.

Un acomodador de mercancía gana 4 mil 500 pesos mensuales; ayudante en general 4 mil 356 pesos; asistente de gerencia 5 mil 478 pesos mensuales; administrador 5 mil 590 pesos mensuales y un ejecutivo de ventas, que debe ser profesionista con cierta experiencia, 6 mil 745 pesos mensuales.

HEB, el supermercado para la gente de clase media y alta, tiene apenas un poco más de consideración: 5 mil 160 pesos mensuales de sueldo para sus cajeros.

En la última feria del empleo realizada en Torreón, el sueldo que ofrecen las empresas, la mayoría de ellas maquiladoras, es de 6 mil a 7 mil pesos mensuales por un empleo de tiempo completo para un recién graduado de universidad.

Una universidad de mediano nivel cobra más de esos sueldos por concepto de colegiatura mensual, más todos los gastos adicionales que tienen que realizar los padres.

El mercado laboral de profesionistas jóvenes tiene en la región una sobreoferta, pero la red de universidades que operan en la región nunca ha querido asumir esa realidad y sigue egresando miles de nuevos licenciados cada año, la mayoría de ellos en carreras que se encuentran sumamente saturadas.

Según testimonio de algunos jornaleros, su salario rondaba los 100 pesos diarios, pero se los rebajaban si no cumplían las metas impuestas por los capataces. Vivían en cuartos de 16 metros cuadrados, en los que habitaban hasta 12 personas, trabajaban jornadas de más de ocho horas, la comida era insalubre y si querían comprar algo extra, lo tenían que hacer en una especie de tienda de raya.

EXPLOTACIÓN Y ESCLAVITUD LABORAL

Vergonzosamente, en Coahuila se presentan todavía formas de explotación laboral equivalentes a la esclavitud en algunos ranchos hortícolas de la Comarca Lagunera, donde se retiene contra su voluntad a migrantes mexicanos, se les pagan salarios de hambre y en buena medida se les paga mediante “tiendas de raya”.

La Red Nacional de Jornaleros Internos, a través de Jesús Carmona, dirigente de la asociación civil Respuesta Alternativa, que forma parte de la red, denuncia que todavía a finales de 2015 y principios de 2016 se dio el caso del rancho Nidia Edith, ubicado en el ejido Maravillas, del municipio de Matamoros.

Desde finales de septiembre de 2015, una persona que laboraba en ese lugar -originario de la Huasteca potosina- denunció que en el rancho mencionado se encontraban entre 300 y 400 personas que eran víctimas de explotación.

Se dio aviso a la Comisión de Atención a Víctimas de San Luis Potosí y a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Coahuila.

Ambos organismos hicieron caso omiso a la denuncia y dos meses más tarde, el 25 de noviembre de 2015, la Procuraduría General de la República (PGR) rescató a 74 personas en ese rancho.

Jesús Carmona lamenta que además de que se actuó de forma tardía, no se supo nada del paradero de las demás personas que eran explotadas en ese lugar.

Según testimonio de algunos jornaleros, su salario rondaba los 100 pesos diarios, pero se los rebajaban si no cumplían las metas impuestas por los capataces. Vivían en cuartos de 16 metros cuadrados, en los que habitaban hasta 12 personas, trabajaban jornadas de más de ocho horas, la comida era insalubre y si querían comprar algo extra, lo tenían que hacer en una especie de tienda de raya.

Casos como éste se han repetido en varios ranchos hortícolas de los municipios de San Pedro y Francisco I. Madero, donde las condiciones laborales son de explotación, aunque no lleguen a los extremos del caso referido.

Cada año llegan a la región jornaleros agrícolas procedentes de los estados de Veracruz, Hidalgo, San Luis Potosí, Oaxaca y Guerrero para la pisca de cultivos hortícolas.

En 2016, el 3 de agosto, seis menores oriundos de Veracruz y San Luis Potosí fueron rescatados en la comunidad de Juan Eugenio, en Flor de Jimulco, Torreón.

Los menores se dedicaban a la cosecha de calabazas y les pagaban 100 pesos diarios por laborar hasta 13 horas.

En septiembre de ese mismo año, las autoridades de Coahuila visitaron los ranchos Las Calandrias, El Pedregal y Santa Cruz, ubicados en el municipio de Ramos Arizpe, tras la denuncia sobre el trabajo de niños en condiciones insalubres.

En el lugar fueron rescatadas 13 personas de las cuales 11 eran menores de edad. Los jornaleros denunciaron maltrato verbal, jornadas de hasta 16 horas y dos comidas al día. Los ranchos eran operados por Prokarne, empresa que también dirigía los ranchos donde en 2015 se rescataron a 307 personas, 78 menores de edad.

Son pocos los casos en que la explotación laboral de migrantes en ranchos de la región lagunera son denunciados, lo que hace que las prácticas se repitan año con año, hasta la fecha.

JÓVENES SIN ALTERNATIVAS

Entre los oficios peor pagados que se registran en la región, se encuentran los de empleados de limpieza de hoteles, recepcionistas de consultorios médicos (aun en clínicas privadas caras) meseros, empleados de diversas categorías en comercios y empleadas domésticas.

De acuerdo al Consejo Cívico de las Instituciones, en su Radiografía de Empleo en la Zona Metropolitana de La Laguna, alrededor de 153 mil laguneros ganan hasta dos salarios mínimos diarios, con una percepción mensual de hasta cinco mil 280 pesos.

En la zona metropolitana, uno de cada dos trabajadores gana como máximo dos salarios mínimos diarios y tan solo el 15 por ciento de la población económicamente activa gana entre siete y 11 mil pesos.

Siete de cada 10 personas no económicamente activas son mujeres, de las cuales más de la mitad se dedican al cuidado del hogar, pese a contar en un alto porcentaje con estudios técnicos y profesionales.

En la opinión del Consejo Cívico de las Instituciones, La Laguna ocupa el quinto y no el octavo lugar a nivel nacional en bajos salarios y desempleo, en contraste cada vez más marcado con la región del sureste de Coahuila.

El análisis aborda también que de hace 7 años al 2018, se graduaron 113 mil 236 técnicos y universitarios, pero nada más fueron generados 26 mil 16 empleos. Tan solo el 23 por ciento de los jóvenes encontró un trabajo formal.

En lo que respecta a 2018, se han generado un promedio de 13 mil 916 empleos y ahí han sido empleados 4 mil 533 jóvenes.

La explicación del por qué un 40% de la población económicamente activa trabaja en la informalidad, cuando en Coahuila en porcentaje promedio es de 35% (la media nacional es de 52%), se orienta a la falta de empleos, pero principalmente a los bajos salarios que se pagan en la región.

Ricardo es un tipo muy echado para adelante. Usa gorra de beisbolista a la moda, corte de pelo rasurado de la parte baja, barba bien recortada, guantes negros y lentes negros modernos. En una actitud de hacer las cosas con rapidez y eficiencia, además de hacer algo importante.

Realmente su trabajo por medio día, en las horas pico, es el de limpiaparabrisas, lo que lleva a cabo con un mango de plástico y una botella de jabón líquido.

Su crucero es el de Juárez y Antonio de Juambelz. En cada parada de semáforo alcanza a limpiar hasta dos parabrisas, por lo que recibe entre 10 y 15 pesos de los automovilistas. Cada hora hay un promedio de 18 rojos, si sólo ingresa 10 pesos por parada de autos, cada hora le entran a su bolsillo trasero, que cuelga por el peso de las monedas, 180 por hora.

Si algunos de los automovilistas no le dan nada, el cálculo conservador es de 150 pesos por hora. En dos horas ya ingreso 300 pesos, casi tres salarios mínimos.

Rodrigo es franelero en las inmediaciones de la Alameda Zaragoza. Entre semana lava un promedio de cuatro a cinco carros, lo que le da un ingreso de 250 pesos, por cerca de tres horas de trabajo, pero los viernes, sábados y domingos puede ganar de 450 hasta 600 pesos diarios: un promedio de 2 mil 350 pesos por semana, un sueldo que no gana un profesionista en la mayoría de las empresas comerciales y de servicios de la región.

Pero hay negocios excelentes. Ahí mismo, en la Alameda Zaragoza, hay una familia que vende Nieve de Chepo. En temporada de calor y entre semana le va bien, pero los domingos tres despachadores tienen problemas para atender la cantidad de clientes que llega al lugar.

Un vaso mediano, con seis bolitas, cuesta 30 pesos. Si le deja un margen de ganancia de 10 pesos, cada 100 vasos son mil pesos de utilidad y en un domingo son cientos de vasos. Para ellos sería absurdo ingresar a la formalidad.

El negocio de venta de comida a través de un negocio informal es una de las actividades más extendidas que existen en la región lagunera.

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