Un gobierno municipal que huye y desdeña al pueblo
Por: Álvaro González
Ante la protesta y la denuncia ciudadana, el gobierno municipal de Torreón huye de los problemas y protege a funcionarios corruptos e ineficientes.
El incremento al transporte público de pasajeros hasta en un 18% por parte del ayuntamiento de Torreón encendió la protesta ciudadana, tanto entre el medio universitario como entre el resto de usuarios y ciudadanía en general, quienes se unieron en una manifestación para impugnar dicho incremento, el cual nunca fue consultado y mucho menos negociado, sino impuesto a través de una decisión autoritaria de la mayoría panista que conforma el cabildo de la ciudad.
El viernes 22, un numeroso contingente, compuesto por cientos de estudiantes y de ciudadanos, recorrió las calles del centro de la ciudad y se manifestó frente al edificio de la presidencia municipal, ubicado en la Plaza Mayor de Torreón.
Su propósito era pedir una explicación a las autoridades del porqué no fue tomado en cuenta el estudio realizado por un grupo de universitarios; exigir la presentación de dos estudios que dice haber realizado la Dirección de Movilidad Urbana municipal y un estudio más que afirman haber realizado los transportistas concesionarios.
Exigen un descuento del 50% en el costo del pasaje a estudiantes y personas de la tercera edad y con capacidades diferentes, así como la destitución de Ana María Betancourt, regidora responsable de la Comisión de Autotransporte, quien encabezó la aprobación del incremento al interior de cabildo, donde los regidores de los diferentes partidos de la oposición hicieron lo suyo e incluso interpondrán recursos en contra de la medida.
El pliego petitorio, compuesto de 12 puntos, fue motivado principalmente por la postura de la mayoría panista del cabildo de no darle cabida al estudio que habían realizado los universitarios y a la opinión ciudadana.
La respuesta del gobierno municipal fue sorpresiva: salir corriendo masivamente del edificio de la presidencia municipal y cerrarlo a las dos de la tarde; dos horas antes del horario oficial de trabajo, para concentrarse, los principales funcionarios y miembros del cabildo, en un conocido y lujoso hotel del boulevard Independencia.
La intención de los manifestantes era la de dialogar con las autoridades y exigir que dé marcha atrás al incremento de las tarifas; que se mejore la deplorable calidad del servicio y que se den los descuentos preferenciales que no fueron considerados, como sí se hizo en el resto de los municipios del estado donde hubo incrementos al transporte.
Mientras la ciudadanía manifestante se encontró con un edificio de la presidencia municipal desalojado y cerrado, como si hubiese sucedido un siniestro, un grupo de agentes de tránsito y vialidad, compuesto principalmente por mujeres, denunció abusos de autoridad, un mal trato laboral e inclusive agresiones con implicaciones sexuales y de discriminación de género en contra de Pedro Luis Bernal, director de Tránsito y Movilidad del municipio, sobre quien ya existían múltiples quejas de abusos por parte de ciudadanos acosados con multas injustificadas, pero además por agentes hombres que también son sujetos a un mal trato laboral.
Una de las agentes formalizó su denuncia el pasado 15 de febrero ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y ha sido secundada por la mayor parte del personal femenino que labora en la dependencia, así como otros agentes.
Ya anteriormente Pedro Luis Bernal sólo había recibido un “apercibimiento” por abusos de autoridad cometidos en contra de una ciudadana.
ZERMEÑO, OBLIGADO A FIJAR POSTURA
Si se consideran las condiciones en que se presta el servicio de transporte público en Torreón, el incremento de un 18 y un 14% en el mismo es muy difícil de justificar, aun considerando el incremento en el precio de las gasolinas, que ha sido poco en el transcurso del último año.
Como a Jorge Zermeño Infante le gusta mucho hacer referencia al hecho de haber ocupado la embajada de México en España, un nombramiento que el servicio diplomático de carrera calificó como tráfico de influencias, pues el actual alcalde de Torreón no tienen formación diplomática alguna y jamás había ocupado un cargo dentro de la diplomacia, el hecho es que tal nombramiento le permitió vivir en la ciudad de Madrid con un nivel de lujos propios de la realeza española, como se puede observar todavía en videos que permanecen en YouTube, realizados a petición de Astrid Casale, esposa de Zermeño Infante, que también se encargó de exhibir la ostentosa forma de vida del embajador en revistas tan difundidas como Hola, cuyas ediciones siguen a disposición de cualquier lector que deseé revisarlas.
Casale posó incluso con ropa y calzado de marcas renombradas y sus especificaciones correspondientes en los créditos del trabajo realizado por Hola, considerada como la revista más importante de temas de sociales en habla hispana.
Será pertinente entonces hacer una comparativa de la calidad y costos del transporte urbano entre Torreón y Madrid.
Alfredo Álvarez, licenciado en administración de empresas lagunero que desde hace un par de años radica en Madrid, nos relató su experiencia con el servicio e hizo un desglose del costo que representa para la ciudadanía en la capital española, tomando en cuenta que esta capital internacional tiene el mayor ingreso per cápita de España, y Torreón es una ciudad media y barata del norte de México.
En Madrid la ciudadanía puede adquirir un bono mensual de transporte que cuesta 53 euros, costo cercano a los 1’140 pesos mexicanos, según el tipo de cambio. Suponiendo que se toman cuatro autobuses diarios seis veces a la semana, como lo hace gran parte de la clase trabajadora torreonense, hablamos de 96 pasajes al mes, el costo del pasaje (sólo por razones laborales) para un madrileño equivale a poco menos de $12. Una persona en Torreón gastará en esos 96 viajes la suma de 1’248 pesos. En Madrid este bono puede ser utilizado indiferentemente a lo largo del mes, así que la inversión abarca también el uso del servicio los fines de semana o con cualquier otro fin extra al laboral; el bono además cubre el transporte en autobús, tren y metro.
Se deben tomar en cuenta además otros aspectos. El salario mínimo en Madrid es de 900 euros al mes, es decir, 19’350 pesos; el salario mínimo en esta zona de México es de 3’080.4 pesos. Un trabajador madrileño con el sueldo más bajo que toma cuatro autobuses diarios gasta el 5.8% de su ingreso en transporte, mientras que uno con las mismas características en Torreón gasta el desorbitado e incongruente 48%. Para equipararse a Madrid, ese trabajador torreonense debería pagar solamente 1.86 pesos por pasaje, cifra que se mantiene si hablamos de trabajadores que toman sólo dos autobuses al día, gastando el mexicano 24% de su salario, sólo en sí mismo, pues debe también entrar a la ecuación el gasto de otros miembros de la familia que dependen del mismo ingreso.
Haciendo el análisis desde una base más simple podemos considerar que el salario mínimo por hora en Madrid es de 7 euros, mientras que un mexicano mínimamente debe ganar 12 pesos por hora. El pasaje sencillo en un autobús urbano madrileño cuesta 1.5 euros. Es decir, mientras que al madrileño su pasaje le cuesta 12.8 minutos de trabajo (así sin comprar el bono), cada que un torreonense aborda un autobús debe pagar lo que gana en 65 minutos de su jornada laboral.
Además, no es lo mismo el transporte urbano en Torreón que en Madrid. Según nos narra Alfredo Álvarez y se puede constatar fácilmente, todos los autobuses urbanos en Madrid son unidades modernas (con rampas para silla de ruedas, asientos especiales y zonas reservadas para carriolas), limpias, puntuales, con choferes altamente capacitados, con rutas y paradas bien establecidas y consultables, condiciones que en México no cumplen ni los autobuses de las líneas nacionales, mucho menos pueden ser comparadas con las del servicio de camiones de ruta en Torreón, y aun así nos resulta mucho más caro.
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