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Paco Ignacio Taibo II, ideólogo y patán de Morena

Análisis Político y Social / Opinión / 1 marzo, 2019

Por: Álvaro González

Francisco Ignacio Taibo Mahojo, conocido bajo el nombre público de Paco Ignacio Taibo II, se ha convertido, desde 2012 a la fecha, en uno de los pocos intelectuales más cercanos a Andrés Manuel López Obrador. Muchos analistas políticos y gente del medio de las artes y la cultura del país consideran que se le puede considerar ya como ideólogo del nuevo gobierno.

A sus 70 años de edad, Taibo II cuenta con una muy larga trayectoria como escritor y periodista, que incluye al menos 50 títulos en géneros muy variados, como novela negra, su género preferido, historia, crónicas, entre otros. Tiene obra publicada en varios idiomas.

Ha ganado hasta en tres ocasiones la distinción del Premio Hommett. Es fundador de la Asociación Internacional de Escritores Policiacos (1986) y es también fundador de la Semana Negra de Gijón (1988).

De padre español exiliado del franquismo, nació en España pero se radicó en México desde los 10 años, sin embargo obtiene su naturalización mexicana hasta 1984.

Su trayectoria intelectual es superior a la de gentes que parecieran inclusive gozar de un mayor nombre.

Con esta carrera profesional sería muy justificable su arribo a la dirección del Fondo de Cultura Económica, que fuera fundado por el gran intelectual Daniel Cosío Villegas  y se le considera como una de las más importantes editoriales de habla hispana.

Hasta aquí todo parece que está muy bien, pero enseguida vienen una serie de cuestiones que inquietan, y mucho, al medio artístico y cultural del país y, de manera especial, a la industria editorial.

Conocer al hombre es muy distinto a conocer su trayectoria intelectual y adentrarse en su obra, en la que destaca su creación dentro de la novela negra o policiaca y la historia de México, específicamente sobre la segunda mitad del siglo XIX y sobre la revolución mexicana que va de 1910 hasta los años treinta del siglo pasado.

Para ser directos, Paco Ignacio Taibo II es, como persona, alguien poco agradable si no se está en su círculo íntimo o no se comulga ideológicamente con él.

Es difícil establecer si proviene de su formación personal, de su mundo de ficción en la novela negra o policiaca o de dónde, pero es una persona muy descuidada de las formas y se pasa por alto con gran frecuencia las más mínimas normas de cortesía.

Es lo que podríamos considerar como un patán: insultante, agresivo y, en consecuencia, desagradable. Su lenguaje pareciera policiaco, pero no en la ficción de sus novelas, sino en la cotidianidad de su trato con sus iguales y con todo aquel que esté, como se dijo, opuesto a su ideología.

Él se considera no sólo un socialista, sino inclusive un comunista con ideas que ha escuchado desde su infancia y que estaban en los medios políticos e intelectuales hace 60 o 70 años.

El problema es que es mucho más proclive al insulto que al debate y a la argumentación.  Podría seguir siendo Paco Ignacio Taibo II, pues todo su medio ya le conoce e inclusive lo ha tratado por décadas. Un hombre de 70 años puede ofrecer muy pocas sorpresas, el problema es que ahora es un hombre con poder y es evidente que tiene fuerte influencia ideológica sobre Andrés Manuel López Obrador.

Uno de los aspectos más concretos es que la visión histórica del nuevo presidente parece fuertemente influenciada por la visión de Taibo II, con todo lo que eso implica.

Muy a su estilo, su llegada al Fondo de Cultura Económica no podía haber sido más desaseada. Por indicaciones de Andrés Manuel López Obrador se iba a modificar la ley para que pudiera ocupar el cargo, debido a que no es mexicano de nacimiento, pero justo antes de que los legisladores hicieran la tarea presidencial encomendada, lo que ya se veía bastante mal, Taibo II lanzó algunos pronunciamientos sumamente procaces sobre la oposición política, utilizando inclusive referencias de carácter sexual.

Refiriéndose precisamente a la modificación de la ley para su nombramiento expresó: “¡Sea como sea, se las metimos doblada, camarada!”.

Como consecuencia la ley no se pudo modificar, pero inclusive se ufanó de ello, pues llegaría por decreto presidencial.

Finalmente se apersonó en las oficinas del Fondo de Cultura Económica, sin ningún nombramiento, sin ningún protocolo, en calidad de gerente encargado del despacho de la dirección y de inmediato comenzó a causar controversia.

EL NUEVO PROGRAMA DE LECTURA

El 27 de enero, en gira por Mocorito, Sinaloa, en compañía de su esposa, Beatriz Gutiérrez Mueller, “asesora honoraria” de la Memoria Histórica y Cultural de México, AMLO presentó su Estrategia Nacional de Lectura.

Mocorito, Sinaloa, es el lugar de nacimiento del dirigente histórico del Partido Comunista Mexicano, Arnoldo Martínez Verduzco y era el día de su natalicio.

Tal estrategia está diseñada por Paco Ignacio Taibo II y él mismo se encargó de presentarla.

Habló, como estrategia, de bajar el precio de los libros, crear 130 librerías, instalar bibliotecas en casas de interés social y editar libros que costarán 10,12 y 15 pesos.

En su opinión, los mexicanos no leen “porque el precio de los libros está muy caro” y, sentenció: “Vamos a forzar a que la industria editorial baje sus precios”.

Lo anterior ha causado una fuerte preocupación en la industria editorial mexicana, que ya sobrevive con márgenes de ganancia muy bajos y, como consecuencia, una gran parte ha tenido que ser vendida a empresas extranjeras, principalmente españolas, las que pueden mantenerse por su condición de empresas globales.

A diferencia de otros países, en México el estado fabrica los libros de texto gratuito para el nivel básico, lo que es la principal fuente de ingreso editorial en otros países, porque el índice de lectura de los mexicanos es uno de los más bajos del mundo.

Si el estado subsidia la edición de libros a 10,12 y 15 pesos, gran parte de la industria editorial mexicana enfrentaría una competencia desleal que le puede llevar a la quiebra, pero ese no es el principal problema: Paco Ignacio Taibo II no se caracteriza por ser un intelectual incluyente, plural y ni tan siquiera respetuoso, por el contrario; es un entusiasta partidario de la promulgación de su tendencia ideológica, que está estrechamente vinculada al pensamiento marxista-leninista y en general al pensamiento socialista, pero no contemporáneo, sino al de mediados del siglo pasado.

El catálogo del Fondo de Cultura Económica y de las editoriales que dependen del Estado, como Educal, podría excluir a todos aquellos autores que no comulguen con la línea de pensamiento del nuevo gobierno y de Taibo II en lo particular.

Estaríamos ante un posible uso de las editoriales que dependen del Estado para buscar el adoctrinamiento ideológico, no la razón para la cual fue creado el FCE.

LOS CONTRATIEMPOS QUE PUEDEN VENIR

Lo que pretende el nuevo gobierno a través de la gestión de Taibo II puede enfrentarse a varios contratiempos. El primero de ellos es si realmente los mexicanos leen poquísimos libros porque estos son muy caros. Tal diagnóstico no está sustentado en ningún estudio conocido, por lo tanto es aventurado sostenerlo como la causa real del problema.

Los mexicanos consumen muchas otras cosas superfluas que son más caras que un libro, y esto incluye a las clases populares. Una entrada a un estadio de futbol vale lo que un buen libro; el gasto en teléfono celular puede equivaler mensualmente al costo de hasta dos libros; una entrada al cine, incluyendo el gasto en la dulcería, cuesta más que un buen libro, por citar sólo algunos ejemplos de consumos que se dan en los medios populares.

La clase media también lee muy poco y sí tiene los recursos suficientes para adquirir libros en librerías comerciales.

Es cierto que la mayoría de los libros que ofrece Educal sí son caros, en buena medida porque son ediciones de lujo sobre temas de arte. Son libros hermosos, de esos que se heredan, pero tienen un costo que está un poco abajo o un poco arriba de mil pesos, lo que sí representa ya un costo restrictivo. Personalmente me tengo que esperar a que los libros cumplan cinco años de editados para tener acceso a un descuento y, muchas veces, visitando museos, sitios arqueológicos y lugares turísticos, me he quedado con las ganas de hacerme de algunos de estos libros, por el costo que representan.

No es el caso del Fondo de Cultura Económica, cuyos precios son muy competitivos con respecto al mercado, aunque sean grandes colecciones.

El asunto es que no se puede partir de que la mayoría de los mexicanos no lee porque los libros son muy caros. Ese lamentable fenómeno requiere ser estudiado a fondo y consultado, tanto con los expertos como con el público en general.

En especial se debe de esclarecer con una investigación sólida que explique lo pasa entre los jóvenes y los niños, porque las nuevas generaciones no están leyendo libros y el imperio de la Internet tiene una expansión arrolladora.

Taibo II tiene 70 años y toda su vida ha transcurrido entre libros, en un mundo de papel que está en serios problemas, especialmente en países como México.

La mayoría de los expertos coinciden en que el problema principal radica en el sistema educativo del país y, enseguida, en la familia como principal ente educador. Si los padres no leen, los hijos tampoco leerán, así que la alternativa para romper este círculo vicioso parece recaer más en el sistema educativo.

La biblioteca pública tradicional también tiene problemas para atraer usuarios y ahí la lectura es gratuita. Se requiere de ideas y programas muy innovadores para lograr convertirlas en sitios atractivos.

Mi madre, que sólo cursó la educación básica, se convirtió, después de los 70 años, en una gran lectora. Pasaba gran parte del día sola y descubrió en la lectura un disfrute al cual no había tenido la oportunidad de dedicarle tiempo. Cuando lo tuvo, sobre su buró siempre se veía un altero de libros, entre los que sobresalía la literatura de ficción.

La mayoría de las personas que se jubilan tienen problemas con el uso de su sobrado tiempo y la lectura es, entre otras cosas del arte, una gran alternativa.

Competir con la televisión, más ahora que hay plataformas tan atractivas, el cine y la Internet no está nada fácil, ni tan siquiera para las revistas y periódicos, que tienen fuertes problemas con sus ediciones de papel desde hace unos diez años.

Otro problema que puede tener Taibo II es creer que a la juventud mexicana le interesa lo mismo que a ellos, lo mismo que a los adultos de edad mediana y a las personas mayores en México, así cueste 10,12 o 15 pesos.

El equipo frente al FCE de Taibo está formado por 14 hombres y sólo una mujer. En esta primera oferta, de 50 libros apenas 5 tienen autora, pero salvo el de Castellanos, todos son en coautoría con un hombre oacerca de uno. ¿Marcará la inequidad de género al FCE de Taibo?

Taibo II puede saber de muchísimas cosas, pero no sabe de mercadotecnia y, se mencionó líneas arriba, tiene 70 años y es un hombre de trato muy difícil. De entrada  la llamada Estrategia Nacional de Lectura debe tener como principal protagonista al secretario de educación, Esteban Moctezuma, por el cual Taibo II siente poco o ningún respeto intelectual, por no decir que recelo por venir políticamente de donde viene.

Es posible que el éxito de tal estrategia dependa de desdoblarla no en una sino en varias estrategias, dependiendo a qué sector de la población esté orientada.

Como un dato singular que viene muy a modo, el propio Andrés Manuel López Obrador ha  publicado nada menos que 16 libros a lo largo de 27 años y él afirma que, en buena medida, vive de sus regalías como autor, lo cual es irrisorio, ya que ninguno de sus libros ha alcanzado ni tan siquiera una venta modesta. Los pocos que circulan por ahí son obsequios.

Si usted pregunta entre su medio social quién ha leído uno de esos 16 libros, va a tener muchos problemas para encontrar a un solo lector.

Su editorial ha sido Grijalbo, una editorial comercial que tiene dificultades de rentabilidad, como todas las demás.

En lo que es otra singularidad, varios expertos en lingüística, opinaban, antes de que asumiera la presidencia de la república, que era muy difícil que un persona con la formación académica y literaria tan pobre como la de AMLO hubiera escrito la mayoría de esos libros, pues se puede detectar la intervención de otras plumas que sí tienen esa formación.

Un tema tabú para el resto del sexenio, del cual Taibo II debe de saber bastante.

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