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La pobreza teatral del presidente

Análisis Político y Social / Opinión / 2 febrero, 2019

Por: Marcela Valles

Hay que reconocer que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene habilidades teatrales; se le da y se le da bien, lo que tienen en la fascinación a esos 30 millones de mexicanos que votaron por él en la pasada elección del 1 de julio de 2018. Lo mismo habrá que reconocer que posee grandes dotes para la comunicación con el mexicano de a pie, en lo cual finca casi todo su éxito político que le ha puesto donde está.

Esta teatralidad le ha llevado a tratar de construir un personaje que aspira a algo desmesurado: convertirse en una figura del santoral de la historia del país; el caudillo de la cuarta transformación, la cual por cierto nadie sabe de qué se trata bien a bien.

Desde la campaña electoral ha buscado convencer a todos de que es un político pobre, sin la más mínima aspiración por el dinero. Es incuestionable que hasta ahora no existe ningún antecedente por el cual se le pueda considerar como un político corrupto, en un país repleto de políticos corruptos, aunque sí ha estado rodeado de corruptos y ha tolerado la corrupción de varios de sus colaboradores más cercanos.

AMLO es un admirador del legendario político uruguayo José Mujica Cordero, presidente de Uruguay de 2010 a 2015, considerado por la prensa internacional como el presidente más pobre del mundo.

José Mujica fue un jefe guerrillero, miembro del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, de donde se pasó a la política de partidos hasta alcanzar la presidencia.

Lo excepcional es que este hombre es un modesto floricultor de oficio y lo siguió siendo durante su mandato presidencial. Se trasladaba en un bocho, negándose a emplear algún avión oficial y llevando su misma vida de floricultor, viviendo en su modesta casa de siempre y sin permitirse el menor lujo.

Llegó a la presidencia a los 75 años y hoy es un anciano que esta sobre los 83 años y sigue políticamente activo. A su esposa, que es del mismo talante que él, la conoció en el movimiento guerrillero.

Es fascinante y hasta muy novelesco que exista un hombre así, más si se le ve desde la parafernalia de la clase política mexicana que, desde la misma revolución de 1910, se ha dedicado a robar y robar sin límite alguno.

Pero, en muchísimos o en casi todos los sentidos, Uruguay es radicalmente distinto a México, no por José Mujica sino por otras muchas razones.

Este país sudamericano es territorialmente casi del mismo tamaño de Coahuila, pues tiene 176 mil 200 kilómetros cuadrados de territorio, en tanto que Coahuila tiene 151 mil 600 kilómetros cuadrados, pero es más largo que Uruguay.

Su población total es de apenas 3 millones 450 mil habitantes, mientras que Coahuila tiene 2 millones 955 mil habitantes. Poblacionalmente Uruguay es más pequeño que el área metropolitana de Monterrey, para dar una idea más precisa.

En un país tan pequeño puedes transportarte con cierta facilidad de forma terrestre, pues los trayectos son bastante cortos, por lo cual un presidente puede permitirse no tener un avión o utilizar líneas comerciales.

 

DECLARACIÓN EN CEROS

El asunto es que Andrés Manuel López Obrador presentó su declaración patrimonial en ceros. Tiene tan solo una cuenta bancaria que equivale a un poquito más de un sueldo mensual, y eso es todo, pues la conocida quinta “La Chingada”, ubicada en Palenque, afirma que ya se la heredó en vida a sus cuatro hijos.

No tiene automóvil, no tiene bien inmueble alguno, no usa tarjetas de crédito, no tiene inversiones y trae en su cartera sólo 200 pesos, por lo que se pueda ofrecer en el Oxxo o en algún otro estanquillo donde se baja a comprar un café.

Es más pobre en consecuencia que José Mujica y, técnicamente, aquí parece que a él mismo o a sus asesores de imagen se les pasó la mano de teatralidad. Ser tan pobre no es creíble, más si te atiende médicamente un equipo de especialistas que se trasladan a México desde la glamorosa ciudad norteamericana de Miami.

Cuando presenta los bienes de su esposa semejante pobreza desaparece.

Beatriz Gutiérrez Müller gana mensualmente 117 mil 500 pesos, 8 mil más que él, lo que es un sueldo bastante envidiable, que muchísimos millones de mexicanos desearían.

Tiene a su nombre dos vehículos de reciente modelo y de status comercial medio-alto. Tiene tres cuentas de nómina, una con un millón 400 mil pesos, otra con 50 mil y una más con 5 mil.

Tiene una buena casa, decorada con muy buen gusto, si nos atenemos a las pocas fotografías que se han filtrado; tres terrenos y un departamento, los cuales suman un valor predial de 5 millones 242 mil 737 pesos, pero ya se sabe que el valor predial no es el valor real de una propiedad, tampoco el valor de la transacción notarial, porque un bien adquirido hace 10 o 15 años puede valer dos, tres o más veces su precio original.

Gutiérrez Müller posee joyas por 100 mil pesos, que no está mal pero tampoco es mucho, sin embargo tiene 300 mil pesos en obras de arte y en este concepto hay muchos asegunes. Cualquier galerista nos puede confirmar que las obras de arte pueden tener valores de mercado muy, muy superiores a los valores de adquisición si fueron compradas con conocimiento del arte o bien son regalos de algún artista reconocido, lo que es muy probable si se toma en cuenta que Andrés Manuel fue regente de la ciudad de México.

Los 350 mil pesos que se declaran en muebles y accesorios de casa tampoco están nada mal.

En resumen, la familia López-Gutiérrez no es pobre, vive de manera bastante desahogada, en una casa muy cómoda, decorada con muy buen gusto, incluidas obras de arte con valor comercial de reventa, tiene cubiertas todas sus necesidades económicas y mantiene una reserva en terrenos y bienes.

Faltaría ver qué otros bienes ha colocado a nombre de sus hijos, además de la quinta de Palenque que es públicamente conocida.

Es muy bueno que su prioridad de gobierno sean los más pobres de México, pero él está muy distante de ser uno de ellos; está inclusive muy por encima de la mediana juarista que tanto repite sin cesar.

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Redacción




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