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El primer informe de Zermeño; obras pequeñas y cuentas oscuras

Análisis Político y Social / Opinión / 31 diciembre, 2018

Por: Gerardo Lozano

La publicidad más importante del informe de gobierno de Jorge Zermeño Infante son páginas enteras, cuyo costo rebasa, cada una, los cien mil pesos, pero lo único que contienen es su imagen personal y una pequeña frase que, literalmente, no dice nada. En otros casos vuelve a aparecer su imagen y alguna información sesgada con la frase de “obras son amores no buenas razones”.

Si a su informe de gobierno, que rindió el 18 de diciembre, se le quita toda la retórica y los lugares comunes, queda realmente poco.

¿Qué hizo realmente Jorge Zermeño en su minigobierno de un año? Realizó trabajos de recarpeteo en algunas calles y avenidas de la ciudad que estaban muy deterioradas, pero muchos otros sectores de la ciudad siguen sin recarpeteo y se han tenido que conformar con el bacheo, que desaparece en las primeras lluvias persistentes.

Lo segundo que ha presentado es lo que él denomina como un gran avance en seguridad, el cual si existe, pero no se debe al trabajo de la Dirección Municipal de Seguridad Pública, cuyo titular ha anunciado inclusive que se está retirando del cargo.

Los logros en seguridad se deben más a la labor de las fuerzas armadas y al despliegue de Fuerza Coahuila, bajo el mando del teniente Adelaido Flores, quien fue destacado de manera especial a la laguna.

No hay una rendición precisa de cuentas sobre en qué se gastaron más de 80 millones de pesos destinados a seguridad pública, mientras que la academia de policía, que ha egresado a 150 elementos, adolece de serias deficiencias, en tanto que la administración de sus gastos muestran irregularidades que se encuentran documentadas, como el pago de instructores provenientes de la ciudad de México, al no coincidir dichos pagos con las fechas en que se supone que fue impartida dicha capacitación.

El gasto más importante del gobierno zermeñista se ha ido en una serie de obras pequeñas, bajo el lema de embellecer a Torreón y volverla una ciudad limpia.

Se trata de obras de remozamiento de plazas en diferentes colonias y algunos sitios públicos como La Alameda Zaragoza. En cada una de estas obras se han gastado tres, cuatro, cinco o más millones de pesos, pero debido a que se pulveriza en gastos que parecen menores, no son concursadas sino asignadas, lo que permite evitar informar sobre cuál es el gasto real que se realiza en las mismas. De cinco en cinco millones se han ido más de 340 millones de pesos, la mayor parte de los recursos destinados a obra pública, sin que exista ninguna obra de relevancia.

Otra situación poco clara es que estas obras pasan al menos por tres y hasta cuatro diferentes dependencias, lo que complica aún más su fiscalización, pero antes de que concluyera el año ya se había agotado el presupuesto, por lo cual se dejaron inconclusas las obras de la avenida Colón, por ejemplo, en la cual se supone se invertirían 15 millones de pesos.

Buena parte de ese gasto de “embellecimiento” de los espacios públicos a que se refiere en el informe de gobierno, fue innecesario. El gasto en pintar y recubrir canchas deportivas no se justifica, porque una cancha deportiva sólo requiere que la superficie de cemento esté en buen estado y se le dé el rayado reglamentario, no utilizar enormes cantidades de pintura y usar otro tipo de materiales.

En torno a la adquisición de esta enorme cantidad de pintura, que se aplicó también innecesariamente en algunos bulevares y avenidas, así como en cordonería que no lo requiere, existen muy fuertes irregularidades y el área de comunicación social se ha dedicado a bloquear la información, mientras que han contratado la transmisión en vivo la ceremonia del informe completo por radio a un costo enorme.

La mayor parte de la pintura (que debería ser de calidad tráfico) que se aplicó ya se encuentra borrada casi por completo.

Un ejemplo de la opacidad en la finanzas municipales es la negativa de informar cuánto se gastó en lo que el alcalde llama “remozamiento de La Alameda Zaragoza”, a la cual sólo se le agregaron unos modestos baños, el recubrimiento de las canchas, el resanado y pintado de lo que se denomina como el lago, y mucha pintura aplicada a las bancas, principalmente. No hay tal remodelación de La Alameda, porque no se corrigió ninguno de los problemas que existen de edificaciones e invasión del espacio público, que ha absorbido casi la mitad del área verde.

Tan solo en las canchas deportivas el gasto alcanzó alrededor de los dos millones y medio de pesos.

Pudieron haberse destinado a recarpeteo y pavimentación al menos 100 millones de pesos más, pero se prefirió este tipo de obras de “embellecimiento”.

En limpieza no hay un cambio significativo, salvo en ciertos lugares o zonas específicas de la ciudad, donde la suciedad es más visible. Paradójicamente, Jorge Zermeño ha beneficiado a la empresa PASA, cuya concesión fue la punta de lanza para tirar al gobierno de Mariano López Mercado, lo que permitió la llegada por primera vez de Jorge Zermeño al gobierno municipal.

Al desaparecer la llamada “Marea Roja”, que estaba integrada por 800 personas de colonias marginales, la mayoría de ellas mujeres amas de casa que realizaban un trabajo muy pesado, le transfirió a PASA el trabajo de barrido de calles y avenidas. La empresa sólo contrató a 160 personas para realizar este trabajo y es imposible que 160 barran más que 800, pero el gasto de limpieza municipal se incrementó.

Para haber ejercido recursos propios por casi 500 millones de pesos, más la aportación de recursos federales y estatales, no existe ninguna obra de importancia o tan siquiera de mediana importancia por parte del gobierno de Jorge Zermeño.

SIMAS ha operado con ineficiencia y en buena medida es responsable del mal abasto de agua y de las inundaciones del mes de septiembre, algo que se ha tratado de disfrazar.

Sin slogans sensibleros, sin utilizar la imagen de abuelito bondadoso y revisando cuidadosamente los recursos que disponían contra lo que se hizo, Jorge Zermeño ha realizado un gobierno más bien pobre, si se parte de la infraestructura que requiere la ciudad. ¿Dónde está la obra de importancia?  500 millones es una cantidad muy considerable que se ha diluido. Al drenaje pluvial y sanitario no le pusieron un solo peso, cuando era promesa de campaña; fue hasta las inundaciones y el reclamo ciudadano que anunciaron que están realizando un proyecto.

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Redacción




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